domingo, 18 de diciembre de 2016

“El Cantri”: bastión del poder de la Tupac, abandonado y saqueado

18/12/16.

Por: Silvina Heguy.

La corrupción K

La dirigente, presa desde enero, armó un estado paralelo, con clientelismo sin control oficial, según Morales.

El barrio Alto Comedero y el Parque Acuático que fue centro de la organización Tupac Amaru que dirigía Milagro Sala en Jujuy.Foto Mario Quinteros.


Un agujero en el costado de la escultura gigante de un lobo marino deja ver los hierros oxidados que hasta hace un año la mantenía como el centro del Parque Acuático. Los pingüinos, en cambio, permanecen intactos sobre un pedestal. Abajo, varias piletas encadenadas ocupan casi dos manzanas. Las unen puentes y toboganes. No tienen ni agua ni tampoco las bombas que las mantenían limpias: fueron lo primero que se robaron. El complejo frente a la réplica del templo Kalasasaya, para ceremonias tradicionales y copia del que está en Bolivia, eran el símbolo del poder del bastión de la Tupac Amaru en Alto Comedero, a 15 kilómetros de la capital jujeña. El barrio, bautizado El Cantri, está semi abandonado desde que su líder, Milagro Sala, está presa.


Los pingüinos están intactos en el complejo acuático.San Salvador Jujuy. Foto Mario Quinteros.


Desde la pirámide trunca -que servía para celebrar el Inti Raymi, el ritual incaico en honor al Sol-, se ven miles de casas de 54 metros cuadrados. Sobre el techo, los tanques de agua negros con serigrafías blancas de Tupac Amaru, el Che y Evita acentúan el efecto hipnótico. Las calles están casi desiertas. El Centro Cultural, vacío. El de rehabilitación, semiparalizado. Solo quedan los símbolos de lo que fue el poder de Sala. De las tres fábricas -la de bloques, la metalúrgica y la textil-, solo la última funciona. Cuando el 10 de diciembre de 2015 cambió el gobierno se cortaron los fondos que enviaba la administración kirchnerista y unos 4.500 cooperativistas dejaron de recibir los 3.500 pesos mensuales. Sin ellos, muchos se fueron a “changuear” , otros se ubicaron en puestos como las porterías de las escuelas de la Tupac, cuyos sueldos ahora paga la Provincia, o se acercaron al gobierno provincial a pedir trabajo.


La entrada al barrio Alto Comedero y Parque Acuático, que fue centro de la organización Tupac Amaru que dirigía Milagro Sala.Foto Mario Quinteros.


Nadie responde quién saqueó las áreas públicas. “Hubo robos por falta de trabajo”, es la explicación más escuchada. Pero también hay denuncias sobre faltantes de ambulancias y camiones.

En la cooperativa Kallpa Sarri, 45 personas trabajan en las máquinas chinas marca Jaki. “Todavía hay un poco de miedo”, dice José Castro, presidente de la empresa que se regularizó hace cuatro meses. “Decidimos cuidar el lugar, querían venir a desmantelarlo. No sé quiénes”, explica.


Las ventanas, en la metalúrgica que está cerrada, están todas oxidadas. Foto Mario Quinteros.


A Blanca Fernández la conocen como "La Paca", tiene 50 años y está en una de las mesas de la textil. Aprendió albañilería en 2003 en una capacitación de la Tupac y levantó  las 148 primeras viviendas que le dieron a la organización a modo de prueba. “Hicimos mal en no armar un fondo y tener plata para telas y producir. Hay hambre, la mayoría se quedó con un plancito de 1.600 pesos. Pedimos trabajo al gobierno. Recién llegó”.

La metalúrgica tiene sus portones cerrados. Adentro hay pilas de ventanas que se oxidan. “Cero trabajo. Antes éramos veinte, hoy somos dos para cuidar”, dice Omar Alfredo Ponce, oficial soldador. “De la Tupac queda el barrio. Esperamos que se reactive el taller. Es verdad que hay gente que roba para comer”.


La fábrica textil, una de las cooperativas de trabajo del que fue centro de la organización Tupac Amaru que dirigía Milagro Sala en Jujuy. Foto Mario Quinteros.


El gobierno de Gerardo Morales denuncia que algunos de los presidentes de las 120 cooperativas que tenía la Tupac recibían mensualmente los cheques que enviaba el Ministerio de Infraestructura de Julio De Vido y los endosaban a alguien designado por la organización, quien cobraba y repartía el efectivo, de parte de ese dinero -explican- se desconoce su destino.

El jueves a las nueve de la noche la falta de luz acentuaban el aspecto de baldío del Parque Acuático. Solo la escuela Bartolina Sisa iluminada daba cuenta del poderío que la Tupac llegó a tener. La rodeaban policías, que hasta hace poco no podían ingresar. Fue una jornada histórica tanto para el gobierno provincial como para los miembros de la Tupac. Pero por diferentes motivos. En el mismo día que se iniciaba el primer juicio contra la líder tupaquera, Morales entró a El Cantri para entregar 236 resoluciones de adjudicación de viviendas. “Los hace dueños. Nadie se las va a quitar. Los hace libre”, insistió el radical. "Fue un acto de poderío. La escuela es uno de nuestros pilares”, explicó el diputado Juan Manuel Esquivel, principal líder de la Tupac.

 “La gente recorría las dependencias de la gobernación con problemas hasta que le decían ‘anda a la escuela’. Acá se la escuchaba, la Milagro se enteraba y lo solucionaba”, explicaba en el acto, y a metros de Morales, Patricia, la vicedirectora. Al otro día, un grupo de radicales -que vinieron a dar apoyo a Morales- volvió a señalar a la Tupac como un Estado paralelo. "Clientelismo sin control estatal”.

“El pasto está crecido. Si lo viera la Milagro, que estaba en los detalles. Es brava La Flaca”, explicaba una mujer en la ceremonia. “Instalar la cultura de trabajo tuvo que ser a los gritos y violencia”, explican miembros de la Tupac. Para otros, eran aprietes.

El miércoles se conocerá la sentencia

Mañana continúa el primer juicio contra Milagro Sala, líder de la Tupac Amaru, en el Tribunal Oral Federal. Es por el escrache al entonces senador, y actual gobernador, Gerardo Morales en 2009. Está previsto que concurran diez testigos y las audiencias se extenderán hasta el miércoles que llegará los alegatos y la sentencia.

Pero Sala no dejará de ir a los tribunales jujeños, al otro día se iniciará el juicio por el acampe frente a la gobernación de más de 50 días a fines de diciembre de 2015. La dirigente social está presa desde enero pasado y la presión de organismos internacionales para que la liberen se convirtió en un problema en la agenda de Cambiemos.

http://www.clarin.com/politica/Cantri-bastion-Tupac-abandonado-saqueado_0_1706829443.html


Comentario: De la nota no se infiere que cosa tan terrible realizó Milagro Sala, mas que impulsar la consrucción de un barrio -tildado de "bastión de la Tupac Amaru" en la nota- y piletas comunitarias, que hoy están abandonadas debido a su detención, según dice la nota.


sábado, 17 de diciembre de 2016

Contigiani: “Si no hay cambios vamos a estar en un gran lío en 2017”

17 diciembre 2016.

Por: Pablo Moscatello.

El ministro de la Producción provincial, Luis Contigiani, no para de hablar. Ante cada pregunta desgrana sus largos conceptos con una rara mezcla de “pasión” y mesura ante la pronunciación de cada palabra. El contenido, en tanto, se enmarca casi siempre en la fuerte crítica a las políticas económicas que viene implementando el gobierno nacional, algo que ha caracterizado al funcionario de origen radical y nacido en Arteaga. La charla se dio en el living de la nueva redacción de El Ciudadano. Y tuvo esta vez como hecho más salientes su visión sobre lo que se viene.



—¿Cómo cierra el año en materia económica en torno a la actividad, el empleo y el cierre de empresas?

—El último dato importante lo proporcionó la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), que registró una caída en la actividad industrial en varios rubros. Es información a octubre. Y lo que marca es una merma importante, sobre todo, en el sector manufacturero. Hay una lectura diferenciada en torno a lo que vive el país y Santa Fe. Todo el modelo agroexportador minero tiene un final de año mucho mejor de lo que lo comenzó. Eso ha disparado una mejor expectativa en el sector de maquinaria agrícola. En Amstrong, Las Rosas y las Parejas se ve un clima más positivo. Igual, el informe de Fisfe lo que marcó es una caída en la actividad en la producción de aceite y el complejo oleaginoso. Todo el sector manufacturero vivió la crisis del mercado interno, el impacto de las importaciones y el aumento del costo de producción por la caída del consumo. Lo mismo las pymes comerciales, que están en una situación crítica, que no es drástica, pero los tiempos se acortan. La situación es delicada sobre todo en la línea blanca, textiles y calzado.

—¿Y cómo impacta esto en el empleo?


—Santa Fe tiene casi 500 mil empleos en blanco, de los cuales 118 mil los pone el sector manufacturero industrial y 94 mil el comercial, minorista y mayorista. Casi la mitad está allí. Y dentro del rubro manufacturero, el sector de alimentos y bebida tiene alrededor de 38 mil empleos. Traigo estos números porque gracias al perfil laboral que tiene Santa Fe el impacto no fue tan directo y dramático como en otros lugares del país. Para que entre en crisis el sector alimentos y bebidas en términos de empleo tendríamos que estar una situación caótica. Y, a la par, también influyeron las políticas contracíclicas que implementamos, que permitieron que la situación no sea más dramática y difícil de lo que es. Te diría que la crítica realidad está impactando a nivel nacional más que nada en el ajuste de horas trabajadas. Y en eso el Ministerio de Trabajo provincial intervino dictando 150 procedimientos de crisis, lo que evidencia que el ajuste laboral es concreto.

—¿Y cuánto aporta al empleo el sector agrícola en Santa Fe?

—Solo el 4,6 por ciento de esos 500 mil empleos registrados. Es muy poco. El modelo agroexportador es importante para Argentina y Santa Fe, pero con eso no construís un país ni se desarrolla una provincia y una Nación. Tenemos que potenciarlo e ir agregando valor para generar empleo. Cuando miro los números me doy cuenta de que hay que priorizar el mercado interno, porque si no va a sobrar mucha gente en Argentina. El desarrollo depende siempre del Estado.

—En el caso del comercio, el secretario de Producción local, Ignacio Del Vecchio, dijo que en lo que va del año sólo cerraron en Rosario entre 10 y 15 negocios por la merma en las ventas ¿Qué cifra tiene usted?  
     

