lunes, 30 de enero de 2017

Des-industrializar la Argentina

Lunes  30 de Enero de 2017.

Por: Adrián Ravier.



Desde 1930 Argentina abandonó el modelo agro-exportador y se propuso industrializar su economía. Dicen algunos historiadores que tal camino no fue elegido por los sucesivos gobiernos, sino que le fue impuesto desde afuera, una vez que Inglaterra dejó de jugar el rol de importador de nuestros insumos. Está hipótesis, sin embargo, es sumamente discutible. El mundo cambió, es cierto, pero Argentina pudo mantenerse abierta al mundo como lo hicieron Estados Unidos, Canadá, Australia o Nueva Zelanda, economías de características semejantes a la nuestra y que hoy muestran un desarrollo envidiable.




Sustituir importaciones y vivir de lo nuestro ha tenido su costo y sus batallas incluso hasta nuestros días. El péndulo de la política económica ha hecho, por ejemplo, que el gobierno anterior castigue fuertemente al sector agroexportador con retenciones y que el gobierno actual suspenda esas políticas para alentar el desarrollo de las economías regionales. El debate continúa.

Esta nota tiene como objetivo llamar la atención precisamente sobre el exceso de industrialización que tiene la Argentina, una vez que notamos que la estructura económica de nuestro país tiene una proporción de manufacturas en relación con el PIB bastante más elevadas que los países más desarrollados.

A continuación se presenta un cuadro donde hemos tomado una selección de 26 países para sintetizar su estructura económica, esto es, el peso relativo que el sector primario, la industria manufacturera, la construcción y los servicios tienen en relación con el PIB.

A modo de nota metodológica cabe señalar que la producción primaria incluye agricultura, ganadería, pesca, minería y explotación forestal, mientras que los servicios incorporan el comercio mayorista y minorista, transporte, almacenamiento, comunicaciones, intermediación financiera, actividades inmobiliarias y de alquiler, administración pública, defensa, salud, educación y servicio doméstico.




La primera observación que cabe hacer es que la producción de la industria manufacturera representa en nuestro país el 21,3 % del PIB, lo que supera ampliamente a la industria manufacturera de los países ya mencionados más arriba, y que tienen características similares a las nuestras. Es el caso de Estados Unidos (13,3 %), Canadá (16,5 %), Australia (11,4 %) y Nueva Zelanda (14,5 %).

La segunda observación que podemos ofrecer es que precisamente Argentina presenta en su estructura económica un peso relativo en los servicios inferior a 25 de los 26 países seleccionados.

La tercera observación que surge del cuadro, es que sólo hay 5 países en la muestra que superan el 10 % de producción primaria en relación con el PIB, destacándose Noruega (29,1 %) –por sus yacimientos de petróleo y gas-, y seguido por Argentina (15,6 %), Australia (12,2 %), Canadá (11,7 %) y Nueva Zelanda (10,4 %).




¿Qué otras observaciones podemos hacer sobre esta información básica?  La historia económica mundial ha mostrado que a medida que los países se van desarrollando reducen la proporción de producción primaria en relación al PIB, pero no sólo producen manufacturas, sino que amplían fuertemente la producción de servicios.

Nótese, a modo de diagnóstico, que Argentina está “demasiado” industrializada. ¿A qué se debe ese afán por industrializar aun más la Argentina? La industria que supimos conseguir, como tituló a uno de sus libros un viejo profesor que tuve en la UBA, Jorge Schvarzer, jamás ha logrado exportar manufacturas. Ha sido una industria débil, caracterizada por un enorme proteccionismo, que ha creado puestos de trabajo y satisfecho el consumo local, y lo ha hecho –como es evidente- con productos de baja calidad y a un costo bastante superior al que los consumidores podrían haber adquirido en un marco de economía abierta.

Los defensores de esta industria manufacturera siempre reconocieron que su objetivo era el mercado local, pero enfatizan que la ventaja de su continuidad está representada en la creación y sostenimiento de millones de puestos de trabajo. ¡La alternativa sería un enorme desempleo!

Nuestra visión, sin embargo, muestra que sin esta débil industria esas personas ocuparían su tiempo en otros procesos más productivos, más eficientes y seguramente con mejores salarios que de hecho garantizaría la misma apertura económica. ¿Qué evita que esto ocurra hoy? La enorme presión tributaria que se requiere justamente para subsidiar el sostenimiento de esta débil industria. El alto nivel de economía informal es una muestra de estas consecuencias.

