domingo, 10 de diciembre de 2017

Cómo cambió la economía durante la gestión Macri

Domingo 10 de Diciembre de 2017.

El gobierno nacional, que cumple dos años, lleva adelante un plan para cambiar de modelo económico. Ganadores y perdedores.

El gobierno de Cambiemos incentivó la apertura económica para atraer inversiones, pero los números muestran que no logró cumplir esa meta.

Se cumplen dos años de gestión del gobierno presidido por Mauricio Macri. Ha sido tiempo suficiente para despejar cualquier duda respecto a la orientación política e ideológica que tiene la alianza Cambiemos respecto de la economía. Desde sus primeros días, el cambio de rumbo fue más allá de lo prometido en campaña, procurando reposicionar a la Argentina como alternativa atractiva para las finanzas internacionales; ello se logró rápidamente gracias la apertura comercial, la liberalización del movimiento de capitales, el acceso irrestricto a las divisas, la desregulación de algunos mercados y una política monetaria instrumentada en favor de las actividades rentísticas y de la especulación financiera.

Fue clave también el pronto y condescendiente arreglo con los denominados "fondos buitre" logrado en abril de 2016, el que, gracias al apoyo del poder legislativo nacional, sirvió para habilitar la ventanilla del endeudamiento externo, vital para el financiamiento de los desequilibrios que generó una política de neto corte neoliberal: el déficit fiscal y el déficit de cuenta corriente.

En el plano interno, la política económica fue solamente una consecuencia de esta visión. La "lluvia de inversiones" nunca llegó, ya que la política monetaria desplazó los incentivos a la inversión real privada, junto con un cambio de visión respecto al rol del mercado interno en la dinámica económica.

El deterioro del poder adquisitivo de la población, especialmente de los sectores con niveles de ingresos más bajos, pretendió ser un medio para controlar la inflación, e indirectamente controlar la balanza comercial.

El control de la inflación ha sido el argumento de la política que permite sostener un modelo regresivo y recesivo, favoreciendo fuertemente a las finanzas especulativas en detrimento de la economía real, con cargo al Estado, que en definitiva es del conjunto de los argentinos.

Sin embargo, por las contradicciones propias de este esquema, no dio los resultados previstos por el propio gobierno. A pesar de observarse en 2017 una leve recuperación de la actividad económica, y una fuerte caída de la inflación respecto a 2016, la estrategia sigue presentando serias debilidades y los costos vienen superando largamente a los beneficios, hasta el momento.

De allí que el tema fiscal vuelva a ubicarse en el centro de la escena: si la economía no genera riqueza, sino que la toma del endeudamiento y la retira del sistema económico, el sector público no puede absorber recursos para llevar a cabo la misión que le encomienda la ciudadanía; sólo se debe ocupar de ajustar y administrar la escasez. Esto explica el motivo de las tres reformas propuestas por el gobierno (la reforma laboral, la reforma fiscal y la reforma previsional) que implicarán una nueva transferencia de recursos desde los sectores asalariados, la clase pasiva y los más vulnerables.

Las medidas implementadas durante los últimos dos años, no sólo implicaron cambios de forma, sino también en la estructura misma del proceso de formación y distribución de la riqueza, bajo la consigna de "normalizar la economía". Esto implicó reinsertarla al esquema mundial como proveedora de materias primas, útil para los grandes negocios y sin restricciones que impidan remitir al exterior las ganancias obtenidas localmente.

La base filosófica de esta economía es la convicción de que la Argentina, aunque tenga recursos naturales y capital humano suficiente para cobijar dignamente a sus habitantes, está condenada a ser periferia subordinada y dependiente del poder económico y financiero mundial.

Actividad económica

Luego de un año de profunda caída, en el 2017 la actividad económica logró recuperarse parcialmente y ubicarse a septiembre de ese año (último registro oficial) apenas 0,3% por sobre de los niveles que se observaban dos años atrás. Si se quisiera tomar como referencia el último mes completo de la gestión anterior, la situación reflejaría con más acercamiento que a dos años del cambio de gobierno, la macroeconomía no ha crecido.

Es importante destacar que en el 2017 los indicadores muestran un rebote, respecto al año 2016 en el que el PBI cayó un 2,2% (Fuente: Indec) que de todas formas no alcanza para afirmar que la economía se encuentra en un sendero de crecimiento sólido y sostenido.

A modo de comparación, en el año 1992, luego de aplicar medidas de corte neoliberal semejantes a las que implementó el gobierno de la alianza Cambiemos, el PBI creció más del 10%.

También vale destacar que en la evolución de la actividad económica del año 2017 se observa un repunte en la variación interanual desde el mes de mayo hasta el mes de julio inclusive, luego de lo cual la evolución declina paulatinamente, abriendo un interrogante acerca de si tal evolución resulta en rebote lógica posterior a un año muy negativo (como lo fue el 2016) o si se trata del inicio de una recuperación que se proyectará en el mediano y largo plazo.

Algunas estimaciones del PBI para todo el año 2017 hablan de un crecimiento del 2,5%, lo que no refleja las expectativas iniciales del gobierno.

A dos años de iniciada la gestión, el rumbo tomado por el gabinete económico sigue dejando serias dudas acerca de su viabilidad y sustentabilidad como estategia de crecimiento sostenible en el mediano y largo plazo.

La evolución antes descripta se define mediante sectores con evolución positiva, y otros con dinámica negativa, mostrando un efecto heterogéneo del nuevo rumbo económico sobre el conjunto de la producción. Los sectores que más contribuyen al PBI y más inciden sobre la demanda de mano de obra registrada sobre el nivel de empleo formal total, tuvieron una evolución negativa. Este es el caso de la industria manufacturera y Comercios y reparaciones. Estos sectores también son los que reclutan la mayor cantidad de pymes del país, y por lo tanto, la mayor capacidad de crear puestos de trabajo genuinos.

En consecuencia, sacando la administración pública (considerado por el actual gobierno como generador de empleo no-genuino), los sectores que más empleo formal aglutinan resultaron perdedores del modelo, mientras que los que tuvieron una performance positiva son en general capital-intensivo, con presencia de grupos económicos de mayor envergadura, y en muchos casos vinculados a capitales extranjeros.

Industria manufacturera

Un dato que se rescata de observar la evolución del EMI en los últimos dos años es que, si bien en octubre de 2017 la actividad económica escaló 4,4% con respecto a igual mes de 2016, no logró recuperar los niveles registrados en octubre de 2015 (todavía está 4 puntos por debajo).

A partir del mayo de este año, la industria viene registrando una mejora con respecto a la pobre performance registrada en 2016. En lo que va del 2017, lleva acumulado un crecimiento del 1,8%, pero el dato a destacar es que a pesar de esa evolución, la retracción de empleados que integra no se detiene.

Entre diciembre de 2016 y septiembre de 2017, la cantidad de empleados cayó en 17.540 unidades. Con lo cual se trata de una dinámica manufacturera que en términos agregados no logra recuperar los niveles de empleo previos al cambio de gobierno, y por lo tanto, los denominados "brotes verdes" no ha sido suficientes para recomponer los puestos de trabajo perdidos durante el año 2016.

Entre diciembre de 2015 y septiembre de 2017, se destruyeron 63.419 puestos de trabajo.

Esta dinámica permite decir que el modelo actual puede generar un impacto agregado positivo y lograr un crecimiento económico observado en la evolución del PBI, pero no garantiza el uso pleno de los recursos, ya que también se observa una caída en el nivel general de uso de la capacidad instalada.

Particularmente se observa que la industria manufacturera está logrando recuperarse de un muy mal año 2016, hecho que no está siendo suficiente para impulsar la creación de empleo y la distribución de los beneficios económicos de manera amplia y heterogénea.

Construcción

La actividad de la construcción ha servido de "apalancamiento" de la actividad, con el aporte fundamental de la obra pública que impulsó su evolución y la dinámica de incorporación de empleo durante el año 2017.

De todas formas, la cantidad de puestos de trabajo registrado en el sector no logró recuperar la pérdida sufrida durante 2016, arrojando un saldo neto negativo en la comparación de último dato de 2017 con su respectivo mes del año 2015 (para evitar errores surgidos en la estacionalidad).

El 2016 fue un año de profunda caída en la construcción. La inversión privada tuvo un momento de incertidumbre y en parte también fue desplazada por otras aplicaciones surgidas de las oportunidades de renta financiera que genera la actual política monetaria.

En este sentido, el ambicioso plan de obras públicas que decidió impulsar el gobierno, tienen un fuerte impacto en la dinámica de la construcción a nivel macro, y el efecto inmediato sobre sectores importantes tales como la producción de cemento, hierros y otros insumos básicos para la construcción.

Luego de dos años de gobierno macrista, la construcción retoma los niveles del año 2015. Si la dinámica de esta actividad depende exclusivamente de la inversión pública, la necesidad de acortar el déficit fiscal puede afectar su posterior evolución, ya que difícilmente la construcción privada por sí sola permita lograr la evolución esperada y sostener los niveles de empleo por encima de los 450.000 trabajadores.

Balanza comercial

Desde su llegada al gobierno, la alianza Cambiemos impulsó una serie de medidas tendientes a la apertura comercial, que respondió tanto a su efecto disciplinador de los precios internos como a su vocación de seducir a los intereses foráneos en la captación de capital.

Durante el año 2016, la balanza comercial (exportaciones e importaciones), registró un superávit que, tal como ocurre en Argentina en épocas de profunda recesión, obedece a una caída en las compras habituales para el funcionamiento de una economía activa y en crecimiento. Por este motivo, durante el año 2017, el superávit se revierte fuertemente, tocando un déficit que refleja las consecuencias de un modelo aperturista y de tipo de cambio bajo.

Esta situación no fue una sorpresa para el gobierno, que en sus dos propuestas anuales de presupuesto público nacional (2017 y 2018) estima un rojo comercial, que se sostendrá en el tiempo.

Este aspecto resulta central, ya que se trata de un esquema económico que no genera riqueza de manera genuina, y que las exportaciones de los sectores "elegidos" como ganadores (agroexportador, vehículos, energía, entre otros) no logran generar saldos comerciales suficientes para financiar la exportación de divisas de las importaciones y la fuga de capitales.

Más allá del problema del déficit comercial, hay cambios en la composición de las exportaciones y las importaciones entre 2017 y 2015. Sobre las primeras, poco se puede decir en vista de una muy pobre dinámica exportadora, ya que las mismas prácticamente no variaron en el acumulado enero-octubre del 2017 respecto al mismo período de 2015; a pesar de ello, se observa que los productos primarios y las MOI lograron mejorar relativamente su participación sobre el total, en detrimento de las MOA y combustibles y energía.

El cambio se observa con más claridad al observar las importaciones, que aumentaron un 9% entre el acumulado enero-octubre de 2017, respecto al mismo período de 2015. Las mayores estuvieron orientadas a vehículos automotores de pasajeros, bienes de consumo y bienes de capital.