—Bueno, hay relevamientos que están diciendo que en realidad fueron entre 1.500 y 1.700 los negocios que cerraron en la comparación interanual. Así lo han expresado la Asociación Empresaria, el Observatorio de Alquileres y la Concejalía Popular de Nire Roldán. Yo no tengo una fuente oficial, no medimos eso. Pero me guío por ellos, que hablan de un impacto importante. Eso producto de una caída en las ventas; hay fuentes privadas que hablan de una merma de más del 7 y 8 por ciento. Es mucho. Si a eso le sumás el aumento en los alquileres, laborales y los servicios, el golpe es grande. Al sector comercial chico esto los pone en una situación muy difícil. No sé lo números de Ignacio Del Vecchio, no sé de dónde saca eso. Pero sin dudas que para mí ese dato no representa lo que otras entidades están diciendo.

—¿Cómo cree que impactará el año próximo en el sector industrial y comercial el nuevo alza de más del 30% (entre otros costos) de la luz y el gas?

—Si no hay un repunte del consumo interno a partir de generar mayor poder adquisitivo (tratando de dejar de transferir recursos de los sectores trabajadores a los más concentrados de la economía) el panorama será preocupante. El cuadro  de recesión se puede profundizar. Mientras haya una confluencia de dos políticas que son contradictorias la situación seguirá siendo delicada. Es que por un lado el Banco Central y el Ministerio de Economía fijan una política de reducción de la expansión monetaria para frenar la inflación. Esto hizo tener todo este año un costo financiero altísimo. Mientras que, por el otro, el Ministerio de Energía estableció todo un calendario de actualizaciones tarifarias aumentando, entre otras cosas, los combustibles, lo que impacta en las góndolas de forma directa. Si todo esto persiste y no hay cambios vamos a estar en un gran lío el año próximo

—¿Usted ve difícil que se cumpla la meta del 17 por ciento de inflación que fijó Nación para 2017?

—Si no cambian  estas políticas contradictorias lo veo difícil. Así el empresario rosarino tiene mucho más ajuste y vende menos.

—Bueno, ahí en medio hay una variable que depende del gobierno provincial, y es la EPE ¿No se podría haber matizado un poco el incremento propuesto?

—Lo que la empresa sufrió este año es un impacto muy fuerte en el aumento del costo de energía de Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista), de quien la EPE se provee. Lo que le trastocó todo el presupuesto. Lo que la empresa está planteando es una actualización para mantener el plan de inversión estructural. No sólo la EPE, las empresas distribuidoras de todo el país están en un gran problema con la suba de Cammesa.

—Y en materia de desempleo qué vislumbra ¿Seguirá en aumento?

—Yo creo que si persisten las actuales políticas el cuadro económico para los sectores del mercado interno es preocupante. Tanto en términos de producción, viabilidad de pymes y empleo. Nosotros haremos todo el esfuerzo  contracíclico que ya hicimos este año. Pero llega un punto donde la economía tiene  “que arrancar, porque lo nuestro”  tiene un techo.

http://www.elciudadanoweb.com/contigiani-si-no-hay-cambios-vamos-a-estar-en-un-gran-lio-en-2017/

miércoles, 23 de noviembre de 2016

El Presidente no está conforme con el curso de la economía

Miércoles 23 de noviembre de 2016.

Por: Joaquín Morales Solá.

Ayer, cuando la política hablaba de luchas internas y de tretas opositoras, un acuerdo crucial se tramaba en un rincón del oficialismo. Las organizaciones sociales (muchas de ellas de piqueteros nuevos y viejos) conciliaban un texto común para la ley de emergencia social con la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y con legisladores oficialistas. La ministra tiene un arte especial para dialogar con esos líderes, algunos de los cuales fueron cristinistas hasta el último día de Cristina Kirchner. Y los dirigentes sociales son especialmente abiertos al diálogo con ella. Las modificaciones le quitarían el tono imperativo que tenía el proyecto que aprobó el Senado y serían mucho menos ambiciosas en la creación de nuevos impuestos, que es lo que el gobierno recibió peor que mal. Era un preacuerdo, vacilante todavía.

Mauricio Macri.


La noticia llegó justo en un momento en que el Presidente andaba entre un problema y otro. Entre el conflicto social, que existe, y la prematura gimnasia electoral. Hay una cuestión que está en el centro de todas las escaramuzas: la economía sigue en recesión. Esa larga parálisis sorprendió hasta el propio Presidente, el primer confiado en la frustrada bonanza del segundo semestre. Esa confianza le costó cierto disgusto de su amigo Ernesto Sanz, uno de los dos radicales con los que mejor se lleva (el otro es Oscar Aguad, ministro de Comunicaciones). El famoso acuerdo del Bicentenario que propuso en su momento Miguel Pichetto fue, en rigor, un acuerdo previo de Pichetto y Sanz, viejos conocidos. Macri no lo descartó, pero lo postergó. Sostenía que en ese momento, entre abril y mayo pasado, el gobierno estaba en condiciones débiles para negociar por la caída de la economía. Estableció que a mediados del segundo semestre la economía lo ayudaría para iniciar esas conversaciones. El tiempo nuevo no sucedió y no sucede hasta ahora, cuando ya se vio obligado a negociar con empresarios, sindicalistas, políticos y piqueteros. Sanz se pregunta por qué no lo hicieron cuando la iniciativa era de ellos y no de los otros.

El Presidente no está conforme con el resultado económico de su gobierno. Esta es la verdad. Alfonso Prat-Gay ejecutó con eficacia las políticas macroeconómicas que le corresponden. Camina la línea del medio que eligió su gobierno, entre la implacable ortodoxia y el irresponsable populismo. Por eso es inútil el debate sobre el endeudamiento. Las alternativas son las duras decisiones que plantea la ortodoxia, imposibles para un presidente en minoría parlamentaria que gobierna un país con más del 30 por ciento de pobres, o la descontrolada emisión monetaria de la era cristinista. La línea del medio, como dice Macri, significa contraer deuda hasta que la economía se ponga en marcha.

Tampoco es culpa del ministro de Producción, Francisco Cabrera, que hace lo que puede con lo que le tocó, ni de Juan José Aranguren, ministro de Energía, que aumentó las tarifas hasta donde le permitieron la Justicia y la paciencia social. Es hora de que los que gobiernan se planteen seriamente el nivel de las tasas de interés. Bajarlas al menos hasta la inflación prevista para los próximos doce meses (entre el 20 y el 21 por ciento) liberaría muchos pesos que hacen negocios en el sistema financiero. Es la política de casi todos los países. Desde la crisis mundial de 2008, no hay tasas rentables en el mundo, que está en recesión o en niveles imperceptibles de crecimiento. No se trataría, de todos modos, de una medida irreversible. Si se disparara la inflación, que es lo que teme el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, éste podría aumentarlas de nuevo.

¿Cómo negarle a la oposición el derecho a aprovechar el frágil momento del Presidente? Aprovechar es una cosa; lucrar políticamente es otra. Roberto Lavagna mencionó dos palabras que la política no nombra. "Dictadura" (para equiparar el endeudamiento de ahora con el de los militares), porque no hay nada más distinto que el momento político actual comparado con el que se vivió bajo el régimen uniformado. Y "colapso", porque remite a la gran crisis de principios de siglo que terminó con la caída de un presidente. A su vez, Sergio Massa hizo lo que mejor sabe hacer: lo ventajeó al Presidente (y los sorprendió) con un proyecto que le quita un peso enorme al impuesto a las ganancias. Proyecta crear nuevos impuestos para compensar los de ganancias, pero son los mismos eventuales impuesto nuevos que crearía la emergencia social tal como la sancionaron los senadores peronistas. Massa quiere incorporar los dos proyectos en la sesión especial de Diputados que está convocando para mañana. Nadie sabe cómo hará para crear dos veces el mismo impuesto con fines distintos. Cotillón electoral. Todo parte de un dato cierto: Macri prometió en la campaña electoral eliminar ese impuesto injusto al trabajo. No lo hizo.

Senadores y diputados oficialistas estaban sentados en algún anillo de Saturno mientras los peronistas tramaban esas sorpresas. Inexplicable. Fue inoportuno, por eso, el presidente de los diputados, el macrista Emilio Monzó, cuando se despachó contra los errores de la coalición gobernante y pidió un acercamiento a peronistas como Florencio Randazzo. Ni Randazzo está dispuesto a dar ese salto ni Macri podría cometer semejante audacia sin enajenarse buena parte de su electorado. Monzó aclaró luego que lo que proponía es darles protagonismo a esos peronistas para alejarlos de Massa y del peronismo oficial bonaerense. Randazzo no necesita esas ayudas. Tiene más intendentes peronistas que Massa y que el presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza.

Macri les perdona esa clase de provocaciones a sólo dos dirigentes de Cambiemos: Elisa Carrió y Ernesto Sanz, porque constituyen el núcleo medular de la coalición gobernante. Monzó hizo mucho por el triunfo de Macri, pero menos de lo que él cree. Monzó lo criticó también a Jaime Durán Barba, pero éste consiguió (ego mediante) la crítica casi unánime de todo el arco macrista. Hasta le creó al Presidente innecesarias fricciones con el Papa. Durán Barba deberá decidir si quiere seguir formando parte de un equipo o convertirse definitivamente en un verso suelto del oficialismo.

La revolución propia baila alrededor del Presidente. Carrió lo dejó virtualmente fuera de carrera a Jorge Macri cuando anunció que lo enfrentara en las próximas elecciones. Las acusaciones que le ha hecho son graves para tiempos electorales. Carrió no decidió todavía si será candidata por la Capital o por la provincia; depende, sobre todo, de su salud. Vaya donde vaya, Carrió hace siempre de su campaña una campaña nacional. ¿O, acaso, no fue ella la que libró el año pasado la más dura confrontación contra Massa? Ayer denunció a funcionarios de Aranguren por incompatibilidad con la función pública. Carrió es así. Y hay una sola para bien o para mal.

http://www.lanacion.com.ar/1958677-el-presidente-no-esta-conforme-con-el-curso-de-la-economia


(Periodismo militante)


domingo, 20 de noviembre de 2016

La corrupción no tapa la economía

20/11/16.

Por: Eduardo van der Kooy.

Mauricio Macri comparte una suerte con una desgracia. Su suerte sería el empeño con que Cristina Fernández pretende confrontar con él cada vez que una causa de corrupción la complica. Su desgracia seguiría encallada en la realidad económica. Los brotes verdes se marchitan rápido. El segundo semestre, vendido por el macrismo como un despegue, morirá sin demasiadas novedades.