He titulado esta nota “des-industrializar la Argentina” con el objetivo de atraer la atención del lector. Pero no puedo afirmar a priori que la nueva estructura económica reducirá la producción de manufacturas. Esto es algo que los empresarios argentinos deben descubrir en el proceso, una vez que las reglas de juego que impone el Estado den lugar a la innovación y a la creatividad, reemplazando la planificación centralizada por una planificación des-centralizada, que sea más atenta a lo que el empresariado desea ofrecer, y los consumidores desean consumir.

La robotización está abriendo un nuevo debate por el grado de sustitución parcial o total que este proceso generará en los empleos formales que hoy conocemos. Este proceso se suma a la globalización y a la tercera revolución industrial que implicó la era digital. Argentina puede ocultarse detrás del proteccionismo para evitar una nueva revolución tecnológica, o puede abrirse a ella e intentar adaptarse. Nunca fue fácil para el hombre –si atendemos a la experiencia histórica- este proceso de adaptación a las nuevas tecnologías y a los nuevos empleos, pero tampoco fue una buena idea darle la espalda al cambio.

Necesitamos un poco de humildad en la dirigencia política para comprender que estos sucesos nos han superado a todos, y que el único orden que podemos alcanzar que sea consistente con una sociedad de hombres libres será descubierto en forma espontánea a través de su propia interacción. Los obstáculos gubernamentales, en forma de controles de precios y salarios, políticas arancelarias y para-arancelarias, regulaciones y subsidios, burocracia y corrupción sólo son palos en la rueda para la creatividad y la innovación. Debemos confiar en la función empresarial si queremos adaptarnos a este mundo volátil y de incertidumbre.

http://www.cronista.com/economiapolitica/Des-industrializar-la-Argentina-20170130-0066.html


Comentario:
Vuelvo a resaltar las perlitas del artículo:

"Desde 1930 Argentina abandonó el modelo agro-exportador y se propuso industrializar su economía. Dicen algunos historiadores que tal camino no fue elegido por los sucesivos gobiernos, sino que le fue impuesto desde afuera"

"el gobierno anterior castigó fuertemente al sector agroexportador con retenciones y el gobierno actual suspende esas políticas para alentar el desarrollo de las economías regionales"

"el exceso de industrialización que tiene la Argentina"

"Los obstáculos gubernamentales, en forma de controles de precios y salarios, políticas arancelarias y para-arancelarias, regulaciones y subsidios, burocracia y corrupción sólo son palos en la rueda para la creatividad y la innovación."


martes, 24 de enero de 2017

La utopía de la ciudad compartida

24 de enero de 2017.

Por: Alejandra Dandan.

Entrevista al arquitecto Jaime Sorín sobre el barrio de la Túpac Amaru en Jujuy.

“El barrio no sólo resuelve vivienda, resuelve la salud, la educación, el trabajo.”
(Imagen: Rafael Yohai).


El ex decano de la Facultad de Arquitectura (UBA) reflexiona sobre el Cantri, ciudad construida por la organización liderada por Milagro Sala, y lo define como una experiencia donde “la vivienda se trabajó como un problema integral de inclusión”.

“Si este gobierno lo entendiera, la experiencia del barrio de la Túpac le aportaría muchísimo, porque lo que hizo la organización fue hacer realidad los objetivos del milenio establecidos por la Unesco.” Jaime Sorín es arquitecto, ex decano de Arquitectura de la UBA, y en esta entrevista reflexiona sobre la ciudad construida por la organización que lidera Milagro Sala en el Alto Comedero: el Cantri de la Túpac Amaru, visitado por especialistas europeos –cuenta– que la vieron como posible modelo de ciudad poscapitalista. El entramado de casas con escuela, centro comunitario, centro de salud y parque acuático tiene como mirador el templo Kalasasaya, réplica del espacio sagrado de las comunidades aymara en Bolivia. Sorín está convencido de que ese punto en lo alto del valle también explica por qué fue posible hacer esa ciudad. “Al convertir un instrumento de política de vivienda en ‘otra’ política, que ponía el centro en la reivindicación de derechos sociales y económicos de sujetos hasta entonces estigmatizados por un ordenamiento jerárquico, étnico y social, la Túpac impuso el derecho a la ciudad como espacio socialmente compartido, introduciendo la posibilidad de construir una ciudad en la que todos tengan derecho a transformarla para vivir dignamente”, dice Sorín.