Salvo algunos casos de bienes de capital, las partes necesarias para el proceso productivo registraron caídas, en concordancia con una pobre dinámica económica de algunos sectores de la actividad industrial y manufacturera (piezas y accesorios de bienes de capital y bienes intermedios).

En el frente externo se encuentra una de las principales debilidades del esquema económico del gobierno. La debilidad propia de un esquema aperturista, enfocado en determinados sectores tradicionales, de bajo valor agregado y muy dependientes de la dinámica de precios internacionales, reedita el problema de extrangulamiento externo.

La alternativa que se observa con gran preocupación es que en la concepción política de la actual gestión, el aparato productivo no requiera divisas producto de su deterioro o de la sustitución de bienes nacionales por otros foráneos.

La idea tratada con peligrosa superficialidad, que refiere a la necesidad de reconversión de las empresas que no puedan competir con los productos extranjeros, no evita una demanda de divisas para consumo y fuga de capitales en general, que en vez de tener un rol activo en la incorporación de valor agregado y, por lo tanto, en la generación de empleo, apunta al consumo suntuosos o de lujo de un sector beneficiado y con capacidad de pago, marginando las posibilidad de inclusión de las grandes mayorías y la aplicación de la divisas a un objetivo de desarrollo nacional.

Inflación

El combate a la inflación fue y es uno de los principales objetivos de la política económica del gobierno de Macri, así como de la conducción del Banco Central de la República Argentina (BCRA), que sigue recibiendo un apoyo total por parte del presidente de la Nación.

Si bien el gobierno se esfuerza por decir que ha logrado bajar la inflación, la realidad indica que por segundo año consecutivo la autoridad monetaria no logró cumplir la pauta de inflación auto-establecida, pero eso fue pese a que sí contrajo elevados costos en términos económicos y de déficit cuasifiscal (quebranto en el balance del BCRA) generando fuertes desincentivos a la inversión productiva y graves consecuencias sobre la dinámica económica y social.

La inflación en 2016 superó el 41%, mientras que en el 2017 se espera que ronde el 22%. Ha bajado a la mitad de lo que fue en el 2016, pero con una política contractiva que le generó al BCRA pasivos por más de 1,1 billones de pesos y un contra-incentivo a la inversión.

El problema al que se llega con esta lógica antiinflacionaria es real y muchos economistas (sobre todo los ortodoxos) auguran un desenlace traumático. La mala noticia es que a fines del 2017 el BCRA tuvo que volver a subir la tasa de referencia, lo que indica que el mercado está exigiendo más rentabilidad para seguir financiando el esquema. Altas tasas de interés son un freno a la recuperación de la actividad y un pasivo que tarde o temprano hay que pagar. Si el gobierno quisiera ponerle un freno a esta burbuja especulativa (porque obviamente la economía no resiste tasas del 29%) las presiones sobre el tipo de cambio generarían el conocido "pass-trough" sobre los precios, echando por tierra el objetivo de controlar la inflación. Y crece la la incertidumbre desde el día uno.

Situación fiscal

Uno de los principales objetivos planteados por el gobierno desde diciembre de 2015, fue el ajuste fiscal necesario para terminar "con la fiesta" que significó una conducta expansiva del gasto público. Esto llevó al Ejecutivo a plantear medidas de alto corte anti popular, las que de todas formas no dudó en implementar con el aval de organismos internacionales y el apoyo de un amplio sector de la población.

Sin embargo, el ajuste selectivo de algunas partidas presupuestarias (principalmente del gasto social y del gasto en servicios económicos) no logró compensar las concesiones que se hicieron a sectores vinculados al interés del gobierno, como por ejemplo, la quita de retenciones al agro, la reducción de impuestos a mineras y al patrimonio, entre otras. Fue así que no se logró bajar sustancialmente el saldo negativo de las cuentas públicas, cayendo en el mismo debilidad con la que acusó a la gestión saliente.

Esta situación dejó al gobierno a mitad de camino, puesto que la visión de la economía que tiene el gabinete económico no cierra si el sector público extrae los pocos recursos que genera la economía. Así se explica idea de "reformas pendientes" y "profundización del modelo" que fundamenta las tres reformas que el poder Ejecutivo envió en simultáneo al Congreso de la Nación, apenas superadas las elecciones legislativas de octubre pasado: laboral, fiscal y previsional.

El problema del desfinanciamiento del Estado ha sido y es un punto central de la política económica, ya que a diferencia de la ideología liberal, el Estado neoliberal tiene que hacerse cargo de la provisión de bienes y servicios públicos en los que por diversos motivos el sector privado se niega a participar. Esto incluye el desarrollo de ambiciosas obras de infraestructura ligadas a mejorar la logística y generar las condiciones para la radicación de grandes emprendimientos, dejando una menor proporción del presupuesto para obras de impacto educativo, social y cultural, caracterizadas por tener una mayor valoración social y aportar numerosos beneficios intangibles.

A los compromisos del sector público, debe sumarse el notable incremento de las erogaciones en concepto de intereses de la deuda, que en el 2017 se incrementará un 79% respecto al 2016, el déficit fiscal superará largamente las cifras esperadas por el gobierno, siendo incluso mayores a las registradas durante el denostado (por populista) gobierno del Frente Para la Victoria. Sólo en concepto de intereses el déficit será del 2,41% del PBI, a lo que si se suma el déficit primario, más el déficit cuasifiscal (del BCRA) la cifra supera largamente el 7% del PBI, según estimaciones preliminares.

De allí que el tema fiscal volvió a ubicarse en el centro de la escena: si la economía no genera riqueza sino que la toma del endeudamiento y la retira del sistema económico, el sector público no se puede absorber recursos para llevar a cabo la misión que le encomienda la ciudadanía; sólo se debe ocupar de ajustar y administrar la escasez. Esto explica el motivo de las tres reformas propuestas por el gobierno (la reforma laboral, la reforma fiscal y la reforma previsional) que implicarán una nueva transferencia de recursos desde los sectores asalariados, la clase pasiva y los más vulnerables.

Deuda externa y fuga

Al 10 de noviembre de 2017, la deuda pública bruta del Estado nacional ascendió a u$s 314.234 millones. Tal stock de pasivos significó un incremento del 14,1% con respecto a diciembre de 2016 (+u$s 38.788 millones) y del 30,6% en comparación al 31 de diciembre de 2015 (+u$s 73.569 millones).

https://www.lacapital.com.ar/economia/como-cambio-la-economia-la-gestion-macri-n1521304.html#_=_


jueves, 7 de diciembre de 2017

Un acuerdo trascendente alumbra para la región

Jueves 07 de diciembre de 2017.

Por: Carlos Pagni.

La Argentina está acercándose a una encrucijada para su vida pública. En el marco de la cumbre de la OMC que se celebrará en Buenos Aires entre el domingo y el miércoles próximos, se definirá si el Mercosur y la Unión Europea firman, después de 22 años de negociación, un Tratado de Libre Comercio. Sería una novedad de largo alcance. Transcurridos 10 años, ambos bloques integrarían un área en la que el 95% de los bienes se podrían intercambiar sin barreras arancelarias.

Esa posibilidad tiene significados particulares para cada uno de los actores. Para el gobierno de Mauricio Macri sería una palanca inapreciable. Macri está empeñado, por convicción y por necesidad, en reducir el nivel de protección del mercado interno, que en algunos sectores es extraordinario. Un tratado internacional le permitiría forzar una apertura paulatina, reduciendo el costo del enfrentamiento con empresarios y sindicalistas afectados. La liberalización sería presentada como un compromiso con terceros.

Las conversaciones chocaron, en el tramo final, contra el obstáculo de siempre: la carne. Es un problema que tiene su raíz en Francia. El proteccionismo agropecuario de ese país hace que la oferta de los europeos se vuelva inaceptable para los ganaderos del Mercosur.

Las dificultades con la carne son históricas. En 2004 Europa, que todavía contaba con sólo 15 miembros, ofreció comprar 100.000 toneladas por año. Las tratativas se suspendieron. Pero se estableció que el acuerdo debería ser superior al 90% de los productos y también a la oferta que se estaba formulando en ese momento.

En 2010 hubo un intento de retomar las conversaciones, durante la cumbre entre Europa y América latina de Madrid. Pero los contactos recién se reanudaron el año pasado. Los nudos a desatar eran dos: carne y etanol. En el caso de la carne, trascendió que la oferta fue inferior a la de 2004: entre 78.000 y 85.000 toneladas. El dato se filtró y la Unión postergó la propuesta. Sus ministros de Agricultura presionaron y, en un mes, consiguieron que esa pequeña cuota sea retirada. La negociación entró en otra crisis.

Los europeos pidieron que pasaran las elecciones alemanas para volver a discutir. A fines de octubre pasado, ofrecieron 70.000 toneladas de carne. Menos que la peor versión del año anterior. ¿La excusa? Ya no está el Reino Unido. El Mercosur, sobre todo Brasil, puso el grito en el cielo.

A comienzos de noviembre último, el vicepresidente de la Comisión de Comercio europea, el finlandés Jirky Katainen, visitó Brasilia y Buenos Aires. Los brasileños, que por su escala productiva son los más exigentes, le pidieron un cupo de alrededor de 280.000 toneladas. Para comprender la divergencia: los europeos están dispuestos a abrir entre el 1,3% y el 1,5% de su mercado de carnes. El Mercosur pretende alrededor del 3%.

Esta diferencia está sometida a la presión de varios intereses estratégicos. Se notó en la última reunión de líderes de la Unión Europea. El francés Emmanuel Macron pidió incorporar el acuerdo al orden del día. Sus colegas se lo negaron y, durante la cena, le plantearon la necesidad de que las negociaciones sean exitosas. Macron está en una contradicción. Es un liberal que defiende el proteccionismo. Sus límites son Angela Merkel y Mariano Rajoy, principales abogados europeos del tratado. Merkel es, por supuesto, decisiva. Además de ejercer el liderazgo más poderoso, los presidentes de las comisiones de Comercio y Exteriores del Parlamento Europeo son alemanes. El acuerdo debe obtener acuerdo parlamentario. Una versión insistente dice que desde esas comisiones le hicieron saber a Cecilia Malmström, la comisario de Comercio de la Unión, la necesidad de que el tratado se firme en Buenos Aires.

La sueca Malmström, responsable directa desde el lado europeo, está interesadísima en hacerlo. Conoce la reticencia de los franceses. Pero prefiere mostrarse preocupada por las pretensiones brasileñas. En Europa se quejan de que Brasil haya encomendado la negociación a un técnico de su cancillería, Itamaraty. Se trata de Ronaldo Costa, un especialista involucrado en las tratativas desde hace años.

También Macri sospecha que, desprovistas de la suficiente presión política, las conversaciones queden bloqueadas por la inercia burocrática de los meticulosos diplomáticos brasileños. Ansioso, hace tres semanas llamó por teléfono a Michel Temer para hacérselo saber.