La esperanza está ahora estacionada en el amanecer del año próximo. En octubre serán las elecciones legislativas cruciales. Nada hace presumir que la marea delictiva kirchnerista de la “década ganada” vaya en ese tiempo a evaporarse. Quizá ocurra lo contrario. Podrían empezar a desentrañarse algunas de las investigaciones. El ministro de Justicia, Germán Garavano, apuesta al impulso de los juicios orales y públicos. Por ahora tuvo respuesta en los casos de Julio De Vido (tragedia de Once), Amado Boudou (escándalo Ciccone) y José López (bolsos revoleados en un monasterio con US$ 9 millones). También figura Ricardo Jaime. Pero el ex secretario de Transporte fue crucificado incluso antes de que Cristina abandonara la Casa Rosada.

El principal interrogante que flota en el Gobierno consiste en descubrir si la corrupción será entonces, como lo es ahora, una viga que ayuda a sostener las expectativas en torno de Macri. Un último trabajo del encuestador Hugo Haime exhibe una paradoja. La gestión del Presidente recogería casi por mitades los índices de aprobación y rechazo: 45% contra 49%. Pero desde hace un trimestre aquellas expectativas colectivas muestran un alza sostenida.

Difícilmente esa tendencia se mantenga si a partir del verano la economía y el consumo no brindan señales de recuperación. Hay mucha cautela en el poder. Sobre todo después del encuentro de la semana pasada del nutrido gabinete económico-social. El informe principal corrió por cuenta del ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. Los seis restantes asistentes, más una visita fugaz de Marcos Peña, el jefe de Gabinete, lo escucharon con atención en medio de un indisimulado ambiente de tensión.

¿Por qué semejante tirantez? A raíz de los diagnósticos descriptos por el ministro de Hacienda. Resistió sumergirse en el fácil optimismo que suelen blandir los dirigentes del PRO. Prat-Gay compartió la visión sobre que el peor tramo de la caída de la economía ya habría pasado. Pero subrayó que algunos incipientes éxitos estarían causando otras consecuencias. La tasa de la inflación cae, en especial en su núcleo duro (alimentos). Pero a la par se registra un pronunciado descenso del consumo. Esa línea, a juicio suyo, sería difícil de revertir sin una modificación de los niveles de la tasa de interés. En el consumo se apoya desde hace décadas el mejor o peor humor de los argentinos. Lo supieron explotar muy bien el menemismo y el kirchnerismo. Federico Sturzenegger, el titular del Banco Central, escuchó sin opinar. Entre ellos pervive una diferencia ante la crisis que nunca se termina de zanjar.

Prat-Gay añadió otras precisiones a su panorama. Apuntó que los síntomas de recuperación se aprecian en un sector: el campo. Con epicentro en el interior de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Pero que otros factores dinamizadores no estarían acompañando con igual velocidad. La referencia apuntó a la pereza de la obra pública. Guillermo Dietrich, el ministro de Transporte, pareció sentirse aludido. Pero también calló.

En la opinión del ministro de Hacienda la situación actual podría parangonarse con la del 2009 cuando Néstor Kirchner y Cristina perdieron los comicios parlamentarios. Con un agravante, tal vez. La victoria de Donald Trump en Estados Unidos inundó de dudas los mercados internacionales. El valor de las materia primas cayó en la primera semana. Se trata de la columna vertebral de las exportaciones argentinas. También Brasil aporta su cuota con la crisis política siempre latente y una economía amesetada. Que al menos parece haber dejado de caer. Aunque la onda expansiva en nuestro país persiste. La industria automotriz viene limitando su tarea, en promedio, a 3 o 4 días por semana. Hay una capacidad instalada ociosa del 40%. Y mano de obra sobrante. La llegada del verano y las vacaciones podrían enmascarar la anomalía.

Curiosamente el fuego cruzado público que atravesó a Prat-Gay después de su diagnóstico no provino del macrismo. Las balas partieron exclusivamente del Frente Renovador. Primero fue Roberto Lavagna que comparó el actual modelo (¿modelo?) con el de la dictadura y el menemismo. Luego irrumpió el ex titular del Banco Central, Aldo Pignanelli. Hizo un esfuerzo por interpretar a Lavagna y auguró una inminente destemplanza social. El moño lo colocó Sergio Ma-ssa: sostuvo, con flojo ingenio, que Prat-Gay no estaría en condiciones ni de “lustrarle los zapatos” al ex ministro de Economía.

En la escaramuza verbal se mezclaron varias cosas. Sobre todo una inconmensurable disputa entre los egos. Prat-Gay y Lavagna compartieron un tiempo del gobierno de Néstor Kirchner. Uno era ministro de Economía y el otro jefe del Banco Central. Prat-Gay siempre criticó con dureza un aspecto de la renegociación de la deuda en default que comandó Lavagna: el bono con cupón PBI que ideó el ex ministro para hacer atractiva la oferta a los acreedores. Según Prat-Gay, habría esterilizado buena parte de la quita conseguida en la negociación. Lavagna jamás le perdonó la osadía. Cuando Prat-Gay estaba en vísperas de repetir otro turno a cargo del Central colocó a Kirchner en una encrucijada. Le dijo que seguiría sólo si prescindía de Lavagna. El ex presidente se quedó con el ministro de Economía. Pero sólo hasta después de ganar las legislativas del 2005. A partir de entonces, casi hasta su muerte, la cartera la manejó él mismo. Apenas quedó marginado por el tránsito de Martín Lousteau, hoy embajador en Washington.

Una cuestión llamativa habría sido la larga soledad en que se debatió mientras pulseó con el massismo. No hubo registro de ninguna voz macrista que saliera rápido a defenderlo. Peña lo hizo recién al cuarto día. Quizá no se trate de una casualidad. Prat-Gay no cuenta con muchos socios en el gabinete económico. Apenas el buen trato personal que mantiene con el titular de Energía, Juan José Aranguren. Macri también prefiere eludir su intervención para amainar las diferencias. Es, en parte, su modo de conducir. La otra parte se explica por el temperamento suficiente que acostumbra ostentar el ministro de Hacienda.

Cualquier rencilla con Prat-Gay no le aportaría nada. Al revés: fomentaría turbulencias internas en un ciclo que se encamina hacia las legislativas. Tampoco el Presidente tiene a mano un reemplazo adecuado capaz de conducir sin riesgo de despeñarse el gradualismo que eligió para intentar zafar de la obesa herencia kirchnerista.

Macri se siente cómodo, en cambio, confrontando con Cristina. O mejor dicho, que la ex presidenta embista contra él. Acostumbra a ignorarla en público. Envía de mensajero a Peña para alguna réplica circunstancial. El Presidente presume que tal combate presenta varias ventajas. Por lo menos tres. Sería la contracara entre el presente y el pasado. Lo nuevo y lo viejo, según el manual del ecuatoriano Jaime Durán Barba. Dificultaría de paso la reorganización del peronismo. Haría más trabada la construcción de Massa en Buenos Aires, el rival temido del macrismo.

Cristina resolvió politizar todas las causas de corrupción que tiene en ciernes. Puso en marcha el plan cuando fue citada a declarar por Julián Ercolini, por presunta asociación ilícita. Repitió que es víctima de una persecución y buscó ligar a Lázaro Báez con Angelo Calcaterra, primo del mandatario.

Al presentarse ante Claudio Bonadio en la causa por la venta del dólar a futuro solicitó ser querellante para que se investigue a Sturzenegger y a otros funcionarios. La semana pasada, por la misma razón, pidió al juez Sergio Torres que llame a declaración indagatoria a seis macristas. Varios del corazón de presidencial: Nicolás Caputo, José Torello, Mario Quintana, Gustavo Lopetegui. Prepoteó además con una carta a Macri por la imputación judicial de su madre.

Aquella politización que Cristina hace de la corrupción se ha convertido en cruzada personal. Que soslaya cualquier contexto. Le alcanza con la fidelidad de sus militantes. Con La Cámpora. Aunque se desentiende del futuro peronista, del rumbo de los sindicatos y de organizaciones sociales que supieron acompañarla.

Evidencias a la vista. El FpV aprobó en el Senado la Ley de Emergencia Social que reforzaría el asistencialismo con otros $ 50 mil millones, de origen incierto. Difícil que esa media sanción sea completada en Diputados. El trámite sirvió de apuntalamiento para la masiva y sepia marcha sindical de protesta del viernes. La Cámpora cuestionó ambas cosas.

Tal realidad mantiene desconcertado al peronismo. Que se debate entre la política vetusta de su conducción (José Luis Gioja y Daniel Scioli) y la ausencia de algún liderazgo que anime a los intendentes y los gobernadores. El hombre al que casi todos observarían es Florencio Randazzo. El ex ministro, aunque tímidamente, empieza a aflorar. La otra referencia es Massa. Pero su alianza con Margarita Stolbizer despierta reticencias.

Incluso en el Frente Renovador donde se descubren movimientos inquietantes. Días pasados se lo ubicó al diputado Felipe Solá en un almuerzo con Randazzo. Solos, en un salón reservado de un restaurante español de Barrio Norte.

http://www.clarin.com/opinion/corrupcion-tapa-economia_0_1690630924.html


(Periodismo militante)


sábado, 29 de octubre de 2016

“El país está viviendo un clima de paz”

29 octubre 2016.

El jefe de Gabinete habló de la deuda social que recibió Macri.

DESPEDIDA. Peña abandona la Casa de Gobierno por la puerta principal, mientras sus asesores saludan a Manzur. la gaceta / foto de josé nuno.

Marcos Peña, el jefe de Gabinete del presidente Mauricio Macri, tiene la impronta del PRO, con la moda “casual friday”. Con su saco y pantalón informal y unas llamativas zapatillas de cuero, Peña contrastaba con la formalidad del traje del gobernador tucumano Juan Manzur. Pero ambos coincidieron en el discurso: el de tirar todos del mismo carro para sacar a la Argentina adelante. Y el macrista recordó una frase del salteño Juan Manuel Urtubey, a quien también había visitado ayer: en cuestiones institucionales, todos se ponen la camiseta de la Selección Nacional. Peña trata de desdramatizar la situación del país, con frases cargadas de optimismo. Pero traza una línea de la Argentina que Macri recibió el 10 de diciembre pasado, en la entrevista que concedió a LA GACETA en su paso por Tucumán.

-Vino a presentar la conducción local de Cambiemos, ¿cómo se preparan para las elecciones?

-Estamos tranquilos, trabajando para consolidar nuestro espacio y la gobernabilidad, al mismo tiempo. No nos apuramos en las cuestiones electorales. Las cosas se irán acomodando, con mucho trabajo, para el año que viene.

-¿En qué medida incidirá la economía durante las elecciones de medio turno?

-La economía siempre es muy importante, pero no es lo único. Creo que vamos a tener un buen escenario económico, pero además creo que también va a pesar los cambios políticos que hemos propuesto respecto de la Argentina del pasado. Somos optimistas de que las cosas marcharán bien.

-¿Cree que ya pasó lo más crítico del tiempo de las correcciones?