–¿Cuál fue su primera impresión en el barrio?

–Fue una sorpresa encontrar una estructura urbana nada común en barrios tradicionales de planes federales, pensados como barrios dormitorio. Pero lo segundo es que al entrar en el barrio no sólo ves una trama urbana, sino una estructura social que sostiene un proyecto de vida. Además de viviendas, hicieron fábricas, talleres que contribuían a la aparición de las casas. Pero al fondo encontrás el Parque de los Dinosaurios, por ejemplo, que es realmente impresionante porque nadie espera que en medio de un barrio exista un parque de diversiones para chicos, con actividades para familias, con espacios de sombras y quinchos. Luego, la enorme explanada de agua, que no tuvo profesionales que la piensan a través de geometrías. Y al subir al templo, lo que se ve desde arriba es notable, porque habla sobre todo de otra manera de mirar la vida, que no es la de los profesionales, ni del Estado. Desde allí, se ve el valle con los tanques de agua con imágenes de Túpac, el Che y Evita. Y luego están las frases que van apareciendo en las paredes. Cuando te metés en la textil –donde hay una disciplina de trabajo que envidiarían muchos talleres comerciales–, una pared tiene un enorme cartel que dice: campesino, el patrón no comerá más de tu pobreza. Todo es sumamente impactante, una ciudad hecha por desocupados, porque el Colegio de Arquitectos pasó honorarios muy elevados y tampoco hubo una universidad para articular el trabajo. La gente se autoformó.

–Recién habló del templo. ¿De que habla una ciudad cuando está atravesada por esa dimensión simbólica?

–El templo es el lugar desde donde se ve la ciudad. Pero también, el lugar para la celebración (NdR: del Inti Raymi, del día de la Pachamama, entre otras ceremonias). Ahí te dabas cuenta por qué se pudo hacer este barrio. Cuando ves la planimetría de un barrio hecho por el Estado, notás la mano profesional. En cambio, acá notás la mano de la vida. Te aparece la escuela. El centro social. El centro de salud. Esa escuela impresionante para quienes tienen capacidades diferentes. Y después, los lugares de trabajo. Creo fue lo que impactó muchísimo afuera, por lo que fue tomada como ejemplo por revistas europeas.

–Usted opuso este modelo a los barrios dormitorio y al paradigma del viviendismo, de pura construcción de metros cuadrados. ¿Hay otros modelos así?

–No. Desde los barrios construidos por los ingleses en adelante, tenés barrios dormitorio, algunos más integrados a la trama urbana, otros menos. En los últimos 30 años se hicieron, además, barrios afuera con lógica de operaciones inmobiliarias. Barrios en el conurbano y en el interior del país con viviendas a dos o tres kilómetros de los centros. Cuando la gente tiene un problema de salud, debe ir con urgencia a una ciudad. Lo mismo con la educación. Esto empezó a cambiar en los últimos años con el desarrollo de los centros de integración comunitaria.

–Cuando usted conoció el barrio, habló de construcción de ciudadanía.

–Es central. El que tiene un problema de vivienda no es el primer problema que tiene. Para llegar a un problema de vivienda es porque hay muchos problemas previos: un problema de trabajo, unido en general a problemas de salud y educación. El problema de vivienda es el último eslabón de una cadena de problemas de una persona que termina excluida. Por eso discutimos la idea de resolver el déficit habitacional a partir de la construcción de una casa. Por eso, la experiencia de la Túpac también es singular, porque la vivienda se trabajó como un problema integral de inclusión. Ahí se ve una apuesta a construir ciudadanía a través de la inclusión. El barrio no sólo resuelve vivienda, resuelve la salud, la educación, el trabajo. Cuando se junta todo eso, la persona se siente incluida como ciudadano. En ese sentido, creo que el barrio de la Túpac, a este Gobierno, si lo entendiera, le aportaría mucho porque lo que hizo la Túpac Amaru fue hacer realidad los objetivos del milenio, que fueron establecidos por la Unesco. Se trata de ocho puntos entre ellos, vivienda, salud, educación. No estaba el trabajo. El trabajo fue el punto 9 y lo incluyó el gobierno nacional en 2004, como “trabajo decente”. Los otros ocho están monitoreados por Naciones Unidas. Y la verdad es que el único barrio, la única obra, que puede tener una puntación positiva en todos estos años, dado que cumple con la totalidad de los objetivos, es ese barrio. Es decir, que incluso al Estado le sirvió mucho. Es cierto que también el Estado en la última década construyó mucho, pero con la lógica del viviendismo: hacer metros cuadrados.