En Itamaraty no responden con un argumento técnico, sino político: "Si firmamos algo insatisfactorio, no conseguiremos que lo aprueben en el Congreso, donde la presión del sector agropecuario se hace sentir". Es la misma excusa que presentó el embajador francés en Buenos Aires, Pierre Guignard, en la entrevista que publicó LA NACION el lunes pasado. Aunque, en el caso de Guignard, algunos de sus colegas europeos percibieron un matiz: "Antes decía que no estaban dadas las condiciones para acordar. Ahora avanzó un paso y advirtió que lo que se acuerde podría ser rechazado por el Parlamento", apuntó uno de ellos, ante este diario.

La aprobación legislativa no preocupa sólo en Europa o en Brasil. En Buenos Aires ya funciona un sigiloso movimiento para impedirla. Lo encabeza la industria farmacéutica, que recurrió a los servicios de un experimentado ex diputado.

Malmström sabe que su problema no está en Brasilia, sino en su propio frente interno. Debe convencer a los ministros de Comercio, sus mandantes. Pero también a su par, el comisario agrícola, el irlandés Phil Hogan. Disimulada detrás de Francia, Irlanda tampoco quiere firmar.

Malmström, Katainen y la representante de Relaciones Exteriores de Europa, Federica Mogherini, quieren regresar de Buenos Aires con un acuerdo.

Suelen quejarse de que los empresarios que se beneficiarían no se hacen escuchar. Tal vez se deba a esa protesta la carta que envió a Malmström la organización de empresas Business Europe, alentando la firma del tratado.

En Buenos Aires debería presentarse la oferta final. Si resulta aceptable, se firmaría el acuerdo. Malmström pretende ponerlo a consideración de los ministros de Comercio de su bloque, que participarán de la cumbre de la OMC. Sus colegas del Mercosur le adelantaron que ese trámite no está contemplado en el ritual.

Si la oferta europea no fuera satisfactoria para el Mercosur, está contemplado que se firme un acuerdo "político", declarando que se coincidió en liberar el 85% de los rubros económicos, y que el resto se terminaría de discutir en un par de meses. Es una forma de disimular un fracaso.

Para que el convenio comience a regir deben aprobarlo los parlamentos. El europeo ha seguido las negociaciones desde cerca. El ponente del tratado es Ignacio Salafranca, un español que conoce bien lo que se discute: además de ocupar una banca en Estrasburgo desde 1994, fue embajador de la Unión Europea en la Argentina entre 2015 y 2017.

El tratado puede ser estimulante para Europa. Sería un éxito de líderes aperturistas, que discuten con sus propias oposiciones internas, en general proteccionistas, y que han sido desafiados por el repliegue anglosajón. Con la llegada de Donald Trump al poder, Estados Unidos interrumpió las tratativas para un entendimiento similar. Y Gran Bretaña, en junio del año pasado, abandonó la Unión.

En el caso de Trump, su gobierno podría dinamitar la cumbre de la OMC, que presidirá Susana Malcorra, negándose a integrar los paneles de resolución de controversias. Merkel celebraría la firma de un tratado europeo de libre comercio, en el mismo lugar, al mismo tiempo.

Europa ha cerrado asociaciones comerciales con México, Canadá, Japón, Singapur y Vietnam. La que se negocia con el Mercosur equivaldría, por el volumen de intercambios, a 7 veces la de Canadá y 5 veces la de Japón.

Para el Mercosur sería una extraordinaria novedad. Es un bloque muy aislado, que compite en desventaja con países como México. Por eso, para muchos funcionarios argentinos, la negociación es intrascendente. Ellos creen que un acuerdo en el que Europa no conceda nada sería mejor que el encapsulamiento actual. A los ojos de Macri, además, el tratado cumple con una condición indispensable: es gradualista. En estos días, se le escucha repetir: "Si en 10 años los empresarios no pueden competir, entonces este país está perdido".

http://www.lanacion.com.ar/2089181-un-acuerdo-trascendente-alumbra-para-la-region

viernes, 3 de noviembre de 2017

Macri y una reforma laboral que es más fuerte de lo esperado

03/11/2017.

Por: Marcelo Bonelli.

El primer emisario fue Jorge Triaca. Después, el ministro de Transporte habló claro con el cacique sindical. Guillermo Dietrich le anticipó a Hugo Moyano los planes del Presidente y le contó que la Casa Rosada va por una amplia reforma laboral para bajar costos.

El jefe de camioneros amenazó con la reacción gremial y expuso fuertes reparos al plan flexibilizador. Dietrich fue concreto: “Si vos acompañás nuestras propuesta, nosotros negociamos con ustedes”. Pero trascartón fue menos sutil y advirtió que el propio Macri estaba dispuesto a utilizar la dureza de otros métodos.

De ambas conversaciones -la de Dietrich y la de Triaca- surgió una versión: que la Casa Rosada podría impulsar investigaciones de corrupción sobre Moyano y los dirigentes gremiales que no acompañen y pongan palos en la rueda en las reformas. La Casa Rosada deja trascender que muchos ex funcionarios y sindicalistas no salieron a atacar las medidas por temor a que la Justicia actúe sobre ellos.

Axel Kicillof estuvo el martes frente a Nicolás Dujovne. No hizo ni una crítica a la reforma impositiva. Y nadie aún levantó la voz para criticar la nueva fórmula previsional, el eje central de otro fuerte recorte de gastos fiscales. El nuevo régimen laboral va a incluir una propuesta audaz y polémica: un virtual intento de reemplazar de modo global todo el paquete de legislación; nuevamente, para abaratar costos.

Detrás de esta iniciativa asoma un impulsor central: el Presidente. La magnitud de los cambios que se propician está dada por lo siguiente: entre las modificaciones se quiere crear un sistema de indemnización alternativo, que sea financiado con el aporte directo de los trabajadores. Jorge Triaca ya se lo notificó a los sindicatos y también habló con cada uno de los líderes empresarios. Los titulares de la UIA, la Cámara de la Construcción y AEA apoyan, pero la CGT respondió suspendiendo ayer una reunión con el ministro. El nuevo sistema de despidos sería así: habría un aporte directo del 12 % de los salarios. La indemnización futura -en caso de despido- surgiría del fondo que logre acumular cada trabajador. Tal como viene, el régimen convivirá con el actual.

Triaca comunicó a empresarios y sindicalistas una cuestión central: que esto es imparable, porque es el propio Mauricio Macri el principal impulsor de la reforma.

Macri lo repite en la intimidad: el alto costo laboral frena inversiones y las altas indemnizaciones impiden tomar nuevos empleados.

Fue lo que escuchó de los líderes de las “multis” en sus viajes al exterior. Por eso la propuesta sería profunda e incluso más osada que la que llevó adelante Carlos Menem. Es que puertas adentro los ministros repiquetean sobre un punto: hay un nuevo Macri.

Insisten en que ahora el Presidente se va a exponer en público, así como piensa y actúa en privado. Se trata de alguien con menos del marketing de Jaime Durán Barba y más auténtico con sus iniciativas.

Ese cambio se percibió en el acto del CCK. Estuvo en todos los detalles del armado y decidió pasar facturas al círculo rojo que apostó por Daniel Scioli. Fue duro con los hombres de negocios. Eduardo Eurnekian se retiró ofendido, disgustado por el lugar donde lo ubicó ceremonial.

Los severos cargos contra la Justicia fueron un pase de factura a Ricardo Lorenzetti. Macri no le perdona el fallo sobre la coparticipación, ni el de tarifas. En la Casa Rosada dicen que que fueron “gustos” que el Presidente se quiso dar. No en vano el círculo rojo lo bautizó con el sobrenombre de “El Calabrés”.

Esa actitud también se refleja en las decisiones que está por tomar por los cambios de Gabinete. Confirmó el anticipo exclusivo de Clarín de que Luis Etchevehere iba a ser nombrado ministro de Agro-Industria. Dicky Smith Estrada podría ser futuro titular de la Rural. Macri tiene una propuesta para hacer más cambios y fusionar ministerios. Por ahora tiene a todos en vilo. En cambio, avaló la acción de Alberto Abad contra Cristóbal López. El “zar del juego” es quien fogonea las infundadas versiones sobre la renuncia de Abad.

Pero el jefe de la AFIP actúa tranquilo: recibió la ratificación del Presidente, cuando él puso su renuncia sobre la mesa, ante la filtración del blanqueo de Nicolás Caputo y Gianfranco Macri.

Después de dos años, Macri lanzó un ambicioso primer plan de gobierno. Nicolás Dujovne precisó la reforma fiscal. Los cambios tributarios tuvieron una primera buena recepción en la comunidad de negocios. Javier Alvaredo -ex jefe de asesores de Miguel Peirano- lo dijo en una íntima reunión con influyentes hombres de negocios. Afirmó : “Va en la dirección correcta. Premia la inversión y la creación de empleo”. Eso creen en la UIA. Pero muchos cuestionan el excesivo gradualismo.

También, que existe una grave contradicción con el desbarajuste macroeconómico.

La reforma tributaria apunta a aumentar las inversiones, pero la macroeconomía las frena. La sobre tasa del BCRA favorece la bicicleta financiera, atrasa el dólar y obliga al endeudamiento. Todo en contra del inversor. En otras palabras: se trata de una peligrosa falta de coordinación entre los cambios fiscales y el armado macroeconómico.

https://www.clarin.com/opinion/macri-reforma-laboral-fuerte-esperado_0_BkeILXF0-.html

miércoles, 25 de octubre de 2017

Nuevos datos sobre la situación laboral actual

Oct 25, 2017.

Por: Esteban Guida fundacion@pueblosdelsur.org

El pasado miércoles, el Indec publicó los resultados del informe “Cuenta de generación del ingreso e insumo de mano de obra” actualizado al segundo trimestre de 2017.



El pasado miércoles, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicó los resultados del informe “Cuenta de generación del ingreso e insumo de mano de obra” actualizado al segundo trimestre de 2017. Este informe comenzó a publicarse a mediados de este año y presenta una estimación de la realidad laboral que atraviesa el país dado que al combinar datos del sector público y de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) incorpora en el análisis a los asalariados del sector público, a los asalariados no registrados y a los no asalariados (cuentapropistas).

A finales del segundo trimestre del presente año, la cantidad de puestos de trabajo totales se ubicaba en una cifra cercana a los 20 millones. Al desagregar, se obtiene que el 76,2% corresponde a empleos remunerados y el resto a mano de obra no asalariada (es decir, trabajadores por cuenta propia). Del total de empleos asalariados que asciende a 15,27 millones, el 70% se encuentra registrado y el resto “en negro”, como se suele decir en la jerga popular.

En base al mencionado informe, entre el 2° trimestre de 2016 y el 2° trimestre de 2017, se crearon 118.000 puestos de trabajo, es decir, en términos interanuales, se produjo un crecimiento cercano al 0,6 por ciento. Los puestos de trabajo que perciben remuneración y se encuentran bajo los regímenes de formalidad aumentaron 0,8% (79.000); los empleos asalariados pero no registrados 0,4% (17.000) y los cuentapropistas 0,5% (21.000).

El hecho de que las variaciones respecto al año anterior sean positivas resulta en sí mismo auspicioso, pero no se puede dejar de mencionar que un crecimiento del 0,6% en la cantidad de empleos no logra compensar el crecimiento de la población en condiciones de trabajar, que se estima en alrededor del 1% de la población.