-Todavía estamos terminando un año recesivo, pero las señales son que las cosas van mejorando de a poco. Y sí; pasó lo más difícil, pero creo que aún falta mucho. Hablamos de niveles de pobreza, de desigualdad y de falta de trabajo. Pero cada día es más claro que no estamos entrando en una crisis, sino que estamos saliendo de ella, mejorando la realidad económica y sentando las bases para crecer.

-Muchos sectores se preguntan qué puede pasar en diciembre, un período que siempre resultó traumático en el país...

-La Argentina está viviendo un clima de paz. Y estamos con optimismo de que las cosas van a mejorar con mucho diálogo entre políticos, sindicalistas y empresarios. Hoy el país está en una etapa muy distinta a la de otros momentos de la historia. Y, en ese contexto, no hay razones para pensar que en diciembre pueda haber problemas estructurales. Pueden haber algunos focos, como siempre los hay, como todos los días. En la Argentina siempre eso es una posibilidad, pero creemos que las cosas van a estar bien. No hay razones para estar preocupados.

-En ese cuadro, ¿cuánto incide la observación del ciudadano sobre lo que sucede en el país?

-La sociedad es la principal protagonista. Es la que decidió cambiar. La elección pasada fue un acto de confianza mutua. Nosotros confiamos en que los argentinos querían el cambio; los argentinos confiaron en nosotros como un gobierno distinto. Creo que eso sigue en pie. Estamos agradecidos con la sociedad por haber puesto el hombro en un año duro, comprendiendo de que las cosas se sinceraron frente a la realidad del país. No era un camino fácil, pero sí era el único camino que debíamos recorrer.

-¿A qué atribuye de que el país tenga otra imagen en el exterior, pero internamente es muy crítica?

-Es extraordinario el nivel de entusiasmo y de confianza que se ha generado en tan poco tiempo. En el primer semestre estábamos en default y hoy la Argentina se está endeudando a tasas que no ha tenido en su historia. Eso habla de la confianza no solo de la gestión, sino también de los propios argentinos. La mayoría de los argentinos de a pie esperan confiados de que las cosas salgan adelante. Hay que seguir mostrando resultados.

-La ex presidenta Cristina Fernández dijo que esta gestión está sobreendeudando al país...

-La deuda social, en infraestructura y en materia institucional que nos dejaron fue enorme. Nosotros estamos trabajando para poder saldarla. Hay que alejarse de los fundamentalismos. Estamos tendiendo puentes entre la Argentina que recibimos y la que queremos construir entre todos. Y hay que ver que la posibilidad de endeudarnos está relacionada con hacer un plan económico más gradual. Y es una oportunidad que da tiempo para ir haciendo los deberes y tener una situación de superávit para que el futuro endeudamiento sea un 100% para infraestructura.

http://www.lagaceta.com.ar/nota/705370/politica/pais-esta-viviendo-clima-paz.html

sábado, 22 de octubre de 2016

Números duros

Sábado, 22 de octubre de 2016.

Por: David Cufré.




El costo anual de Fútbol para Todos equivale al 0,7 por ciento de los 261 mil millones de pesos de deuda que asumió el Gobierno solo en los últimos dos meses. El plan de atención odontológica Argentina Sonríe costaba mucho menos, apenas el 0,09 por ciento de esa cifra. Sin embargo, las autoridades nacionales resolvieron terminar con ambos programas. También decidieron aplicar recortes de gastos para ciencia y tecnología, derechos humanos, cobertura de medicamentos a jubilados, asistencia a la agricultura familiar, distribución de computadoras a estudiantes secundarios, planes de apoyo a las pymes, pago de pensiones no contributivas a discapacitados, subsidios al transporte, gas, electricidad y agua. Son apenas algunos ejemplos para dimensionar la magnitud del ajuste del gasto y de la distribución regresiva del ingreso que encaró Cambiemos. Fútbol para Todos le insume al Estado unos 120 millones de dólares al año, el 0,4 por ciento de los 32.000 millones de dólares de deuda externa emitidos durante el gobierno de Mauricio Macri. ¿No había posibilidad fiscal de destinar el 0,4 por ciento de ese gigantesco endeudamiento a la transmisión gratuita del deporte nacional, que miran cada semana millones de personas? Resulta evidente que no se trata de un problema fiscal, sino de cómo se asignan los recursos, de cuáles son las prioridades de gestión, de cómo se reparten los negocios. Es un factor ausente en el debate económico de estos días, pese a su centralidad para explicar una crisis que no encuentra piso. En televisión se transmiten informes especiales sobre el costo para la Argentina de dar educación universitaria a estudiantes extranjeros, mientras ejércitos de elefantes pasan detrás de las cámaras. En agosto unas 650 mil personas se beneficiaron de la eliminación de los controles a la compra de divisas, la finalización del “maldito cepo”. Una pequeña proporción de la población compró 23.000 millones de dólares entre enero y ese mes. Pero la obsesión del periodismo oficialista es el 0,1 por ciento de esa cifra invertida por el Estado en estudiantes extranjeros, unos 360 millones de pesos, de acuerdo a su versión, 23 millones de dólares al cambio de ayer.

Como la Argentina no emite dólares y las divisas que ingresan son insuficientes para abastecer la demanda, el Gobierno promueve el endeudamiento en moneda dura con la misma irresponsabilidad que lo hicieron antes los genocidas de la dictadura, el menemismo y la primera Alianza. Y no lo hace para sostener Fútbol para Todos, Argentina Sonríe y todos los demás derechos consignados más arriba, sino para que una cúpula pueda dolarizar sus excedentes y sentir que tiene “más libertad”. Es una inversión costosa, dada la carga de intereses que va acumulando esa deuda y la necesidad de practicar ajustes sobre la inmensa mayoría de la población para poder afrontarla. Es un proceso que el país ya atravesó en el pasado, que en 1982 terminó con la estatización de la deuda privada, en los ‘90 se pagó entregando las empresas públicas y en 2001 condujo a la peor crisis económica, social y política que recuerde la Argentina, con el 25 por ciento de los ciudadanos desocupados y el 50 por ciento debajo de la línea de pobreza. ¿Por qué esta vez será diferente? ¿Tal vez porque Macri les pide a los empresarios que se rompan el traste?

Las ventas de divisas para atesoramiento, viajes al exterior y transferencias fuera del país totalizaron entre enero y agosto 23.106 millones de dólares, según datos del Banco Central revelados por el periodista Alfredo Zaiat. La radiografía del mercado de cambios durante agosto detalla que compraron dólares billetes 647 mil clientes. El 48 por ciento adquirió hasta 10 mil dólares, un 19 por ciento entre 10 mil y 50 mil dólares, un 17 por ciento entre 50 mil y 500 mil, un 7 por ciento entre 500 mil y 2 millones, un 3 por ciento entre 2 millones y 5 millones y el 6 por ciento restante registró compras superiores a los 5 millones. El Gobierno debería explicar cuál fue la utilidad social de que unas 38 mil personas compraran más de 5 millones de dólares. Pudieron hacerlo gracias a que el Banco Central eliminó todo límite a la adquisición de divisas.

“Conocemos el destino final de este esquema, y tenemos muy presente en nuestro país cuáles son las consecuencias económicas y sociales de un default por sobrecarga de la deuda. Ocurrió hace poco, en 2001”, explicó el lunes pasado en este diario el economista Agustín D’Atellis al abordar la cuestión. También advirtió que la condición indispensable cuando se recurre al endeudamiento externo es generar un marco de desarrollo productivo que garantice el repago de esa deuda. “No es lo que ocurre”, sentenció. Lo que se ha configurado es el escenario de la puerta giratoria: “Los dólares que ingresan por endeudamiento externo -que recae sobre todos- financian la salida de capitales de un pequeño grupo, o el déficit fiscal generado por la caída de la recaudación, consecuencia de políticas de concentración de ingresos y debilitamiento del mercado interno”, ilustró D’Atellis.

Emmanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Economía, describió el impacto distributivo de las principales medidas económicas del Gobierno. Las transferencias del Estado a sectores de altos ingresos por la devaluación de diciembre (44.500 millones de pesos para el sector financiero, 69.500 millones para los exportadores y 50.000 millones por la compra de moneda extranjera), las ganancias fabulosas por las operaciones con dólar futuro (53.700 millones) y la quita de retenciones al agro, la industria y la minería (53.750 millones) totalizaron 18.100 millones de dólares, el 4,3 por ciento del PIB. En cambio, las transferencias para los sectores de ingresos medios y bajos fueron equivalentes a 5300 millones de dólares, el 1,3 por ciento del PIB, por el pago extra de 400 pesos a jubilados y titulares de la Asignación Universal por Hijo, el reintegro del IVA a esos mismos sectores, el aumento de las asignaciones familiares a trabajadores registrados, la ley pyme, la extensión de la AUH a monotributistas sociales y el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias. Es decir, casi 13 mil millones de dólares más para los primeros, sin contar el impacto del tarifazo a los servicios públicos ni el prometido bono de fin de año a jubilados y perceptores de la AUH. Si se suman esos ítems, es 1 punto más del PIB para los sectores concentrados contra 0,1 en provecho de jubilados y beneficiarios de la AUH, indicó el economista. En conclusión, la cuenta arroja 5,3 puntos del PIB para los ganadores del modelo económico contra 1,4 hacia los más vulnerables.

Esa lógica de reparto de los recursos explica en buena medida la dura recesión que atraviesa la economía. Cambiemos tomó en diez meses casi tanta deuda en términos nominales como la dictadura en siete años, pero eso no evitó que el consumo cayera de manera estrepitosa, la desocupación escalara a dos dígitos en los principales centros productivos, miles de empresas entraran en crisis, la obra pública quedara reducida a su mínima expresión, la inversión privada sufriera una violenta contracción y se multiplicara la fuga de divisas. Las señales que sigue enviando el Gobierno a la sociedad son de ajuste para las mayorías y beneficios extraordinarios para una elite. “Hay que salir del círculo vicioso del desempleo, la recesión y la bicicleta financiera para entrar al círculo virtuoso del empleo, la producción y el consumo”, resumió en su último informe Económico Laboral el especialista Adrián Caneto. Lo que refleja el proyecto de presupuesto para 2017 y las decisiones que sigue tomando el Gobierno demuestran lo contrario. Eso aumenta la incertidumbre sobre si habrá rebote o no de la economía en el año electoral, y a qué sectores alcanzará en caso de que se produzca.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-312406-2016-10-22.html

domingo, 9 de octubre de 2016

La brutal Carta abierta de un dramaturgo a un desmemoriado Luis Brandoni -

Domingo 09 de Octubre de 2016.

El sociólogo, dramaturgo y escritor Carlos Balmaceda le contestó a través de una Carta abierta a la presunta indignación del actor Luis Brandoni por una foto que se sacó Cristina Fernández de Kirchner con una boina blanca, símbolo del radicalismo.