–¿Los planes Procear?

–Todo es metro cuadrado. Sólo en 2009, cuando aparece el Programa de Integración Socio Comunitaria, se empieza a entender la necesidad de que los barrios contengan lógicas de integración. Se hicieron reuniones de los ministerios y tuvieron financiamiento luego de entender que con viviendas no se resolvía la emergencia habitacional. Que la emergencia no era solo poner un techo, sino integrar a poblaciones a lo que son los derechos ciudadanos. Desde 2009 en adelante, el financiamiento de la Túpac llegó en el marco de ese Plan que permitía pensar otro tipo de obras y habilitó la formación de cooperativas, porque las obras eran para cooperativas.

–En la Túpac cuentan que al comienzo no les creyeron que iban a hacerlo.

–Les dieron la primera obra pero les dijeron: ya sabemos que no lo van a hacer, pero les damos seis meses para intentarlo. Lo hicieron en cuatro. Ahí, el Gobierno notó que había una realidad distinta en Jujuy y continuaron. Esa es otra característica: se hizo con financiamiento del Estado pero sin intervención del Estado. Organizaron la producción con cuadrillas de trabajadores distintas al sistema privado para aprovechar mejor tiempo y recursos. Los ahorros producidos por esta administración comunitaria se reinvirtieron en otro tipo de obras.

–Entonces, ¿por qué la persecución?

–A las empresas no les conviene para nada todo esto. Les crea un problema, porque muestra que todo se puede resolver a menor costo y más rápido. A las burocracias estatales tampoco les conviene, porque les quita poder. Y a los agentes inmobiliarios tampoco. Uno de los problemas más grandes es el manejo de la tierra. Cuando las cooperativas se expanden, discuten también esto. Y evidentemente molestó a las empresas constructoras de Jujuy. La Túpac se quedó con una producción enorme.

https://www.pagina12.com.ar/15898-la-utopia-de-la-ciudad-compartida

domingo, 22 de enero de 2017

“Si el gobierno de Macri no se endeuda pierde estabilidad financiera y política”

Ene 22, 2017.

Por: Aldo Battisacco.

Héctor Giuliano es licenciado en Administración y Finanzas, y experto en deuda Pública y Externa. En diálogo con Conclusión expresó que Argentina está metida en la trampa de una deuda perpetua.



La inmediatez de las medidas tomadas por el gobierno de Mauricio Macri en materia de deuda publica -y la profusión de anuncios en el mismo sentido- que se propalan desde los medios informativos, han naturalizado en el inconsciente colectivo que se trata de una medida más entre tantas otras. Sin embargo, si se observa el tema con detenimiento se dibuja una imperceptible tendencia en las decisiones gubernamentales, y se advierte que en el futuro -la deuda- será unos de los problemas más difíciles de resolver, no solo por su impacto en la vida de los argentinos, sino por sus efectos residuales que lejos de atenuarse, estarán siempre presentes en el cuerpo enfermo de la economía Argentina.

El licenciado en Administración y Finanzas, y experto en deuda Pública y Externa Héctor Giuliano, dialogó con Conclusión y manifestó: “El gobierno de Macri basa su estrategia financiera y política en gobernar con deuda, si se le corta el suministro de fondos prestados, el gobierno pierde la estabilidad financiera y la estabilidad política”.

Sin embargo, inmediatamente aclara que “dentro de eso el gobierno hereda una situación mala de crisis de deuda de la administración Kirchner, que la venía enmascarando pagando compromisos  externos con deuda interestado”, y agrega que “el gobierno anterior, que batió récord de pago de la deuda externa lo hacía tomando fondos del Banco Central, del Anses, y del Banco Nación, es decir, lo concretó pasándole el muerto de la deuda impaga al propio Estado”.

Para Giuliano, “eso fue un engaño transitorio, porque inmediatamente el Banco Central debía endeudarse por lo que le prestaba al gobierno, la Anses tiene el 65% de los fondos prestados al tesoro, y éste, no se los podrá devolver nunca”.



—¿Cuál es la solución que encontró la actual gestión del presidente Macri?

—En el marco de la situación que heredó el gobierno, la administración Macri se propone un nuevo proceso de endeudamiento -la política del gobierno es volver al mercado internacional de capitales que es un eufemismo que utiliza para decir que tomará más deuda- como el gobierno no estaba colocando deuda en el exterior la premisa de esta gestión es volver a endeudarse en el exterior”.