En consonancia con el aumento de la cantidad de puestos de trabajo asalariado, se registró también que la participación de las remuneraciones del trabajo asalariado en el Valor Bruto Agregado fue de 48,1% en el segundo trimestre de 2016 y de 49,9% en el segundo trimestre de 2017. Este crecimiento interanual de 1,8 puntos porcentuales se explicó 70% por el sector privado y 30% por el sector público. Las actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, el transporte, almacenamiento y comunicaciones, y la construcción fueron los sectores privados que más se impulsaron tal generación de ingreso.

Asimismo, en el informe en cuestión, se expone la composición del empleo en todos los sectores públicos y privados de la economía. En otras palabras, se proporciona la cantidad de puestos de trabajo por sector y cómo se distribuye entre formales, informales y cuentapropistas. Al segundo trimestre de 2017, los puestos de trabajo del sector público ascienden a 3,4 millones; mientras que, el sector privado presenta 16,6 millones de empleos.

El comercio, la industria manufactura, la construcción y el agro son los sectores que mayor participación tienen en la cantidad de puestos privados de trabajo. Entre los cuatro explican alrededor del 50% de los empleos privados contabilizados al segundo trimestre del 2017. No obstante, no hay que pasar por alto que el 2016 fue un año marcado por la recesión económica donde se destruyeron una significativa cantidad de puestos de trabajo. Es más, a pesar de los repuntes de actividad que registran ciertas ramas de la economía no todas lograron recuperarse y compensar el derrotero sufrido el año pasado. Particularmente, el sector manufacturero fue y continúa siendo el más perjudicado en términos laborales: a finales de julio de 2017, la cantidad de asalariados registrados en el sector manufacturero ascendió a 1,2 millones, lo que implicó 62.700 empleados menos que en julio de 2015 y 30.000 menos que en julio de 2016.

El informe también da cuenta de cuáles son los sectores con mayor proporción de empleo remunerado no registrado. El primer lugar le pertenece al sector de “Hogares privados con servicio doméstico” que con un total de 1,65 millones puestos de trabajo, el 70% (1,16 millones) corresponde a empleos no registrados. Lo siguen el sector agropecuario y la actividad de la construcción donde el 60% y el 56%, respectivamente, explican la porción de informalidad que marca el total de empleos remunerados.

El desafío de crear puestos de trabajo genuinos para incluir a todos en el dispositivo de producción y distribución de riqueza, sigue siendo una asignatura pendiente. A dos años del cambio de rumbo económico, no hay indicios para pensar que el esquema actual resultará contundente a la hora de lograr resultados acordes con las expectativas iniciales.

http://www.conclusion.com.ar/politica/economia/nuevos-datos-sobre-la-situacion-laboral-actual/10/2017/

lunes, 11 de septiembre de 2017

Carta abierta a todos los ciudadanos y las ciudadanas que votaron listas opositoras en la Provincia de Buenos Aires

Septiembre 11, 2017.

Por. Cristina Fernandez de Kirchner.

El pasado 13 de agosto, la mayoría de los electores le dieron un mensaje muy claro al Gobierno de Macri, Vidal y Bullrich: dos de cada tres bonaerenses dijeron, con su voto, que hay que frenar el ajuste.



Carta abierta a todos los ciudadanos y las ciudadanas que votaron listas opositoras en la Provincia de Buenos Aires.

El pasado 13 de agosto, la mayoría de los electores le dieron un mensaje muy claro al Gobierno de Macri, Vidal y Bullrich: dos de cada tres bonaerenses dijeron, con su voto, que hay que frenar el ajuste.

Hay esperanza. Entre todos y todas, obtuvimos un resultado importante que el Gobierno no debería ignorar. Pero, como ya sabemos, lo va a hacer. De hecho, ya prepara el GRAN ajuste para después de las elecciones de octubre. Flexibilización laboral que afectará el sector registrado del trabajo, despidos en el sector público, recorte de jubilaciones y pensiones, ajuste a las Provincias y más aumento en las tarifas de los servicios de luz, gas y agua, agregándose el transporte, entre otros, constituyen la segunda fase del ajuste.

Este Gobierno no escucha. Este Gobierno no rectifica.

Estamos en un momento histórico en Argentina. Además del durísimo ajuste que conocemos y padecemos, y que ha desordenado la vida de la gente, estamos viendo como en las últimas semanas se está produciendo un peligroso deterioro del Estado de Derecho, cuya expresión más dramática es la desaparición forzada de Santiago Maldonado, y el descarado uso partidista de las instituciones de la República.

Para imponer este GRAN ajuste después de las elecciones de octubre, el Gobierno quiere y sobre todo necesita una sociedad débil, organizaciones sociales divididas y una oposición fragmentada. Para imponer este GRAN ajuste el Gobierno utilizará toda su capacidad para manipular la realidad y engañar a los argentinos como lo ha hecho en el resultado electoral de las PASO, por ejemplo. Las mentiras se mezclan con engaños para imponer su relato. La concentración de poder y la complicidad de importantes sectores económicos y mediáticos configuran una poderosa maquinaria de propaganda. Pero los argentinos y argentinas conocen, en carne y hueso, la verdad y la auténtica realidad, incluso muchos de aquellos que decidieron igualmente votar al Gobierno.

La realidad del ajuste y del que tienen preparado para octubre si no los frenamos antes; la realidad de la desocupación y de un trabajo cada vez más precario en el que la plata no alcanza; la realidad del tarifazo y su plan para aplazar sus aumentos y dividir el pago de las facturas de invierno del gas para después de las elecciones; la realidad de una deuda brutal que está hipotecando el futuro y el de nuestros hijos e hijas; la realidad de la degradación de la justicia al servicio de la política partidaria; la realidad de los aumentos en medicamentos, el encarecimiento de la canasta básica o el empobrecimiento de cada vez más argentinos. De todo esto el Gobierno, y sus candidatos, no quieren hablar.

El Gobierno de Mauricio Macri elude sus responsabilidades y manipula la realidad para enfrentarnos y dividir a la mayoría. Quiere una sociedad debilitada y sin capacidad de fiscalizar su actividad. Sólo podremos frenar esta política económica y las amenazas a la vida y a los derechos y garantías ciudadanas con nuestro voto.

Los ciudadanos y ciudadanas que votamos a las listas opositoras somos mayoría y nosotros no podemos, como lo hace el Gobierno, eludir nuestras responsabilidades. Quienes conformamos la oposición, porque allí nos colocan nuestro pensamiento y el voto popular, sabemos del GRAN ajuste que vendrá después de las elecciones y de sus consecuencias económicas y sociales. También sabemos que el Estado de Derecho está severamente amenazado. Por eso tenemos la responsabilidad de evitar mayores sufrimientos a los argentinos y argentinas.

Estas elecciones no son la segunda vuelta del 2015. Tampoco son la primera vuelta del 2019. Son las elecciones para decidir si el Gobierno tiene un cheque en blanco para proseguir con el ajuste y el endurecimiento de sus políticas, o bien si podemos evitar más dolor y sufrimiento para nuestros compatriotas frenando el nuevo GRAN ajuste que planea el Gobierno de Mauricio Macri para después de octubre. ¿Vamos a esperar? ¿Vamos a permitir que cálculos políticos y legítimas ambiciones personales en el futuro dejen que AHORA el Gobierno imponga su GRAN ajuste?

Creo, sinceramente, que ahora es el momento de Unidad Ciudadana, el mejor instrumento que tenemos HOY para que la voz de la mayoría social y electoral sea también una mayoría política en las instituciones. Nadie debe renunciar a nada. Ni a sus ideas, ni a lo que dijo, ni a lo que hizo, menos aún, a sus aspiraciones futuras. Ganemos juntos ESTA elección y hablemos todos y todas, de TODO. Sin limitaciones y sin reservas.

Argentina espera que estemos a la altura de nuestra responsabilidad. Ahora el Gobierno debe tener un límite, y solo lo tendrá si ganamos las elecciones de octubre. Sabemos cómo hacerlo y con qué boleta. Solo hay una que nos lo permite. Y no es arrogancia ni soberbia: es la lectura objetiva del resultado electoral del 13 de agosto. Y mañana trabajemos, unidos y unidas, por la construcción de una mejor alternativa política para el futuro. Hago un llamado democrático a favor de una ciudadanía que se ha manifestado mayoritariamente contra el ajuste del Gobierno y para cambiar el rumbo económico.

Creo que la alternativa a las políticas de este Gobierno se forja desde la calle, desde las urnas y desde las instituciones. Trabajemos juntos en el Congreso con un Plan de Emergencia Nacional para frenar la dureza del ajuste en donde más fuerte ha golpeado: en el empleo, las tarifas, los alimentos y los medicamentos; y evitar el nuevo y GRAN ajuste que tienen previsto para después de octubre, como todos y todas sabemos. Es imprescindible que la mayoría social que hoy está clamando cambiar de rumbo económico y el respeto al Estado de Derecho, tenga una mayoría política y parlamentaria que pueda defenderla.

Desde Unidad Ciudadana, y yo misma, estamos dispuestos a iniciar un nuevo ciclo político basado en el trabajo conjunto de todas las sensibilidades opositoras. Creo imprescindible que esa mayoría social que se manifestó contra el ajuste, tenga una correlativa expresión electoral e institucional. El Gobierno NO puede tener un cheque en blanco para el GRAN ajuste. Y solo la boleta de UC nos lo permite. No les pedimos el voto para nosotros, sino que ofrecemos nuestra boleta para que pueda representar su voto opositor y trabajar en conjunto por un cambio de rumbo económico en el futuro y el respeto al Estado de Derecho en el presente.

Podemos hacerlo. Debemos hacerlo.

http://cfkargentina.com/carta-abierta-a-todos-los-ciudadanos-y-las-ciudadanas-que-votaron-listas-opositoras-en-la-provincia-de-buenos-aires/



lunes, 4 de septiembre de 2017

Sin equilibrios no habrá desarrollo

Lunes 04 de septiembre de 2017.

Por: Ricardo Esteves.

El desafío del Gobierno es que la sociedad perciba que tras los sacrificios de un ajuste llegarán los beneficios.

En caso de consolidarse en octubre los resultados de las PASO, se abre en el país una ventana de esperanza. Esa esperanza consiste en que la Argentina pueda romper de una buena vez con el estigma que lo ha postrado en la decadencia. Y es que cada vez que hubo un gobierno que se abocó a ordenar la economía y a establecer las bases para el ahorro y la inversión, lo sucedió otro que se dedicó a hacer demagogia y despilfarro, llevando al país a un nuevo trance explosivo que requería imperiosamente una nueva etapa de ordenamiento (y ajuste).

Los gobiernos que ajustaron forzaron a la sociedad a realizar ahorros inevitables, dolorosos para muchos sectores, con el objetivo de crear un ciclo de inversión que condujera al desarrollo. Pero nunca lograron cumplir su cometido. Los sacrificios despertaron el repudio de amplios sectores sociales y, sin consenso, fracasaron en sus intentos.