La alienación, estimado Luis Brandoni, es ese mecanismo por el cual uno se experimenta ajeno a sí mismo. O sea, cuando uno se ve a sí mismo, en sus ideas, en sus hábitos, en sus vínculos, como algo absolutamente distinto a lo que en realidad es.

Usted se horroriza de Cristina con boina blanca y se hace cruces por la corrupción del gobierno kirchnerista, pero en ese espejo deforme que se ha puesto adelante, no ve su propio silencio, su complicidad, con el gobierno de la Alianza: en tan solo dos años, 39 muertos, represión, estado de sitio, hambre y una ley contra la clase trabajadora conseguida a través de coimas, para coronar la entrega del patrimonio nacional de la mano de Domingo Cavallo, el arquitecto de esa segunda década infame de nuestra historia.

Se ve, a usted y su partido, inmaculados, porque no solo ha borrado de su memoria, de su ser, estos antecedentes, sino que no acepta que marcha de la mano del que tal vez se convierta en el gobierno más vendepatria de nuestra historia.

Reclama para usted y los suyos la herencia de Yrigoyen y de Illía, incluso comete la osadía de afirmar que Alfonsin hubiera votado a Macri, y en este pase de magia, se obliga a que las piezas de su dominó político y existencial vayan cayendo una por una, hasta revelarnos su verdadera cara.




Apoya usted a un gobierno que ha entregado una riqueza nacional como la energía a una multinacional, y sin despeinarse, sigue reclamándose heredero de Hipólito Yrigoyen. Nada menos que de don Hipólito, que al fundar YPF, sostuvo lo siguiente “Se reserva, pues, para el estado, en razón de la incorporación de estas minas de petróleo a su dominio privado, el derecho de vigilar toda explotación de esta fuente de riqueza pública, a fin de evitar que el interés particular no la malgaste, que la ignorancia o precipitación la perjudique, o la negligencia o la incapacidad económica la deje improductiva, para lo cual se adoptan en el proyecto disposiciones que fijan y garantizan un mínimo de trabajo y las formas convenientes de realizarlo. Con el mismo concepto se ponen trabas a la posible acción perturbadora de los grandes monopolios”.

Dígame si encuentra un parecido entre esta afirmación de independencia nacional y cualquier acción de Aranguren, gerente de Shell. Pruébemelo, señor Brandoni, y le aseguro que lleno la ficha de afiliación a la UCR.

Sacrílego es para usted que Cristina Fernández de Kirchner junte sus manos en saludo alfonsinista, pero no lo es que Susana Malcorra reconozca tácitamente la soberanía inglesa al sellarnos el pasaporte como si fuéramos extranjeros en las Malvinas, o que al referirse a las islas, escriba “invadir” en un documento oficial, en vez de “recuperar” esa tierra irredenta.

Dónde cree usted que se ubica cuando blande su crucifijo contra el kirchnerismo, ¿del lado de Malcorra, sospechada de agente directa de la CIA o de Arturo Illía que con la resolución 2065 consiguió un avance definitivo hacia la recuperación de esas islas?

¿Está usted seguro de estar del lado correcto cuando apoya al gobierno de Macri, que ve con beneplácito la instalación de bases militares yanquis en el país, sometido como está al designio de los Estados Unidos, mientras que Illía se negó a enviar tropas a República Dominicana respetando el principio de no intervención?

Tan enorme y patético es su odio que no ha dudado en llamar a Axel Kicillof “minúsculo canalla” mientras Alfonso de Prat Gay licúa salarios con una inflación que duplica la del kirchnerismo, devalúa para favorecer a los sectores concentrados y no se ahorra expresión injuriosa para hablar de los trabajadores estatales despedidos, a los que llama “grasa de la militancia”.

Dice, con la cólera de los rencorosos, que el peronismo no es democrático que “si uno no piensa como ellos, es su enemigo”, sin que se le mueva un músculo de la cara ni una idea de su cerebro. Disparos contra militantes en un acto de Nuevo Encuentro, balaceras contra unidades básicas, requisas permanentes a los jóvenes de barriadas populares, detención fuera de todo orden legal de Milagro Sala, represión a pibes de una murga, todos episodios que en doce años no ocurrieron durante el gobierno de aquellos que “no son democráticos”, y que sí ocurrieron en diez meses del gobierno que usted apoya.

Es más, los nazis pueden pasearse por la casa de gobierno, dar clases en una escuela de Morón, evadir la condena del intendente de Mar del Plata, cuando atacan a distintos grupos de esa ciudad. ¡Los nazis! Aquellos mismos que cubrieron de sangre y oprobio con sus “pogroms” las calles de Buenos Aires en 1919, desgastando al gobierno del propio Yrigoyen, y a usted, todo esto, no le merece mención ni prevención.

Cristina lleva la boina blanca de los revolucionarios que dieron sus vidas en el ´90 para que el voto fuera universal y secreto, y lleva la boina blanca de los que dieron sus vidas en el ´30, asesinados y cortadas sus orejas como trofeos, porque, decían sus asesinos, eran “orejas de Peludo”, como el mote de don Hipólito.

Hay una continuidad histórica entre aquellos y ella. Hay una continuidad histórica que se hace carne en cada biografía. Lo sé porque fui radical, porque así como aplaudí el juicio a los comandantes de la represión, porque así como celebré cada acto de libertad del alfonsinismo inicial, repudié el punto final, la obediencia debida y la economía de guerra que cedió ante el FMI la soberanía de nuestras finanzas.

Desconcertado después en los noventa, huraño y desconfiado por ese triunfo de la antipolítica, la historia volvió a encarnarse en mí cuando el hilo de los movimientos populares fue recompuesto por un hombre, primero, y por una mujer, después.

Más tarde que yo, pero nunca definitivamente tarde, los radicales que estaban allí, en Atlanta, celebraban no ya a esa mujer, no ya la adhesión al peronismo, sino la propia reconstitución de su ser en el tren de la historia.

La alienación, le decía, Brandoni, ese concepto que nos legó el compañero Marx, nos hace ver rubios cuando somos negros, altos cuando somos petisos y dignos cuando no lo somos. Rubio y alto, su espejo merece verse así al menos en esos dos atributos, pero haga un esfuerzo de imaginación, le pido, para vérselas con el tercero.

Uno nunca termina de hacerse en su propia salsa, uno es con la historia, se hace con ella, se revisa, se critica, se cambia y se entrega a estadios que lo van dignificando y permitiéndole encontrarse con compañeros cada vez más dignos de lucha. En un retroceso extraordinario, usted se ha encontrado, como diría el tango, pasando del brazo con quien no debe pasar; su historia de lucha, de coraje, de reivindicación de los derechos de los actores ha quedado trunca (si hasta me cuentan que insidiosamente quiere ir con formas poco democráticas contra los avances logrados en estos doce años en la Asociación de Actores y en SAGAI), y, como en una contradicción zoológica, invierte la parábola del elefante: recuerda para adelante y camina para atrás.

La condena de los alienados como usted, son los otros, (siempre es el otro la condena y el consuelo, después de todo). Porque el otro, que vendría a ser yo, las multitudes, los que se encuentran entre boinas blancas y bombos, persisten tozudamente en su ser, coronan con acciones y con ideas los puntos de ese mapa que es la historia, y le reflejan a usted en una imagen en la que está obligado a verse.

No es con palabras que uno puede disponer de la realidad, es con acciones, con resultados, con idas y venidas dialécticas, con un hacerse permanente con los otros.

De manera que si usted farfulla, grita y afirma sus ideas, alejándose tan obstinadamente de la realidad, es porque en verdad necesita, mire qué ironía, un relato en el que usted sigue siendo ese tipo valioso de los setenta, que se la jugaba contra el orden neoliberal que hoy apoya con un irritante entusiasmo.

Necesita un relato en el que usted, actor al fin de cuentas, es un personaje, pero, pirueta final de la alienación, no es el personaje que usted cree ser, es más ni siquiera es la víctima de alguien “comido” por el personaje. Usted dispara sus últimos cartuchos existenciales creyendo que es el Gallego Soto, y no es más que Muzzicardi.

De la resistencia épica al grotesco criollo, de un revolucionario a un corrupto vinculado con la corrupción del Proceso. Digamos que en realidad, Muzzicardi le sienta bien, después de todo, usted, Luis Brandoni, apoya al hombre que se hizo multimillonario durante la dictadura y que proveía de vehículos a los grupos de tareas para sus secuestros.

http://www.enorsai.com.ar/politica/19789-la-brutal-carta-abierta-de-un-dramaturgo-a-un-desmemoriado-luis-brandoni.html


Comentario: Subrrallado original.


miércoles, 5 de octubre de 2016

Estamos cada vez peor, pero vamos bien

Miércoles, 05 de octubre de 2016.

Por: Tomás Lukin.

El Fondo estimó que la economía caerá 1,8 por ciento en 2016, un resultado peor al proyectado en julio. Y bajó a 2,7 su perspectiva de crecimiento para 2017. La inflación la proyecta en 39,4 por ciento este año y en 23,2 el próximo.

El FMI, conducido por Christine Lagarde, considera que Argentina inició una transición “importante y muy necesaria”.


El Fondo Monetario Internacional reiteró ayer su celebración del programa económico del gobierno de Mauricio Macri: “Argentina ha iniciado una transición importante y muy necesaria hacia un marco de política económica más consistente y sostenible”. Las nuevas alabanzas del organismo fueron vertidas en el Panorama Económico Mundial, el tradicional documento donde todos los años el FMI presenta sus estimaciones cuantitativas y cualitativas globales. Pero, a pesar del optimismo, el Fondo estima que la recesión será más profunda que la esperada en julio: “El impacto adverso de la transición económica fue mayor de lo previsto”, sostiene el informe al proyectar una contracción de 1,8 por ciento del PIB para 2016. El guarismo, para el cual no existen precisiones, es 0,3 puntos porcentuales peor al previsto anteriormente por el staff del organismo.

Desde que asumió Macri, los documentos del FMI destacan las transformaciones del Gobierno para “eliminar los desequilibrios y distorsiones macroeconómicos que han reprimido la inversión y erosionado la competitividad”. El viernes pasado al finalizar la primera revisión de la economía argentina en una década, la misión del FMI emitió un comunicado donde revalidó la creciente sintonía bilateral: “Hay que felicitar al gobierno por su claro compromiso para bajar la inflación a niveles de un dígito y reducir el déficit fiscal”. Sin embargo, esos resultados no llegarán en el mediano plazo: el organismo estimó ayer que la inflación trepará hasta el 39,4 por ciento en el año, aunque pronosticó una “importante” desaceleración para el próximo, para ubicarla en 23,2 por ciento. Así, las celebradas políticas permitirán alcanzar a fines de 2017 un guarismo similar al último año de la administración kirchnerista. Si bien los resultados están por encima de los que pretende instalar el equipo económico, el FMI reiteró “el importante progreso notado en el fortalecimiento de la precisión de los datos del IPC”. Esa evaluación se traducirá a mediados de noviembre en la terminación de las sanciones promovidas por la conducción del organismo.