—¿Como analiza que haya una gran cantidad de grupos financieros privados internacionales en la que participan funcionarios del gobierno que además son referentes de esas entidades?


—El gobierno tiene una legión de funcionarios que tiene conflicto de intereses porque provienen en su mayoría de los mismos bancos prestamistas nuevos. Prat Gay proviene de la banca Morgan lo mismo que Caputo que además proviene del Deutsche Bank, que son los bancos que le prestan a Argentina, Dujovne está vinculado al banco Galicia. Marío Quintana –el vice jefe de gabinete- es dueño de Pharmacity, que también pertenece al fondo Pegassus. Lopetegui viene de Lan Chile. Los altos funcionarios del gobierno no son de carrera, ni siquiera de la actividad política. Provienen de un desempeño en la actividad privada, fundamentalmente bancaria.

—¿Como se concilia esta diversidad?

—Todos estos funcionarios expresan a grupos con nombre y apellido, y deciden sobre temas que por tales ellos en su actividad privada reciente fueron parte, el ejemplo es el ministro de Energía Juan José Aranguren, que es un hombre de la Shell y toma decisiones que en materia energética está en conflicto de intereses, después que sea más o menos honesto no lo puedo juzgar porque no tengo elementos, pero decide sobre una materia en la cual intervienen empresas de las que fue empleado e inclusive en una de ellas era accionista.

—¿Este marco explica la confusión de los distintos actores de la economía en Argentina?

—Todas las decisiones de importancia del gobierno implicaron deuda. En una año de gestión, Macri no presentó ningún programa económico, no se lo conoce, más allá que hayan anunciado que harán inversiones en energía, pero constituyen una serie de objetivos medianos. Aún así, todas las decisiones que se están tomando tiene su correlato con quien las financia desde el exterior.

—Es muy común escuchar en los medios que se anuncia el proceso de endeudamiento como una medida más entre tantas, ¿cuál es la trastienda?

—El problema es que Argentina está tomando deuda impagable, y no ha hecho la más miserable demostración de capacidad de pago por estas deudas que se están tomando. Además, son deudas a cortísimo plazo, el gobierno está colocando un programa de letras de tesorería a 90 y 180 días . Esto es como cuando a uno se le inunda la casa y trata de alejar el agua pero por poco tiempo. El panorama se complica porque la situación es mucho más grave de lo que el gobierno, los medios dicen, y el stablisment financiero da a entender, porque las cuentas fiscales no cierran. Y esto no es una opinión política ideológica, se ve cuando se corrobora que todo el plan de obra pública y desarrollo que se quiere gestar se hará en función de quien preste. Y como el gobierno no financia obras públicas con recursos genuinos sino que los pide prestados, es obvio que le prestarán para aquellos proyectos donde las empresas o los grupos prestamistas tengan participación. Porque hoy en día los bancos internacionales no están disociados de las empresas. Cuando alguien presta plata pone las condiciones, que no solo son las del financiamiento, sino también de contratación.

—Se puede decir que existe un condicionante externo y una modalidad contractual entre las partes nada convencional. ¿La economía argentina es la que determinan agentes financieros internacionales?

—La mayoría de estas deudas supermillonarias se colocan sin licitación pública, se colocan en forma directa. Por caso, los 5.000 millones que prestan un grupo de bancos, Morgan, Deutche, Santander, City, HSBC, son los mismos que colocan bonos. Hay tres operaciones concurrentes, colocación de letras de corto plazo, préstamo consorciado, que a su vez se convierten en colocadores de títulos a mediano plazo. Es como si prestara a cuenta de lo que dentro de 6 meses la Argentina va a colocar en bonos. Es toda una ingeniería financiera medida al detalle. Esto no parece una decisión del gobierno sino un paquete impuesto. Además, el gobierno no podrá refinanciar la deuda en mejores condiciones por no poder pagarla, y seguro estará más condicionado que antes. Lo importante es que las cuentas fiscales no cierran el gobierno está gobernando con endeudamiento, y sin capacidad de repago que al vencimiento será refinanciada, es decir Argentina está metida en la trampa de deuda perpetua.

http://www.conclusion.com.ar/2017/01/si-el-gobierno-de-macri-no-se-endeuda-pierde-estabilidad-financiera-y-politica/