Históricamente, los ajustes estuvieron a cargo de los gobiernos militares. Al margen de la tragedia que significaba la interrupción del orden constitucional, y de las atrocidades que cometieron, los gobiernos militares eran la contraparte necesaria del populismo. Para que pudiera haber populismo, era preciso que cada tanto viniera alguien -que no podían ser otros que los militares- a ajustar. El populismo se legitima con la dictadura, por eso necesita invocarla constantemente ("Macri... vos sos la dictadura").

Cada vez que la situación económica estaba a punto de explotar por causa del despilfarro populista, venía el golpe militar que hacía el ajuste. Eso permitía ordenar la economía y restituir la caja para que un nuevo populismo pudiera hacer de las suyas: congelar tarifas y alquileres, aumentar salarios por encima de la inflación y la productividad, contratar agentes públicos a mansalva, multiplicar feriados y promover leyes con impronta humanista que en los hechos desalentaban la inversión, la generación de empleo genuino y la productividad del país. Es decir, un auténtico "gobierno para el pueblo". Los repudiables golpes militares se producían cuando la economía colapsaba o los gobiernos elegidos perdían el respaldo popular. Nunca sucedían en el apogeo de un gobierno democráticamente instituido. Una vez producido el golpe, el nuevo gobierno se abocaba a "ordenar" la economía de acuerdo con la ortodoxia y las expectativas del establishment de turno.

Esto hizo que en el subconsciente colectivo el ajuste y la ortodoxia estén identificados con la dictadura y, en consecuencia, sean un blanco fácil para la crítica de izquierda. Además, el hecho de que los procesos de ajuste abortaran precozmente para ceder el paso a nuevos populismos hizo que la sociedad sólo percibiera los costos y nunca los beneficios de los proyectos ajustadores. No sucedió así en el caso chileno, donde a la llegada de un gobierno civil y progresista, luego de la larga dictadura, la sociedad demandó la continuidad del modelo, porque éste había hecho palpar a la sociedad sus beneficios. Aquí, en cambio, los intentos de poner racionalidad a la economía acabaron atrapados en una dinámica perversa.

Cerrado, para bien de la República, el nefasto periplo de los gobiernos militares, la necesidad de ajustes quedó como tarea para la democracia. Como era de presumir, ningún gobierno elegido quiso ajustar. Están condicionados por la historia sólo para gastar. ¿Quién querría asumir el rol de los militares? Ajustar es la dictadura. Alfonsín, luego de los derroches que demandó financiar su fallido Tercer Movimiento Histórico, no tomó el toro por las astas y tuvo que abandonar el cargo en medio de la hiperinflación. Le tiró el fardo al gobierno entrante. Menem encontró un atajo. Presumió ajustar a través de un artilugio: la convertibilidad, que tornaba indoloro el proceso. La fórmula perfecta: ajustar y que no se note. Al principio dio un gran resultado, ya que los mercados creyeron y vino un período de inversión que parecía el despegue de la Argentina. En el fondo, no hubo tal ajuste. Se trató de un mero artificio: todos los desequilibrios se escondían debajo de la alfombra y se financiaban con deuda externa. Hasta que la deuda explotó. Los desajustes se fueron acumulando sin que nadie se atreviera a enfrentarlos.

Finalmente, fue la realidad la que produjo el más brutal de los ajustes que alguien pudiera imaginar. Ningún autor material quiso ponerle la firma a esa faena. Fue una masacre en términos económicos y sociales. La pérdida de activos y valores del país fue inconmensurable y afectó todos los niveles y estratos de la sociedad (obviamente, los más perjudicados fueron los sectores humildes). Fue de tal magnitud que, una vez producido el ajuste, quedaron un colchón y un margen para una recuperación acorde con la caída. A ese extraordinario margen se le acopló el período con las mejores condiciones externas de la vida moderna del país. Esa combinación hizo posible que la Argentina pudiera sortear más de 12 años de populismo -algo inédito- sin necesidad de enfrentar un ajuste severo. Hay que considerar también que en los años de bonanza del menemismo se produjo un fuerte proceso de inversión en infraestructura (energía, puertos, caminos) y se expandió extraordinariamente la producción agrícola (eliminación de retenciones y acción de grupos CREA mediante). Eso contribuyó decisivamente a que el largo proceso populista que lo sucedió pudiera cabalgar durante tanto tiempo sin colapsar.

El gobierno actual heredó una situación tan explosiva quizá como la de 2001, fruto de los 12 escandalosos años de kirchnerismo, plagados de corrupción, proyectos faraónicos socialmente inútiles y un Estado inflado con millones de nuevos agentes innecesarios y prestando servicios cada vez peores. Con un margen estrechísimo, el Gobierno optó por hacer malabares para evitar que la crisis se explicitara y pudiera "llevárselo puesto", como sucedió con el gobierno de la Alianza. A la vez, quiso evitarle padecimientos a la sociedad apenas llegado al poder. Lo hizo al costo de diluir ante la opinión pública la responsabilidad criminal de la gestión kirchnerista.

En este contexto, retumba el silencio de las organizaciones de izquierda, tan prestas a condenar la corrupción del menemismo, repudiable por cierto, pero una minucia comparada con las atrocidades del kirchnerismo.

A hoy, el país aún carga con la nefasta estructura de gastos que nos legó el populismo kirchnerista, tan difícil de financiar. Es decir, los factores de la crisis están todavía vigentes. En estas circunstancias, y con la ayuda masiva de crédito externo (pues no tenía otra alternativa), el Gobierno está ensayando un moderado proceso de ajuste aun cuando eso implica un costo político ante un calendario electoral que no da respiro. Al margen de los errores que pudo haber cometido, debe reconocerse que actuó con valentía y sin mezquindad, y debería seguir en esa senda.

Queda muchísimo por hacer y el estigma a vencer es que la sociedad pueda percibir -o al menos intuir- que luego de los sacrificios implicados en el ajuste se verán los beneficios que inevitablemente acarrea el vivir en democracia y en armonía macroeconómica.

http://www.lanacion.com.ar/2059372-sin-equilibrios-no-habra-desarrollo


Comentario:
Asco.


viernes, 1 de septiembre de 2017

Cristina, más cerca de la cárcel

1 septiembre, 2017.

El nuevo editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi palabra.



Cristina nunca estuvo tan cerca de ir a parar a la cárcel. El cerco judicial sobre ella, se fue cerrando hasta quedar al borde de un megajuicio que finalmente la condene y la lleve a prisión. Cristina está atrapada pero tiene una salida: ganar con amplitud en las elecciones del 22 de octubre. No es fácil. Es poco probable. Pero no es imposible. Le pido que me siga en el razonamiento. Cristina necesita sumar muchos de los votos que en las PASO fueron para Randazzo o para otros partidos que quedaron afuera de la competencia. Nada lo garantiza. Pero si eso ocurre ella podría acercarse al 40% de los votos. Y la batalla de Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Esteban Bullrich tiene que ser titánica para superar ese porcentaje. El gobierno confía. Cree que mucha gente que no fue a votar, esta vez lo hará por Cambiemos. Y que un segmento de los que eligieron a Sergio Massa van a querer garantizar que Cristina salga segunda y por lo tanto, van a votar la boleta de Bullrich. Todas estas son conjeturas. Ya les dije que a las urnas las carga el diablo. Y más en comicios como estos que en la práctica funcionan como una segunda vuelta. Se polariza todo al máximo.

Si Cristina llega primera y logra entrar al senado con Jorge Taiana, los jueces federales van a refugiarse en la prudencia y lentitud. Las causas van a avanzar a paso de hormiga. Es triste decirlo pero es la realidad. No quiero engañar a nadie. Si Cristina queda como la única candidata a presidenta del peronismo para el 2019 y saca cerca de 3 millones y medio de votos, los magistrados tomarán nota de eso y serán muy pocos los que se van a animar a meter presa a Cristina.
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Pero si ocurre lo contrario, es muy difícil que la ex presidenta mantenga su libertad ambulatoria. Si ella es derrotada por primera vez y pierde su invicto y los resultados provinciales son más o menos los mismos de las PASO, vamos a ver a una arquitecta egipcia detenida. La debilidad política de Cristina Elisabet potencia su juicio, castigo y condena. Y su fortaleza política debilita las posibles sanciones. No son los fueros que seguro va a tener. Es el tamaño de su poder político el que frena o acelera los expedientes. Insisto: no debería ser así. Pero es así.

Desde el punto de vista estrictamente legal, Cristina está en el horno. Se le viene la noche. Todos los caminos conducen al penal de Ezeiza donde la esperan viejos amigos, socios, testaferros y cómplices.

Para argumentar esto con hechos concretos vale la pena hacer un repaso de su situación legal. Jamás en la historia una ex presidenta tuvo tantas causas por corrupción, tan avanzadas y con tantas pruebas.

El resumen es feroz.

Cristina tiene tres procesamientos y va camino al cuarto. Pero lo más peligroso para ella es que están dadas todas las condiciones para unificar expedientes en una gran megacausa donde estaría acusado de los peores delitos.

Vamos por partes:

1) La denuncia de Nisman. Está sospechada de traición a la patria por haber intentado mediante un plan criminal darle impunidad y encubrir a los terroristas de estado que volaron el edificio de la AMIA y asesinaron en un instante a 85 personas. Estamos hablando del tenebroso pacto con Irán que firmó un traidor al pueblo judío como Timerman. El fiscal ya pidió su declaración indagatoria.

2) La causa por la Obra Pública. Cristina está procesada y embargada por 10 mil millones de pesos. La causa tiene 794 fojas y 220 pruebas. Se la puede castigar con 3 a 15 años de prisión por más de mil millones de dólares de sobreprecios y por ser miembro preponderante de esa asociación ilícita.

3) Los Sauces. El juez Claudio Bonadío la procesó por enriquecimiento ilícito y pago de coimas. Florencia, la hija sigue sin cobrar el sueldo como directora de esta sociedad acusada de lavado de dinero. Aquí se le embargaron los más de 5.600.000 dólares que tenía termosellados en el banco. Recuerdo que Los Sauces que movía fortuna con Lázaro y Cristóbal tenía un solo empleado: Ramón Ángel Díaz que no es el ex técnico de River. Es el jardinero de la familia.

4) Dólar futuro. Esta causa es la más avanzada de todas. Ya fue elevada a juicio oral. Veremos a la patrona del mal sentada en el banquillo de los acusados por haber perjudicado al estado ( es decir a todos nosotros) en 77 mil millones de pesos. Tiene un embargo de 15 millones.

5) Hotesur. Fue llamada a declaración indagatoria y es casi seguro su posterior procesamiento. El juez Julián Ercolini la investiga por lavado de dinero. Nadie puede explicar los alquileres mentirosos que Lázaro Báez y Cristóbal pagaron en habitaciones de hotel, propiedades y terrenos.