El FMI presenta un escenario de anemia global con un pobre desempeño de los países desarrollados. Para Brasil, el organismo mantiene la estimación de un retroceso del producto de 3,3 por ciento y el documento considera que el desplazamiento de Dilma Rousseff y las políticas implementadas por el nuevo gobierno permitirán un shock de confianza que garantice una magra recuperación de 0,5 por ciento el año próximo.

En el caso argentino, los datos publicados ayer representan la segunda ampliación para la caída del PIB prevista por el Fondo. Cuando pasó en julio de -1,0 a -1,5 por ciento el organismo explicó que el empeoramiento respondía a la baja en el consumo privado y a una sorpresiva falta de respuesta de la inversión. El nuevo documento no ofrece precisiones sobre la profundización de 0,3 puntos para alcanzar la caída de 1,8 por ciento prevista para 2016. El año próximo el rebote permitirá que la economía crezca 2,7 por ciento, una décima menos que su estimación anterior. Si bien la celebran, la transformación no es suficiente para lograr esos resultados y el viernes reclamaron “un programa de reformas del lado de la oferta”, eufemismo para la implementación de las tradicionales políticas de flexibilización del mercado de trabajo, reducción de cargas tributarias y minimización de la intervención estatal.

A pesar del prestigio que gozan entre analistas e inversores, al momento de su difusión los informes del FMI se transforman en una herramienta política donde se expresan los intereses del organismo conducido por Estados Unidos y algunas potencias europeas antes que un análisis acabado de la coyuntura local, regional e internacional que atraviesan los distintos países. Las proyecciones para el PIB de la Argentina forman parte de esa lógica: a comienzos de siglo, las estimaciones prometían que las políticas de ajuste exigidas a cambio de los créditos serían acompañadas por una reactivación, mientras que a lo largo de la última década, donde el vínculo con el país se redujo tras la cancelación anticipada de la deuda, el staff del organismo subestimó sistemáticamente el crecimiento. El regreso del Fondo no representa un paso para solicitar un crédito y tampoco constituye un mecanismo para legitimar nuevas medidas de ajuste. Los responsables del Ministerio de Hacienda y Finanzas que hoy llegarán a Washington entienden que restablecer el vínculo con el FMI forma parte del proceso de reinserción plena del país, las provincias y las grandes empresas en el mercado financiero internacional.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-310980-2016-10-05.html

viernes, 30 de septiembre de 2016

Con los Kirchner la pobreza se reducía 1,33 puntos por semestre. Con Macri, crece 12,2 puntos

30/09/2016.

Por: Fernanda Vallejos.

El 1 de febrero de 2003, el diario Clarín titulaba sobre los datos difundidos en ese momento por el INDEC: “El nivel de pobreza es cada vez más alto: 57,8% de la población”. Se trataba, entonces, de los números correspondientes al tercer trimestre de 2002 que capturaban el impacto de la megadevaluación de Duhalde.



Al término del primer semestre de 2003, ya asumido Néstor Kirchner, el INDEC informaba, en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) continua, un nivel de pobreza del 54%. Desde aquel momento y durante los tres mandatos presidenciales del ciclo kirchnerista, la reducción de la pobreza fue persistente. La controversia en torno de las mediciones oficiales, lamentablemente, se cristalizó en la interrupción de la serie sobre incidencia de la pobreza y la indigencia en 2013. Por eso, para analizar la evolución de la pobreza, de punta a punta, es preciso recurrir a otras mediciones alternativas. En ese sentido, hay varias mediciones de centros privados. Entre ellas, las que realizó el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA-CTA), el Centro Economía Política Argentina (CEPA) u otras producidas en centros universitarios, como las de la Universidad Católica Argentina (UCA) y las del Instituto Gino Germani (UBA).

Al término del año pasado, CIFRA estimaba que “el nivel de pobreza se ubicó en 19,7% en 2015 (datos correspondientes al primer semestre)”. En el caso de CEPA sus mediciones arrojaban un nivel de pobreza de 19,8% en noviembre de 2015. Para el Gino Germani, a fines de diciembre de 2015 la pobreza se había ubicado en el 22%. Mientras que, para la UCA, ubicada -a diferencia de los otros tres casos citados- ideológicamente a la derecha, la pobreza al cierre de 2015 mostraba el número más elevado, llegando al 29%.

En cualquiera de los casos, el análisis de punta a punta del ciclo político-económico 2003-2015 muestra una clara reducción de la pobreza en Argentina durante esos doce años. La más modesta, tomando los números de la UCA, una reducción de 25 puntos porcentuales, en promedio, una caída de algo más de dos puntos por año. En el caso del Gino Germani, la caída es más pronunciada, con 32 puntos porcentuales de reducción de la pobreza en doce años, lo que equivale a 2,66 puntos porcentuales promedio por año. Si tomamos las mediciones de CIFRA o de CEPA, se trata de una reducción mayor, de más de 34 puntos porcentuales a lo largo del ciclo y de 2,85 puntos porcentuales por año, en promedio.

Los datos publicados ayer por el INDEC ponen de relieve un hecho sustantivo: con el cambio de régimen político y económico que se produjo el 10 de diciembre, hubo un quiebre rotundo de la tendencia decreciente en materia de pobreza e indigencia. Para decirlo en criollo: la entrada en vigencia del neoliberalismo implicó que la pobreza, que venía de caer sistemáticamente durante los doce años previos con cualquier medición que se tome, volvió a crecer y, por cierto, a un ritmo alarmante. Como hacíamos notar en unanota publicada ayer, en base a los datos del Instituto Gino Germani y las últimas cifras del INDEC y considerando una población nacional de algo más de 40 millones de personas, en apenas un semestre la pobreza creció un 46,8%, pasando de alcanzar a 8.820.000 argentinos en diciembre de 2015 a 12.950.000 en el segundo trimestre de 2016. Un impactante salto desde el 22% hasta el 32,2%, según las cifras publicadas ayer por el Instituo oficial. Si durante los mandatos de Néstor y Cristina Kirchner, la pobreza se reducía, en un promedio de 1,33 puntos porcentuales por semestre, Macri está batiendo récords: logró pasar de -1,33 puntos porcentuales de caída de la pobreza a +12,2 puntos porcentuales de expansión, en términos de promedio semestral.

Este inocultable quiebre en la evolución de la pobreza que, igual que ocurre con el desempleo, vuelve a colocar una situación tan dramática en el centro de los problemas reales de los argentinos, hace imposible que cualquier análisis, con mínimo viso de seriedad, pueda tomar en consideración la pretensión de Mauricio Macri de ser evaluado a partir de esta foto. Es que no puede pasarse por alto que, sólo durante los primeros seis meses de su gobierno, el paquete de políticas neoliberales, tras empujar a la economía a la recesión, destruir medio millón de fuentes de trabajo, acelerar brutalmente un proceso inflacionario que venía en retroceso y pulverizar la capacidad adquisitiva del salario y los ingresos de los argentinos, hundió a más de 4 millones de personas por debajo de la línea de pobreza. La foto que presenta el INDEC es, sin dudas, escalofriante: casi 13 millones de los argentinos son pobres. Pero lo es aun más la dinámica que comenzó a operar en la Argentina no ayer sino hace nueve meses atrás: más de un tercio de los pobres de nuestro país fueron condenados a esa situación por Mauricio Macri en su primer semestre de gobierno.

http://eppa.com.ar/con-los-kirchner-la-pobreza-se-reducia-133-puntos-por-semestre-con-macri-crece-122-puntos/

jueves, 8 de septiembre de 2016

El editorial de Dario Villarruel sobre la solicitada contra Rafecas

8 de septiembre de 2016.

Volvé a escuchar el editorial de apertura de Dario Villarruel en "Secreto De Sumario" sobre la solicitada contra el juez Daniel Rafecas. AQUÍ



Creado por Radio Del Plata.

http://www.amdelplata.com/segmentos/57d1a327035de05202213b8a/el-editorial-de-dario-villarruel-sobre-la-solicitada-contra-rafecas


sábado, 6 de agosto de 2016

Rosario

Sábado, 6 de agosto de 2016.

Por David Cufré

“El año pasado tocamos tres veces los precios de la carta. Este año ya van siete. Tuvimos que aumentar todos los meses porque no podemos absorber la suba de costos. Los calamares aumentaron 300 por ciento, la carne 50 por ciento, el queso 100 por ciento, el aceite 80 por ciento. Nosotros consumimos 800 litros de aceite por mes. El menú ejecutivo, que estaba entre 50 y 60 pesos, ahora está 120. Y no lo ponemos más caro porque no va a venir nadie, pero la verdad que el margen es cero. El año pasado los gastronómicos no teníamos menos de 8 o 10 por ciento de ganancia. Hoy no se están cubriendo los costos. Negocios grandes como el nuestro, que tenemos más espalda y podemos generar mayor flujo, la vamos peleando, pero para los restaurantes o bares más chicos es muy difícil. En Pellegrini (avenida céntrica de Rosario, con un importante polo gastronómico) ya cerraron Bao Baps y Méxicas. Capri, un restaurante tradicional de la ciudad, especializado en pastas, con más de cincuenta años, tuvo que cerrar. A mí ya me ofrecieron cinco negocios, lugares que son referentes, que me dejan el fondo de comercio regalado porque no pueden seguir, no pueden sostener la estructura. Estoy hablando de lugares grandes, negocios que uno nunca pensó que pudieran cerrar o ponerse a la venta. Y fuera del centro la situación es mucho más grave. Desde que empezó el año todos los meses estamos 15 o 20 por ciento abajo en las ventas en comparación con 2015”. El testimonio es de Leo Santero, responsable del restaurante El Gran Chopp de Rosario, un lugar muy conocido en la ciudad. Califica la situación económica para el sector gastronómico de terremoto. “La factura eléctrica nos aumentó 100 por ciento, el agua 100 por ciento y los impuestos municipales 50 por ciento. Si la Justicia llega a reponer la suba de las tarifas son muchos los que no van a poder aguantar”.

La crisis que desató el gobierno de Mauricio Macri con el levantamiento del “cepo” cambiario, que derivó en una devaluación abrupta, la quita de retenciones a los alimentos, los despidos en el sector público, luego multiplicados en el sector privado, la apertura importadora, los aumentos de luz, gas, agua y transporte, la paralización de la obra pública, la modificación de los créditos Procrear, el aumento de las tasas de interés, la cancelación de programas de apoyo crediticio a la producción, el desmantelamiento de los controles a la formación de precios, el achicamiento a menos de la mitad del plan Repro, y el corrimiento general del Estado de la economía, dejando que sea el mercado el que tome las decisiones, no terminará mágicamente. Si el Gobierno mantiene las políticas que llevaron a la situación actual no hay por qué esperar que las consecuencias vayan a ser otras más adelante.

El cambio de mes en el almanaque no fue la solución. El segundo semestre no está trayendo la recuperación prometida sino todo lo contrario. Los resultados de julio fueron peores en actividad, aumento de la canasta alimentaria, consumo y recaudación impositiva que en los seis meses previos. La tendencia no cambiará solo porque pasen los meses y eventualmente la inflación pueda disminuir por una recesión generalizada. El escenario que describen empresarios pymes de Rosario, un polo productivo diversificado, es agobiante. Por experiencia y por el lugar que ocupan en la cadena productiva, son quienes primero advierten la evolución del ciclo económico. El que se inició en diciembre del año pasado está en pleno desarrollo y las expectativas son de agudización de los problemas, por motivos muy concretos.

“La demanda está totalmente caída. Nuestros clientes apenas si reponen lo poquito que pueden llegar a vender. Tuvimos que suspender las horas extras. Estábamos en jornadas de 12 horas y bajamos a 8. Antes fundíamos de lunes a viernes. Ahora de lunes a miércoles Esto no tiene nada que ver con lo que pasó en 2014. Ese año después de la devaluación nos acomodamos rápido. Incluso para nuestro sector, el del aluminio, tuvimos un par de meses con un tipo de cambio diferencial que nos permitió sobrellevar la situación. A mitad de año ya estábamos con 60 días de fecha de entrega, estábamos sobrevendidos. Ahora podemos responder a los pedidos en tres días. La producción cayó 50 por ciento, y no fue mayor porque tomamos medidas preventivas el año pasado suponiendo lo que se podía venir. No hubo distribución de dividendos, hicimos acopio de materias primas y pactamos preventas. De lo contrario estaríamos operando al 30 por ciento de la capacidad instalada. El aumento general de costos fue del 69 por ciento, pero solo pudimos trasladar el 40 para ir acompañando las paritarias. Si subiéramos los precios lo que corresponde quedaríamos fuera del mercado”. Lo dice Cristina Bondioni, de Laminación Litoral, una fábrica que se dedica a la elaboración del aluminio, también de Rosario, con 49 años de trayectoria. Produce laminados que se utilizan como insumos para la elaboración de ventiladores, guardabarros de camiones, ollas, pavas y matricería. “Somos el segundo eslabón de la cadena, con 15 trabajadores”, explica. Cristina encabezó, con apoyo de la multisectorial de Rosario, una “resistencia ciudadana” al aumento de la electricidad, del 108 por ciento, que tuvo una fuerte repercusión y logró que finalmente la empresa distribuidora accediera a elaborar un esquema de pagos parciales. Lo mismo ocurrió con la factura del gas. “No podemos afrontar los aumentos. Es imposible. Nos juntamos con los trabajadores en la puerta de la empresa y nos plantamos para no permitir el corte del servicio eléctrico. Nos acompañó mucha gente. Fue tanto el revuelo que nos llamó la compañía para decirnos que no nos iban a cortar”, recuerda. La escena rememora a las mujeres que en los ‘90 resistían los desalojos de campos embargados.

“Crisis hemos pasado muchas, pero esta es muy violenta porque se dio todo junto: devaluación, aumento de costos, más importaciones, caída de las ventas, el tarifazo. Si a corto plazo no se toman medidas más coherentes, no le veo mucha salida”, lamenta Bondioni. “En laminados nos está afectando mucho el aumento de las importaciones desde Brasil”, advierte. “La crisis se ve en la calle. Yo todos los jueves a las 8 de la noche tengo que tomar un taxi en el centro. En la parada habitualmente no conseguía auto, había que esperar. Ahora llego y hay 6 o 7 taxis haciendo fila. Te dicen que se terminó el viaje corto. La gente camina, anda en bicicleta”, describe. También menciona que en la cuadra donde está instalada la fábrica, en el sur de Rosario, empiezan a aparecer galpones vacíos de pequeños talleres que se ven obligados a cerrar por la falta de actividad.

Juan José Sisca, de la metalmecánica Ardel, es de la antigua zona textil de Rosario. “Por acá se fundieron muchos en los ‘90. Había una fábrica textil muy grande, Estexa, y ahora hay un Easy. Donde estaba la fábrica de cosechadoras Gema hay un Carrefour y un complejo de cines. Había un predio por la fábrica militar con muchas industrias que pasó a ser la jefatura de policía. Era una escuela de oficios. Había 10 mil puestos de trabajo en el rubro de la bicicleta y se fundieron todos por la importación”, recuerda. “Lo que vemos ahora es que vamos por el mismo camino. A mis clientes les está afectando mucho el tema de la importación. Nosotros producimos guillotinas para cortar hierro y chapas. Es una herramienta que usan desde los herreros o chapistas hasta grandes empresas. Vendemos a través de ferreterías industriales. Pero está todo muy parado por la caída del sector de línea blanca. Bamby, Gafa y Briket tienen 800 trabajadores suspendidos. En el primer trimestre entraron desde Brasil la misma cantidad de heladeras que todo el año pasado”, detalla. “También vienen de Turquía. Si el Gobierno no cambia la política 180 grados va a ser imposible. Se están vendiendo naranjas de Israel, siendo que cruzamos el río y está la capital del cítrico. Entran zapatillas vía Chile a un tercio del precio local. Viene carne de cerdo de Brasil y de Dinamarca. Todo el sector porcino está cerrando. Había emprendimientos muy importantes. El otro día hicieron un corte en el puente Rosario-Victoria”, relata. “En Cañada de Gómez, a 50 kilómetros de Rosario, el sector de muebles también está con muchas dificultades por las compras a Brasil. Acindar suspendió personal, General Motors levantó un turno y abrió retiros voluntarios”, agrega, en su repaso de la situación productiva de Rosario. “La crisis nos arrastra a todos. El mes pasado cerró una librería histórica, la casa Bleger, que tenía como 90 años. Trabajaban 14 personas”. Sisca es dirigente de Apyme, entidad que nuclea a pequeños comercios. “Los almaceneros dicen que las ventas les bajaron 40 por ciento, los carnicerías lo mismo. Y la respuesta del Gobierno es la restitución del ‘puerta a puerta’”, se queja. Sobre la ley Pyme, sostiene que es “inocua en esta coyuntura. De qué me sirve que me descuenten Ganancias de nuevas inversiones si en este momento nadie invierte, nadie compra una máquina”.

Los informes de actividad industrial reflejan caídas en todos los rubros. Lo mismo ocurre en el comercio. Al final del túnel del que hablaba Gabriela Michetti no parece haber ninguna luz. Más bien asoma la silueta de Brasil, que empezó el año pasado con recesión económica y hasta altura ya es depresión. Rosario, como polo productivo, y las pymes que allí se afincan están alertando que la crisis va camino a ser peor de lo que es.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-306174-2016-08-06.html




viernes, 5 de agosto de 2016

De Mal en Peor

Viernes 05 de agosto de 2016.

Juan Carlos Schmid, por la CGT de Hugo Moyano; Héctor Daer, por la de Antonio Caló; y Carlos Acuña, por la de Luis Barrionuevo fueron los escogidos para la nueva conducción colegiada que se oficializará el próximo 22/08, con la aprobación del congreso sindical mediante. 'El Momo' Venegas, tan vinculado al gobierno de Mauricio Macri, no adhiere hasta ahora al nuevo enfoque colegiado. En la oportunidad, la CGT en vías de reunificación difundió un documento conjunto:



De Mal en Peor

A ocho meses de la asunción del ingeniero Macri como Presidente de la Nación, el tan mentado “sinceramiento de la economía” se ha reflejado con la peor cara hacia los trabajadores y la gran mayoría de los argentinos: hay aumento de la pobreza, una brusca caída del consumo y perspectivas económicas y sociales que ensombrecen aún más el horizonte.

De poco valen las declaraciones de aliento de los funcionarios apuntando hacia el segundo semestre y que ahora han sido postergadas para algún momento del año que viene…cuando uno está empapado hasta los huesos, importa poco si llueve.

El pedido que hizo el nuevo gobierno a la sociedad para que le “diera tiempo” y poder hacer frente a la “pesada herencia”, tendría que haber sido utilizado para corregir los males que aquejan a los argentinos. Sin embargo, en  esta paciente espera del milagroso segundo semestre, sólo ha habido malas noticias.

En casi todas las áreas donde se prometieron medidas para ir resolviendo la complicada situación económico-social del país sólo registramos agravamiento exponencial de los problemas.

La suba de precios al consumidor en el primer semestre ya superó toda la esperada para el año 2016. Faltando todavía otro medio año por delante, no sólo se está lejos de la promesa inicial de bajar la inflación al 25%, sino que las estimaciones más “optimistas” la ubican en el 43/45%.

A ello se suma que los aumentos afectan sobre todo a los rubros básicos de la canasta alimentaria familiar, con subas en el precio que no tienen un asidero mas que el de incrementar el lucro de los formadores de precios.

La baja de la producción, iniciada en el último trimestre del año pasado, también se aceleró en estos seis meses, llevándonos ya a una recesión con todas las letras. Los datos por sectores señalan caída en el conjunto de la industria (con mayor impacto en las pymes industriales), haciendo perjuicios  en la industria automotriz, en la siderurgia y, especialmente, en la construcción. En este último rubro, la demora en la  reactivación de la obra pública se nota en una simple comparación con respecto al año pasado: el consumo de cemento cayó un 23% en el primer trimestre de 2016.

El déficit fiscal, que el actual gobierno señalaba como uno de los peores enemigos, no sólo no se amesetó sino que, por el contrario,  aumentó en el orden del 5,2% en los primeros cinco meses. A este panorama se agrega la gran presión tributaria sobre las familias argentinas que consumen poco más de la mitad de un salario en el pago de impuestos y tasas. En este rubro es importante destacar que el Impuestos a las ganancias sobre la cuarta categoría aun aguarda el cumplimiento de la promesa de campaña de ser excluido. Los parches que se han intentado han empeorado la situación de todos los trabajadores afectados y han incluido entre los perjudicados a más empleados. ¿Cuánto más hay que esperar para la sanción de una ley que haga equitativo y justo este Impuesto al Trabajo?

La devaluación y la quita a las retenciones agropecuarias, medidas tomadas para encarar la pérdida de competitividad de las exportaciones, por su efecto inflacionario están socavando esa finalidad, y se acompaña con una apertura de importaciones que genera un efecto inverso perjudicando a la producción nacional. La entrada de bienes de consumo extranjeros creció el 30% por ciento en lo que va del año; en algunos rubros ese aumento es mayor aún (36% en calzado, 72% en tractores).