6) La ruta del dinero K. Es conocida popularmente como la causa de “La Rosadita” y de los delincuentes contando millones de dólares por las cámaras de televisión mientras fumaban habanos y tomaban whisky. Aquí aparecen personajes tristemente célebres como Leonardo Fariña, Federico Elaskar, Fabián Rossi y otros estafadores. Este es el delito precedente que explica el lavado de dinero.

Hay que decir que el gobierno más corrupto de la historia democrática involucró a sus hijos y a sus familias. De hecho la familia Kirchner y la familia Báez explican por sí solas una inmensa parte del dinero robado al pueblo de la Nación. Hay otros malandras y ladrones. Ya le dije que es difícil encontrar algún funcionario honesto en los 12 años de kirchnerato. Pero la sociedad Kirchner-Báez se llevó una gran parte del botín. Hay registradas más de 15 operaciones de compra y venta de propiedades y terrenos entre la familia ex presidencial y la familia ex testaferros. Estamos hablando de la máxima autoridad de la Nación y el principal proveedor del estado. Solo en Santa Cruz, Lázaro recibió 52 contratos por 46 mil millones de pesos. Groseros negociados. Burdos. Repugnantes.

Por eso Máximo, el príncipe heredero no puede explicar su fortuna ni los gastos de 56 mil pesos por día que acusa de consumo. A vos no te va tan mal gordito…

Lo de Lázaro es directamente descomunal. Tiene 418 propiedades que suman 263 mil hectáreas, 13 veces el tamaño de la Capital Federal y cerca de un millar de vehículos, dos aviones. Pasó de cajero de banco a magnate en diez años. Aumentó su patrimonio en un 12.127%. En el 2003 tenía 800 mil pesos declarados. Ahora ya se le descubrieron 2.547 millones. Record mundial de delincuencia.

Desde lo estrictamente judicial Cristina no tiene escapatoria. Gracias al gran trabajo de un grupito de periodistas y de fiscales y jueces. Desde el punto de vista político el pueblo tiene la palabra. El 22 de octubre tiene una cita histórica con las urnas. Vox populi, vox Dei.

https://radiomitre.cienradios.com/cristina-mas-cerca-de-la-carcel/


Comentario:
14 años desde la asunción de N.K. 10 años desde la asunción de C.K. 6 años desde que fue reelecta y casi dos años que dejo el poder, sin conservar ningún tipo de fueros. De todas las causas judiciales en las que está denunciada no es ya tiempo que finalice la etapa investigativa e inicie el juicio? En una sola causa al menos! Pasa el tiempo -casi 10 años de las primeras denuncias- siguen apareciendo denuncias pero no hay ningún juicio.


domingo, 27 de agosto de 2017

Gianfrancamente hablando

27 de agosto de 2017.

Por: Horacio Verbitsky.

Exclusivo Macrì, Peña Braun, Caputo y Mindlin blanquean.

Gianfranco Macrì, Marcos Peña Braun, Marcelo Mindlin, Nicky Caputo, Pablo Clusellas.


Un hermano de Macrì, un primo de Peña Braun, el hermano de la vida Nicky Caputo, el alegado comprador de la empresa familiar, Marcelo Mindlin, un cuñado de Clusellas blanquearon 132 millones de dólares. Gianfranco Macrì blanqueó cinco veces más de lo que declaró Maurizio. El fiscal investiga la omisión maliciosa en la declaración jurada presidencial. La burda respuesta de un mercenario a la investigación sobre los bienes presidenciales.

Familiares, amigos y asociados del presidente, de su jefe de gabinete y de su secretario Legal y Técnico ocupan lugares destacados en la lista de personas que se acogieron al blanqueo de bienes no declarados. Entre ellos figuran el hermano y socio presidencial, Gianfranco Macrì, el primo del jefe de gabinete de ministros, Alejandro Jaime Peña Braun; el socio y amigo de Macrì, Nicolás Caputo; el emprendedor Marcelo Mindlin, quien el mes pasado anunció que compraba la constructora de la familia presidencial, hasta entonces en manos del primo Ángelo Testaferra y un cuñado del secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Pablo Clusellas Zorraquín.

A la cabeza de esa nómina de allegados figura Mindlin, quien blanqueó bienes por 770 millones de pesos, equivalentes a 44 millones de dólares, una suma homóloga a la que trascendió que habría pagado por la constructora de los Macrì: entre 40 y 50 millones. Lo sigue Gianfranco Macrì, con 622 millones de pesos, o 35,5 millones de dólares. Gianfranco integra los directorios de varias empresas familiares. Nicky Caputo, a quien Macrì describe como hermano de la vida, socio en la primera empresa que inició aparte del holding familiar (Mirgor, fabricante de aire acondicionado para automotores), testigo de su última boda y asesor de facto de la presidencia, blanqueó 465 millones de pesos, o 26,5 millones de dólares. La fortuna de Caputo creció como contratista de obras públicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante el gobierno de Macrì y de la Nación desde que asumió la presidencia (con otra empresa que no lleva su nombre, para simular que se cumple la promesa de ambos de que no volvería a contratar con el Estado. Intentaron engañar a la aliada revoltosa Elisa Carrió, que exigió excluir a los contratistas del blanqueo, pero no les preocupó que los viera toda la sociedad, que es más incrédula). Alejandro Jaime Peña Braun, primo del jefe de gabinete, blanqueó 109 millones de pesos, o 6,2 millones de dólares. El secretario Legal y Técnico de la presidencia, Pablo Clusellas Zorraquín, es una pieza fundamental del universo macrista. Compañero de Macrì desde la primaria, abogado y directivo de SOCMA, no sólo es el último filtro antes de la firma presidencial. También fue quien organizó el fideicomiso opaco, a cuyo frente quedó José María Fernández Ferrari, el socio del escribano general del gobierno, Carlos D’Alessio, quien renunció a ese cargo para ocultar el conflicto de intereses. Clusellas Zorraquín tiene cinco hermanos. La mayor,  Susana, está casada con Manuel Lucio Torino Ortíz, quien blanqueó 353 millones de pesos, equivalentes a 20,1 millones de dólares. Además, Pablo Clusellas Zorraquín es revisor de cuentas del Buenos Aires Golf Club, que preside Gianfranco Macrì.



Estos 2319 millones de pesos, o 132,5 millones de dólares, pueden parecer una suma exigua, comparada con los 116.000 millones de dólares que blanquearon 254.700 CUITs distintos, de acuerdo con los datos oficiales divulgados por el ministro Nicolás Dujovne y el recaudador Alberto Abad, de los cuales 96% corresponden a personas físicas y 4% a personas jurídicas. Pero adquieren otra dimensión si se recuerda que Maurizio Macrì declaró bienes por 82,6 millones de pesos, más otros 44 en el fideicomiso, en total 126,6. Es decir que su hermano golfer blanqueó cinco veces más. Esto ratifica la conocida práctica de la familia presidencial, que ha sido un actor destacado en la constitución de sociedades offshore y la fuga de capitales. La declaración jurada de Marcos Peña Braun es la más modesta del gabinete, con 600.000 pesos, pero su primo blanqueó 181 veces más. En el imprescindible libro recién editado por el economista y doctor en historia Eduardo Basualdo (“Endeudar y fugar. Un análisis de la historia económica argentina, de Martínez de Hoz a Macrì”) se afirma que la reanudación del ciclo de la valorización financiera desde que comenzó el gobierno de Macrì ha incrementado en forma paralela el endeudamiento externo y la fuga de capitales, dos paralelas que se tocan en los grandes bancos transnacionales, que gestionan tanto la deuda como la fuga, y que tienen a varios de sus operadores en el gobierno. Que casi la mitad de los bienes declarados por los miembros del gabinete nacional estén fuera del país ratifica este perfil estructural del atraso argentino. Hoy esas tenencias son legales, como las de todos quienes figuran en el cuadro, porque el blanqueo perdonó los delitos que habían cometido, aunque no su memoria. Esa autoamnistía fue tan o más importante para el gobierno que la recaudación lograda, equivalente a un mes de recaudación impositiva, que dio un breve respiro a las castigadas cuentas públicas, con un déficit que supera al del tan denostado gobierno anterior. Lo que se fuga, sostiene Basualdo, no es el consumo de los sectores de altos ingresos, que nunca se han privado de nada, sino la inversión, lo cual refuerza la transferencia de ingresos en contra de los trabajadores y la desindustrialización. ¿Qué inversiones externas pueden esperarse en un país cuyas elites, ahora en el poder, funcionan como exportadoras netas de capital, como Angela Merkel le recordó a Macrì?

La clase alta va al paraíso

El blanqueo de capitales fue la respuesta oficial a la publicación de los Panama Papers, que revelaron la existencia de empresas del presidente en guaridas fiscales, que no habían sido declaradas bajo juramento a las autoridades tributarias.  La lucha contra esos santuarios ha sido declarada prioritaria por la OCDE. El blanqueo fue camuflado dentro de una ley ómnibus que incluía presuntas mejoras para los jubilados y ninguna restricción para que pudieran aspirar a ese perdón los familiares de funcionarios ni los contratistas de obras públicas. Se trató del blanqueo más exitoso de la historia argentina y uno de los más importantes del mundo. Pero fue diseñado a la medida de los blanqueadores, no del Estado. El informe de cierre de la AFIP, divulgado en abril de este año, consigna que el 80 por ciento de los bienes blanqueados estaban, y siguen estando en el exterior, ya que la ley obligaba a exteriorizarlos pero no a traerlos de vuelta al país. Las estimaciones de los especialistas en la materia son que luego del blanqueo quedan más de 250.000 millones de dólares de argentinos en la clandestinidad fiscal.

El entonces ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso de Prat Gay, comenzó afirmando que los funcionarios públicos podrían acogerse al indulto, Carrió hizo saber en público que sólo lo aceptaría si excluyera a funcionarios públicos y a empresarios que hicieron negocios con el Estado, y el ex ministro de Economía Axel Kicillof dijo que se trataba de una autoamnistía. De Prat Gay volvió a la actividad profesional, que incluye el asesoramiento sobre el manejo de fondos de grandes evasores, como la familia Fortabat, que estaba en el listado Falciani del HSBC y tiene tres miembros en la nómina del blanqueo; Carrió apuntó hacia otros blancos menos sensibles para el gobierno; Kicillof acertó al suyo. La primera concesión oficial fue excluir del blanqueo a una lista restringida de funcionarios, aquellos que están obligados a presentar declaraciones juradas ante la Oficina Anticorrupción. Luego, debió extender la veda a un gran número de funcionarios de los tres poderes del Estado y de los tres niveles de la administración pública, nacional, provinciales y municipales. Pero fue inflexible en el grado de consanguinidad admisible. El dictamen de minoría del Frente para la Victoria hubiera impedido blanquear a quienes “ejerzan o hayan ejercido la función pública, sus cónyuges y parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad o afinidad ascendente o descendente”. Esto incluiría a los principales miembros de la Prima Famiglia.  Una vez aprobada la ley, los impedimentos remanentes para familiares fueron levantados por decreto presidencial.

Respecto de Gianfranco Macrì y Tomás Peña Braun, aún sin el decreto rectificatorio hubieran podido presentarse al blanqueo, dado que la prohibición alcanzaba a padres, hijxs y esposxs pero no a hermanxs. Pese a todos los intentos de la oposición, el gobierno fue inflexible en mantener la puerta abierta para “quienes participaron en licitaciones y contrataciones públicas, concesionarios de servicios públicos, juegos de azar, etc. Muchos de estos se encuentran seriamente comprometidos en maniobras fraudulentas que la justicia investiga”, según el dictamen en minoría de las diputadas Margarita Stolbizer y Alicia Ciciliani, que impugnó la ley porque “canalizará el blanqueo de bienes fruto de la evasión y de la corrupción”. En este punto, el Frente para la Victoria coincidió con el gobierno y Stolbizer no volvió a tocar el tema una vez que sus temores se concretaron.

El proyecto protegía con los dos años de prisión del artículo 157 del Código Penal “el más absoluto secreto” de toda la información obtenida. La obligación de guardarlo no comprendía solo a los funcionarios intervinientes sino a cualquier tercero que divulgue o reproduzca “documentación o información de cualquier modo relacionada con las declaraciones voluntarias y excepcionales” de los blanqueadores. A la prisión añadía “una multa igual a una vez el valor de los bienes exteriorizados”. Escribí entonces que “si un periodista contara que Nicky Caputo se propone blanquear 100 millones de dólares que esconde en Jersey, el doctor Glock podría detenerlo, poner su casa patas arriba y multarlo en 100 millones de dólares”. Sólo me equivoqué en el monto que el amigo del alma se proponía blanquear. Las críticas fueron tantas y tan fuertes que el dictamen de mayoría excluyó a los periodistas y medios de comunicación del castigo por informar sobre la evasión fiscal. Sin ese cambio, esta nota hubiera constituido un delito penal. Pero hasta llegar a ese punto, el gobierno minimizó la cuestión y reivindicó el sigilo, para lo cual recurrió a razonamientos falaces. El presidente explicó que “hay actos que son públicos y otros que no lo son” y que es preciso “respetar la privacidad de las personas” (sic). Para el jefe de gabinete Peña Braun la norma no iba contra los periodistas, “tiene que ver con el secreto fiscal, con el mismo espíritu que está en el Código Penal”. Para los diputados oficialistas Pablo Tonelli (Unión PRO) y Fernando Sánchez (Coalición Cívica Libertadora, ahora colaborador de Peña Braun en la jefatura) desde 1978 la ley 11.683 establece el más absoluto secreto de la información tributaria y extiende la responsabilidad de guardarlo a “los terceros que divulguen o reproduzcan dichas informaciones”.

No es cierto. Aquel decreto mal llamado ley establecía esa restricción, pero fue modificado en democracia por el presidente Carlos Menem mediante el decreto de necesidad y urgencia 606, convalidado luego por el Congreso. En consecuencia, desde 1999 el artículo 101 de la ley de procedimiento tributario establece que “no están alcanzados por el secreto fiscal los datos referidos a la falta de presentación de declaraciones juradas, a la falta de pago de obligaciones exigibles, a los montos resultantes (…) y al nombre del contribuyente o responsable y al delito que se le impute en las denuncias penales”. Es decir que hasta la sanción de esta ley, el delito no estaba protegido. Esto es lo que Macrì engloba como si fuera lo más natural del mundo dentro de la privacidad de las personas, que no debería ser expuesta al público, lo cual dice mucho sobre su conducta privada en relación con el interés público. El proyecto regresó al decreto de Videla, abriendo una ventana de oportunidad para el periodismo, por la que nos asomamos en esta nota. Esto es coherente con el interés propio del gobierno de las grandes empresas en el blanqueo de capitales ocultos y la amnistía para las deudas previsionales y aduaneras.

Requerimiento fiscal


El fiscal federal Ramiro González requirió al juez Marcelo Martínez de Giorgi que pida informes al registro de la propiedad de la provincia de Buenos Aires sobre las parcelas de 32,5 y 17,3 hectáreas en Bella Vista, que el presidente no incluyó en su declaración jurada. La desmentida que según el diario Clarín el presidente Maurizio Macrì encargó a un vocero sin cargo oficial genera más dudas que certezas. La velocidad de la respuesta en los medios del Grupo Clarín mide la inquietud del gobierno por la revelación. La nota de PáginaI12 fue citada por el diputado nacional Rodolfo Tailhade quien denunció al presidente por omisión maliciosa. El vocero presidencial sin cargo sostuvo que Macrì vendió esos lotes antes de asumir como jefe de gobierno de la Capital. Ese es el año en el que la exposa de Macrì, Isabel Menditeguy, embargó la parte del campo que pertenecía a su consorte. El embargo fue levantado en noviembre de ese año.

El vocero reconoce que la Agencia de Recaudación Bonaerense emitió la boleta del impuesto inmobiliario a nombre del presidente, cuyo facsímil se publicó aquí, pero pretende que eso “no significa en absoluto que ese terreno sea de su propiedad”. La explicación de esa incongruencia sería “una sutileza técnica” que el presidente se abstiene de explicar. También hace silencio sobre algo más importante: la minuta de inscripción de la “adjudicación de inmuebles por subdivisión de condominio” en el Registro bonaerense de la Propiedad, fue registrada el 13 de julio de este año, no de 2007. Allí se afirma que los adquirentes en partes iguales son el presidente, casado en terceras nupcias con Juliana Awada, y su hermano Gianfranco Macrì, casado con Eliana Badessich. Lo mismo dice el Catastro provincial. Si la Agencia de Recaudación puede tener su registro desactualizado, al estilo de las compañías prestadoras de servicios que continúan enviando su facturación de electricidad o gas a nombre del propietario anterior de un inmueble, nada de eso es posible con el Registro de la Propiedad, donde la inscripción debe coincidir con la realidad. Por otra parte, la información suministrada por el vocero presidencial no obtuvo confirmación de Emprendimientos Inmobiliarios de Interés Común (Eidico), que construyó y vendió en las tierras de Macrì el barrio privado Buenos Aires Village. Su gerente general, Mateo María Salinas, es el apoderado de Macrì en la escritura por subdivisión de condominio. Su presidente, Jorge O’Reilly Lanusse, respondió una serie de preguntas sobre el sistema que utiliza y aclaró que los ocupantes de las casas tienen cada uno su título de propiedad. Es claro que el mismo terreno no puede tener dos propietarios distintos en forma simultánea. De modo que Macrì tiene la posesión del lote, como indican el registro de la propiedad y la agencia de recaudación bonaerense, o el dinero que percibió por su venta. Al llegar a este punto, O’Reilly cortó el contacto y no respondió más. Pero tampoco avaló la versión presidencial, que fue difundida hace hoy una semana.

Para la Agencia de Recaudación bonaerense, la valuación fiscal de ese predio es al presente de 122 millones de pesos. Otra boleta emitida a nombre de Maurizio Macrì por una parcela contigua, suma otros 11,6 millones de pesos de valuación fiscal. En total 133 millones de pesos, lo cual supera la suma de los bienes declarados bajo juramento por el presidente, más los depositados en el fideicomiso opaco. La minuta de inscripción de la división del condominio consigna además de la valuación fiscal el valor al acto del predio, que asciende a 477 millones de pesos. La valuación al acto se utiliza para calcular las tasas fiscales y los tributos a la herencia. Es siempre superior a la valuación fiscal pero inferior al valor venal o de mercado de la propiedad. Según el descargo del vocero presidencial la venta a la desarrolladora Eidico se realizó por un millón de dólares, que fue transferido en pesos a la caja de ahorro de Macrì en el Banco Galicia. El 13 de julio de este año, esa suma equivalía a 17,6 millones de pesos actuales. Cualquiera haya sido el origen del millón de dólares mencionado en el descargo presidencial, su traducción a pesos es siete veces menor que el valor real a la cotización actual.

https://www.pagina12.com.ar/59215-gianfrancamente-hablando

jueves, 17 de agosto de 2017

Variación de la Jubilación Mínima de Argentina (Inflación, Pesos, Dolar) entre 1993 y 2017

17 de agosto de 2017.

Ayer -16 de agosto de 2017- se anunció que por la Ley 26.417 (ver) "Ley de Movilidad Jubilatoria" la Jubilación Mínima a partir del 1 de Septiembre será de 7.246 Pesos.



El Portal La TDF realizó una investigación sobre la variación de la Jubilación Mínima de la Argentina entre 1993 y 2017, teniendo en cuenta la inflación (1993 a 2001 no hubo por el 1 a 1, desde 2002 a 2012 el IPC Tierra Del Fuego -TDF- y desde 2013 a 2017 un promedio entre IPC TDF e IPC Ciudad de Buenos Aires -CABA-), el aumento en Pesos (Nominal y Real -descontando la inflación-) y la variación en Dólares (tomando el valor promedio anual de la divisa norteamericana).

Ahora realizaremos un resumen de la investigación, al finalizar el artículo estarán todos los datos disponibles. Entre 1993 y 2001, la Jubilación Mínima estuvo Congelada ($150), no hubo inflación ni tampoco vario el Dólar por el 1 a 1 (por ende el gráfico no muestra variación).

En 2002 la Jubilación Mínima se mantuvo congelada en $150, pero la inflación fue del 49,5% (IPC TDF) y tras la salida de la convertibilidad el valor promedio del Dólar fue de $3,2467. Es decir la Jubilación Mínima Real en Pesos retrocedió -49,5% y en Dólares -69,2% (46,2 Dólares).

Desde 2003 se descongeló la Jubilación Mínima y se incremento año tras año por encima de la inflación -salvo excepciones- (primero por Decreto y desde 2009 por la Ley 26.417 de Movilidad Jubilatoria) y la variación del Dólar, llegando a 2015 con un incremento Real en Pesos ($4.299) del 172,9% y en Dólares (U$S455,5) del +885,9%.

Con el cambio de gobierno, desde Diciembre de 2015 hasta la actualidad la Jubilación´Mínima perdió terreno contra la inflación y el dólar, siendo la inflación a Julio 2017 (IPC CABA) del 68,6%, mientras que el aumento que recién se dará en Septiembre de 2017, sumado a 2016 da un incremento del 68,5%, un -0,3% de variación Real (Hay que esperar a la inflación de Septiembre 2017 para comparar con el aumento, donde va a dar una reducción mayor de la Jubilación), y en Dólares la disminución es superior, llegando al -9,3% (412,9 Dólares) en la actualidad. Al finalizar 2017 actualizaremos el artículo, y de haber más devaluación (como está prevista) la reducción de la Jubilación Mínima en Dólares será mayor.


A continuación los datos año por año:

1993: Jubilación Mínima $150, inflación 0%, variación en Pesos 0%, aumento Real en Pesos 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Dólares 0%.

1994: Jubilación Mínima $150, inflación 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Pesos 0%, aumento Real en Pesos 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Dólares 0%.

1995: Jubilación Mínima $150, inflación 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Pesos 0%, aumento Real en Pesos 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Dólares 0%.