El impacto del brutal tarifazo de los servicios públicos ocasionó tamaño perjuicio que incorporó más pobres a los ya existentes en el tercio de la población afectada (es decir, más de 13 millones de compatriotas), la mitad de ellos, niños y adolescentes; y que claramente implica una dirección opuesta a la proclamada aspiración de transitar el camino hacia la “pobreza cero”.

No hay centro urbano ni barrio de la Argentina donde no se padezca, de una u otra forma, cierres de comercios, debido a la caída de las ventas, aumentos de los alquileres y el costo de la energía. Sólo en Rosario, superan los 1.500 comercios afectados y son más de 6.000 en la provincia de Buenos Aires. En la Capital Federal, sólo en el rubro gastronómico, se registran 400 cierres de restaurantes, bares y confiterías en lo que va del año.

Es necesario resaltar que la mayor generación de puestos de trabajo tiene lugar en las pymes. Y esta no es una particularidad de nuestro país, sino que es así en la mayor parte del mundo, incluidas las economías más desarrolladas donde estas empresas se desenvuelven en el campo de la industria liviana. Hoy el auténtico discurso industrialista está ausente del vocabulario de nuestros dirigentes políticos el empleo se encuentra con destrucción de puestos de trabajo y falta de inversiones privadas que disparen la generación de nuevas fuentes laborales.
         
Tanto el sistema previsional como la educación deben ser políticas estratégicas del Estado. Actualmente se pretende de los docentes un desatinado sacerdocio caracterizado por los votos de obediencia a políticas educativas sin consenso, lejos de las realidades de nuestro país que sigue teniendo problemas de financiamiento, salarios bajos e infraestructura deficiente.

Las escuelas técnicas, fundamental herramienta al servicio de los hijos de los trabajadores, están lejos de la centralidad educativa. La educación universitaria pública tiene serios recortes presupuestarios y la seguridad social parece encaminada a sufrir modificaciones que ponen en riesgo su sustentabilidad.

Todos estos datos expresados, nos hablan de un creciente deterioro de la calidad de vida de la mayoría de los argentinos que se resumen en inflación galopante, recesión, aumento del déficit fiscal, incremento del endeudamiento público, aumento de las importaciones, tarifazos impagables, caída del ingreso, pérdida del empleo, crecimiento de la pobreza y problemas en la escolaridad.

No hay que haberse graduado en Harvard o en otra prestigiosa universidad para darse cuenta de que vamos de mal en peor.

Las perspectivas que se avizoran, de no cambiarse el rumbo económico-social  son que empeoren las consecuencias y el horizonte social.

Por eso es necesario que, además de superar los gravísimos condicionamientos económicos que hemos enunciado, podamos recuperar en nuestro país el concepto de Pueblo, en el sentido amplio que nos indica la  Comunidad Organizada de Juan Domingo Perón. Una Nación no es sólo un Estado eficiente. Ser una Nación significa tener un proyecto político, social y cultural de convivencia y beneficios recíprocos entre todos los actores sociales.

Es hora de cambiar en serio, antes de que sea tarde. Es hora de gestar una “iniciativa popular” liderada por este movimiento obrero y que se conforme por todos los sectores del trabajo y la producción, que proponga, y aporte alternativas en defensa del trabajo argentino; una iniciativa socio-económica, no electoralista, que tenga por eje vertebral al  mundo del trabajo con sus necesidades y problemas.

En razón de esto, el Plenario de Secretarios Generales resuelve:

> Trabajar decididamente hacia la unidad del Movimiento Obrero Argentino como la más importante herramienta para fortalecer la defensa de los intereses nacionales. Redoblar el compromiso de gestar el ámbito propicio para que esa unidad se vea definitivamente plasmada en el Congreso Normalizador de la CGT a celebrarse el 22 de agosto, fecha en el que se conmemora el histórico renunciamiento de la compañera Eva Perón.

> Proponer al futuro Consejo Directivo Nacional un trabajo profundo sobre las representaciones del interior del país que conlleve, no solo la normalización de las delegaciones Regionales, sino también el análisis de las situaciones que en cada región acontezcan con el firme propósito de evaluar junto a sus dirigentes los planteos a presentar.

> Facultar y delegar a la conducción surgida del Congreso la elaboración de un programa con las principales problemáticas que aquejan al mundo del trabajo  y convocar a las acciones gremiales que correspondan en reclamo de las soluciones que requiere la mayoría del pueblo argentino.

http://www.urgente24.com/255443-opinion-de-la-cgt-sobre-la-economia-de-mal-en-peor


martes, 26 de julio de 2016

Un cambio indispensable en las relaciones laborales

Martes 26 de julio de 2016.

Las normas que regulan el trabajo deben proteger a quienes lo realizan, pero al mismo tiempo no tienen que desalentar la inversión y la productividad.

Las dificultades por las que atraviesa la economía debido a la herencia recibida, reclaman, entre otras necesidades, el aumento del empleo privado y una mejora de la competitividad. El cumplimiento de ambos objetivos permitirían absorber el empleo público excedente e incrementar genuinamente el nivel real de los salarios. Sin embargo, ninguno de estos propósitos podrán lograrse sin una reforma del modelo vigente de relaciones laborales en la Argentina. Se requieren modificaciones legales y estructurales, tanto en las reglas de alcance individual sobre el trabajador, como en las que hacen a los acuerdos colectivos.

Si bien la creación de nuevos puestos de trabajo es consecuencia, principalmente, de la inversión y del crecimiento de la economía, las normas laborales juegan un papel importante. Deben ser lo suficientemente equilibradas para proteger a quienes aportan su trabajo, pero sin por ello alcanzar a desalentar la inversión ni afectar la productividad.

Como marco general debe lograrse que el modelo sindical sea transparente y que asegure el pleno ejercicio de la libertad gremial, individual y colectiva. Se debe asegurar la democracia sindical en todos los planos, no solo en el electivo, sino en lo que hace a la participación real de los representados en la vida interna de los gremios.

Un primer punto a tener en claro es que toda imposición o carga sobre el salario induce a la sustitución de mano de obra por capital, afectando el nivel de empleo. La oferta de mano de obra es relativamente insensible al nivel salarial, mientras que cualquier incremento de impuestos y cargas sobre el trabajo reduce la demanda de empleo y afecta el salario de bolsillo. Debe entenderse, además, que es indistinto que las cargas las pague el trabajador mediante deducciones de su sueldo o que las pague formalmente el empleador.

Un aspecto sustancial de una reforma laboral es que la negociación de salarios y condiciones de trabajo tenga en consideración la productividad y los límites y posibilidades de cada empresa. Para ello debe realizarse entre interlocutores genuinos, que aunque tengan intereses distintos, estén finalmente alineados en la búsqueda del éxito de la empresa a la que pertenecen. En este sentido se debería asignar preferencia a los acuerdos laborales de nivel menor (empresa o sector geográfico) por sobre los acuerdos colectivos o paritarias en el nivel de sector de actividad. Sólo un acuerdo de salarios y condiciones laborales en el nivel de empresa, con sus propias ventajas y dificultades, asegura la convergencia de intereses entre el empresario y sus empleados y trabajadores. En cualquier caso, el acuerdo debería ser colectivo y no individual. El carácter colectivo comprende al conjunto de los asalariados de la empresa, cualquiera sea su oficio o especialidad. En efecto, debe evitarse la atomización gremial en la empresa, que a la hora de la negociación pudiera llevar a una carrera de dirigentes sindicales que intenten superar unos lo alcanzado por otros. La negociación descentralizada debe ser un motor de la reformulación del modelo de relaciones laborales. La capacidad negociadora de los trabajadores siempre se asegura con el derecho de huelga.

Debe eliminarse la obligatoriedad de la homologación de la autoridad administrativa, que lejos de ser un control eficaz, a menudo se constituyó en un obstáculo para los contenidos que se pretendían incorporar entre las partes signatarias. El arbitraje oficial debiera ser la última instancia frente a desacuerdos que no puedan ser resueltos por las partes. La condición aconsejable es que el árbitro deba optar por una u otra posición, no pudiendo resolver ni sugerir ninguna posición intermedia o distinta. Esto impulsa el acuerdo entre partes.
Click Aqui

Es importante evitar la duplicación de las autoridades administrativas competentes en cada jurisdicción, que además de ser un dispendio innecesario, son ineficientes y generan conflictos jurisdiccionales. Es imprescindible contar con un sistema informático que comprenda el régimen previsional, el de riesgos del trabajo, las asignaciones familiares, los planes sociales y el sistema de salud. De esta forma se evitarán incongruencias e incompatibilidades.

En el plano individual, uno de los aspectos relevantes es ayudar a la empleabilidad promoviendo la capacitación, el entrenamiento y un nivel profesional adecuados. La forma de incentivar y facilitar la demanda de trabajo es flexibilizar y facilitar la contratación y que a la vez se brinden garantías para que no se produzcan contingencias imprevisibles y desproporcionadas. El período de prueba, el contrato de plazo fijo flexible y otras formas de contratación modulares son instrumentos eficaces de promoción del empleo y reducción de los costos laborales. Esto no obsta para que se incentive la continuidad del contrato de trabajo. También debe tenerse en cuenta que los nuevos procesos y el avance de las tecnologías hacen necesaria la multifuncionalidad, la polivalencia funcional y la jornada variable o flexible.

Debe premiarse a quien genere nuevas oportunidades de empleo, por ejemplo, con la reducción o el diferimiento de las cargas sociales cuando se crean nuevos puestos de trabajo y cuando se tomen personas con discapacidades y dificultades para reinsertarse.

La indemnización por despido debería sustituirse por un sistema contributivo que ampare al trabajador frente al desempleo. Esto resultaría conveniente tanto para el empleador como para el trabajador, aseguraría un régimen eficaz de amparo frente a la desocupación, y a la vez establecería costos previsibles para las empresas. Se debería crear un fondo con aportes del trabajador y contribuciones del empleador. Los administradores de estos fondos podrían ser entes autónomos creados al efecto. Este fondo sería individual y propiedad del trabajador. En caso de no usarlo se podrá convertir en una renta vitalicia al momento de la jubilación.

El país está frente a una muy difícil coyuntura económica y social como consecuencia de la herencia recibida de la gestión kirchnerista. Pero está también frente al enorme desafío y la oportunidad de una profunda transformación. La reforma laboral es, sin duda, uno de los puntales del cambio estructural que puede llevar a la Argentina al Primer Mundo que nunca debió abandonar.

http://www.lanacion.com.ar/1921823-un-cambio-indispensable-en-las-relaciones-laborales