1996: Jubilación Mínima $150, inflación 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Pesos 0%, aumento Real en Pesos 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Dólares 0%.

1997: Jubilación Mínima $150, inflación 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Pesos 0%, aumento Real en Pesos 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Dólares 0%.

1998: Jubilación Mínima $150, inflación 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Pesos 0%, aumento Real en Pesos 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Dólares 0%.

1999: Jubilación Mínima $150, inflación 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Pesos 0%, aumento Real en Pesos 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Dólares 0%.

2000: Jubilación Mínima $150, inflación 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Pesos 0%, aumento Real en Pesos 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Dólares 0%.

2001: Jubilación Mínima $150, inflación 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Pesos 0%, aumento Real en Pesos 0%, valor promedio anual del Dólar 1 Peso, variación en Dólares 0% (150 Dólares).

2002: Jubilación Mínima $150, inflación 49,5%, variación en Pesos 0%, variación Real en Pesos -49,5%, valor promedio anual del Dólar 3,2467 Pesos, variación en Dólares -69,2% (46,2 Dólares).

2003: Jubilación Mínima $220, inflación 3,9%, variación en Pesos +46,6%, aumento Real en Pesos +42,7%, valor promedio anual del Dólar 2,9520 Pesos, variación en Dólares +61,2% (74,5 Dólares).

2004: Jubilación Mínima $308, inflación 6,9%, variación en Pesos +40%, aumento Real en Pesos +33,1%, valor promedio anual del Dólar 2,9430 Pesos, variación en Dólares +40,4% (104,6 Dólares).

2005: Jubilación Mínima $390, inflación 14,6%, variación en Pesos +26,6%, aumento Real en Pesos +12%, valor promedio anual del Dólar 2,9278 Pesos, variación en Dólares +27,3% (133,2 Dólares).

2006: Jubilación Mínima $470, inflación 7,7%, variación en Pesos +20,5%, aumento Real en Pesos +12,8%, valor promedio anual del Dólar 3,0773 Pesos, variación en Dólares +14,6% (152,7 Dólares).

2007: Jubilación Mínima $596, inflación 29,1%, variación en Pesos +26,8%, variación Real en Pesos -2,3%, valor promedio anual del Dólar 3,1192 Pesos, variación en Dólares +25,1% (191,1 Dólares).

2008: Jubilación Mínima $690, inflación 22,1%, variación en Pesos +15,8%, variación Real en Pesos -6,3%, valor promedio anual del Dólar 3,1828 Pesos, variación en Dólares +13,4% (216,8 Dólares).

2009 (Comienza a aplicarse la Ley de Movilidad Jubilatoria): Jubilación Mínima $827, inflación 11,2%, variación en Pesos +19,8%, aumento Real en Pesos +8,6%, valor promedio anual del Dólar 3,7471 Pesos, variación en Dólares +1,8% (220,7 Dólares).

2010: Jubilación Mínima $1.046, inflación 24,4%, variación en Pesos +26,5%, aumento Real en Pesos +2,1%, valor promedio anual del Dólar 3,9207 Pesos, variación en Dólares +20,9% (266,8 Dólares).

2011: Jubilación Mínima $1.434, inflación 33,4%, variación en Pesos +37,1%, aumento Real en Pesos +3,7%, valor promedio anual del Dólar 4,1435 Pesos, variación en Dólares +29,7% (346,1 Dólares).

2012: Jubilación Mínima $1.879, inflación 23%, variación en Pesos +31%, aumento Real en Pesos +8%, valor promedio anual del Dólar 4,5761 Pesos, variación en Dólares +18,6% (410,6 Dólares).

2013: Jubilación Mínima $2.477, inflación 25,5%, variación en Pesos +31,8%, aumento Real en Pesos +6,3%, valor promedio anual del Dólar 5,5448 Pesos, variación en Dólares +8,8% (446,7 Dólares).

2014: Jubilación Mínima $3.231, inflación 36,4%, variación en Pesos +30,4%, variación Real en Pesos -6%, valor promedio anual del Dólar 8,2289 Pesos, variación en Dólares -12,1% (392,6 Dólares).

2015: Jubilación Mínima $4.299, inflación 26,9%, variación en Pesos +33%, aumento Real en Pesos +6,1%, valor promedio anual del Dólar 9,4366 Pesos, variación en Dólares +16% (455,5 Dólares).

2016: Jubilación Mínima $5.661, inflación 41%, variación en Pesos +31,7%, variación Real en Pesos -9,3%, valor promedio anual del Dólar 14,9925 Pesos, variación en Dólares -17,1% (377,6 Dólares).

2017: Jubilación Mínima $7.246, inflación 22,9% (Julio interanual), variación en Pesos +28%, aumento Real en Pesos +5,1%, valor del Dólar 17,5500 Pesos (17 de Agosto), variación en Dólares +9,3% (412,9 Dólares).

http://www.latdf.com.ar/2017/08/variacion-de-la-jubilacion-minima-de.html


jueves, 20 de julio de 2017

González Fraga: "Hay 500.000 familias que compran dólares porque quieren sacar un crédito hipotecario"

20-07-2017.

Por: Claudio Zlotnik.

Según el titular del Banco Nación, se está verificando un regreso a la cultura del ahorro, de la mano de los nuevos planes de financiación para la vivienda. Defiende la política del Gobierno y se define como "un gradualista de la primera hora".



Javier González Fraga se autoimpuso un "bajo perfil" desde que es titular del Banco Nación. Pero no por eso –o, acaso, justamente por eso– significa que haya disminuido el interés que despiertan sus opiniones entre empresarios y financistas.

En las contadas ocasiones en que participa en un acto –por ejemplo, en su visita a la Rural de Palermo– o cuando habla con un medio, deja algunas definiciones sobre la marcha de la economía que el mercado sigue con interés.

Autodefinido como "un gradualista de la primera hora", defiende los modos y los tiempos de la política económica, en contra de quienes abogan por políticas de shock.

Probablemente, su definición más controversial tiene que ver con la compra de dólares por parte del público. A diferencia de la interpretación habitual, no asocia este fenómeno con la "fuga de capitales" sino con una forma de ahorro ligada a la compra de inmuebles.

A continuación, el diálogo mantenido con iProfesional.

– ¿Cómo ve a la economía? ¿Coincide en que cuesta crecer, más de lo que se pensaba?


– Le creo al ministro Nicolás Dujovne cuando nos dice que creceremos 3 puntos o incluso algo más. Ese es el promedio; al interior de los sectores existen realidades bien diferentes. Por un lado, el agro y la construcción, con una expansión más fuerte que el resto; la minería y, por otro lado, algunos rubros industriales. Está claro que a los textiles y a los calzados les está yendo mal.

– ¿Y por el lado del consumo? Tampoco hay buenos resultados…

– Hay una recomposición del consumo. El poder adquisitivo vino mejorando en el último año, y hoy ya se encuentra en el mismo nivel que en 2015. Pero, ojo: se está dando una nueva ponderación del gasto. La gente gasta más dinero en comprar alimentos, ya que se encarecieron más que otros rubros. Y también se le va una porción mayor del presupuesto familiar en pagar las cuentas de energía. Ahora bien, hay un tercer aspecto muy interesante para tener en cuenta.

– ¿Cuál?

Debe haber unas 500.000 familias que quieren sacar un crédito hipotecario y que están ahorrando. En el Banco Nación tenemos 104.000 familias en espera de su crédito. Ese ahorro queda a la vista en la estadística del Banco Central: forma parte de la legión de personas que, mes a mes, compra dólares en los bancos. Lo hacen para calificar y conseguir el ansiado crédito para la vivienda. Muchos creen que esta tendencia es mala porque en la Argentina no está afincada la cultura del ahorro; está mal visto. Pero otros países lo tienen muy instalado.

– ¿Y no cree que esta incipiente recuperación pueda aplacarse cuando, el próximo año, el Gobierno ponga el foco en el achicamiento del déficit fiscal, tal como prometió?

– De algo estoy seguro: las metas fiscales no se van a lograr promoviendo un ajuste en el consumo. Se puede lograr con una inversión privada más pujante, que el año que viene seguro vamos a tener, que se haga cargo de lo que este año fue pura inversión pública.

– Algunos economistas promueven un ajuste más fuerte. Argumentan que es imperioso ordenar las cuentas públicas. ¿Coincide con ellos?

– No. Yo soy un ferviente gradualista, y de la primera hora.

– ¿El actual valor del dólar es óptimo? ¿O seguimos con retraso cambiario?


– Hace 45 años que defiendo un tipo de cambio flotante. A mí no me vengan con retraso cambiario… El valor del dólar es el que debe ser porque el Banco Central definió que ese precio lo pone el mercado. Y así es: este es el dólar real.

– Algunos de sus colegas cree que, en las últimas semanas, la cotización subió demasiado rápido. Y que puede haber un traslado a los precios…

– Tenemos que madurar. Algún día, el tipo de cambio fluctuará y esa volatilidad no se trasladará a los precios. Es lo que ocurre en países como Chile. Que quede clara una cosa: acá no hay otra alternativa primaria que no sea bajar la inflación.

http://www.iprofesional.com/notas/253055-Gonzalez-Fraga-Hay-unas-500000-familias-que-compran-dolares-porque-quieren-sacar-un-credito-hipotecario

lunes, 3 de julio de 2017

Docentes y estudiantes reclaman ante la Ansés contra los recortes en el Plan Progresar

Lunes 03 de Julio de 2017.

A las 10, Amsafé Provincial convoca frente a la Ansés contra la quita de las becas estudiantiles.

En el país, son unos 800 mil estudiantes quienes accedían a este derecho.


Amsafé provincial moviliza a las 10, ante la sede de la Ansés de Sarmiento y Rioja, contra la quita del Plan Progresar. En Santa Fe son unos 40 mil los jóvenes afectados por los recortes de este derecho. Se trata de una ayuda económica (no supera los 900 pesos mensuales) para los y las jóvenes que tienen entre 18 y 24 años, pertenecen a sectores de bajos recursos y estudian.

Desde el mes anterior, miles de jóvenes en todo el país dejaron de percibir sin aviso previo este derecho. Eso directamente atenta contra la oportunidad de seguir estudiando. "El Estado les cierra las puertas a los jubilados, pensionados, beneficiarios de la AUH, y otros programas sociales", señalan desde Amsafé Provincial al tiempo que convocan a las 10 a manifestarse frente a la Ansés.

El Foro en Defensa de la Educación Pública _integrado por distintos organismos sociales y sindicales_también se suman a esta movilización. "Estas becas son producto de la lucha histórica de estudiantes y docentes para que los hijos de los y las trabajadoras pudieran llevar adelante estudios secundarios, terciarios y universitarios . En el marco del ajuste sobre la educación y la universidad pública, el gobierno de Macri recorta las becas a los estudiantes de todo el país", destacan desde Amsafé Provincial
En el país, son unos 800 mil estudiantes quienes accedían a este derecho.

http://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/docentes-y-estudiantes-reclaman-la-anses-contra-los-recortes-el-plan-progresar-n1426878.html