lunes, 11 de septiembre de 2017

Carta abierta a todos los ciudadanos y las ciudadanas que votaron listas opositoras en la Provincia de Buenos Aires

Septiembre 11, 2017.

Por. Cristina Fernandez de Kirchner.

El pasado 13 de agosto, la mayoría de los electores le dieron un mensaje muy claro al Gobierno de Macri, Vidal y Bullrich: dos de cada tres bonaerenses dijeron, con su voto, que hay que frenar el ajuste.



Carta abierta a todos los ciudadanos y las ciudadanas que votaron listas opositoras en la Provincia de Buenos Aires.

El pasado 13 de agosto, la mayoría de los electores le dieron un mensaje muy claro al Gobierno de Macri, Vidal y Bullrich: dos de cada tres bonaerenses dijeron, con su voto, que hay que frenar el ajuste.

Hay esperanza. Entre todos y todas, obtuvimos un resultado importante que el Gobierno no debería ignorar. Pero, como ya sabemos, lo va a hacer. De hecho, ya prepara el GRAN ajuste para después de las elecciones de octubre. Flexibilización laboral que afectará el sector registrado del trabajo, despidos en el sector público, recorte de jubilaciones y pensiones, ajuste a las Provincias y más aumento en las tarifas de los servicios de luz, gas y agua, agregándose el transporte, entre otros, constituyen la segunda fase del ajuste.

Este Gobierno no escucha. Este Gobierno no rectifica.

Estamos en un momento histórico en Argentina. Además del durísimo ajuste que conocemos y padecemos, y que ha desordenado la vida de la gente, estamos viendo como en las últimas semanas se está produciendo un peligroso deterioro del Estado de Derecho, cuya expresión más dramática es la desaparición forzada de Santiago Maldonado, y el descarado uso partidista de las instituciones de la República.

Para imponer este GRAN ajuste después de las elecciones de octubre, el Gobierno quiere y sobre todo necesita una sociedad débil, organizaciones sociales divididas y una oposición fragmentada. Para imponer este GRAN ajuste el Gobierno utilizará toda su capacidad para manipular la realidad y engañar a los argentinos como lo ha hecho en el resultado electoral de las PASO, por ejemplo. Las mentiras se mezclan con engaños para imponer su relato. La concentración de poder y la complicidad de importantes sectores económicos y mediáticos configuran una poderosa maquinaria de propaganda. Pero los argentinos y argentinas conocen, en carne y hueso, la verdad y la auténtica realidad, incluso muchos de aquellos que decidieron igualmente votar al Gobierno.

La realidad del ajuste y del que tienen preparado para octubre si no los frenamos antes; la realidad de la desocupación y de un trabajo cada vez más precario en el que la plata no alcanza; la realidad del tarifazo y su plan para aplazar sus aumentos y dividir el pago de las facturas de invierno del gas para después de las elecciones; la realidad de una deuda brutal que está hipotecando el futuro y el de nuestros hijos e hijas; la realidad de la degradación de la justicia al servicio de la política partidaria; la realidad de los aumentos en medicamentos, el encarecimiento de la canasta básica o el empobrecimiento de cada vez más argentinos. De todo esto el Gobierno, y sus candidatos, no quieren hablar.

El Gobierno de Mauricio Macri elude sus responsabilidades y manipula la realidad para enfrentarnos y dividir a la mayoría. Quiere una sociedad debilitada y sin capacidad de fiscalizar su actividad. Sólo podremos frenar esta política económica y las amenazas a la vida y a los derechos y garantías ciudadanas con nuestro voto.

Los ciudadanos y ciudadanas que votamos a las listas opositoras somos mayoría y nosotros no podemos, como lo hace el Gobierno, eludir nuestras responsabilidades. Quienes conformamos la oposición, porque allí nos colocan nuestro pensamiento y el voto popular, sabemos del GRAN ajuste que vendrá después de las elecciones y de sus consecuencias económicas y sociales. También sabemos que el Estado de Derecho está severamente amenazado. Por eso tenemos la responsabilidad de evitar mayores sufrimientos a los argentinos y argentinas.

Estas elecciones no son la segunda vuelta del 2015. Tampoco son la primera vuelta del 2019. Son las elecciones para decidir si el Gobierno tiene un cheque en blanco para proseguir con el ajuste y el endurecimiento de sus políticas, o bien si podemos evitar más dolor y sufrimiento para nuestros compatriotas frenando el nuevo GRAN ajuste que planea el Gobierno de Mauricio Macri para después de octubre. ¿Vamos a esperar? ¿Vamos a permitir que cálculos políticos y legítimas ambiciones personales en el futuro dejen que AHORA el Gobierno imponga su GRAN ajuste?

Creo, sinceramente, que ahora es el momento de Unidad Ciudadana, el mejor instrumento que tenemos HOY para que la voz de la mayoría social y electoral sea también una mayoría política en las instituciones. Nadie debe renunciar a nada. Ni a sus ideas, ni a lo que dijo, ni a lo que hizo, menos aún, a sus aspiraciones futuras. Ganemos juntos ESTA elección y hablemos todos y todas, de TODO. Sin limitaciones y sin reservas.

Argentina espera que estemos a la altura de nuestra responsabilidad. Ahora el Gobierno debe tener un límite, y solo lo tendrá si ganamos las elecciones de octubre. Sabemos cómo hacerlo y con qué boleta. Solo hay una que nos lo permite. Y no es arrogancia ni soberbia: es la lectura objetiva del resultado electoral del 13 de agosto. Y mañana trabajemos, unidos y unidas, por la construcción de una mejor alternativa política para el futuro. Hago un llamado democrático a favor de una ciudadanía que se ha manifestado mayoritariamente contra el ajuste del Gobierno y para cambiar el rumbo económico.

Creo que la alternativa a las políticas de este Gobierno se forja desde la calle, desde las urnas y desde las instituciones. Trabajemos juntos en el Congreso con un Plan de Emergencia Nacional para frenar la dureza del ajuste en donde más fuerte ha golpeado: en el empleo, las tarifas, los alimentos y los medicamentos; y evitar el nuevo y GRAN ajuste que tienen previsto para después de octubre, como todos y todas sabemos. Es imprescindible que la mayoría social que hoy está clamando cambiar de rumbo económico y el respeto al Estado de Derecho, tenga una mayoría política y parlamentaria que pueda defenderla.

Desde Unidad Ciudadana, y yo misma, estamos dispuestos a iniciar un nuevo ciclo político basado en el trabajo conjunto de todas las sensibilidades opositoras. Creo imprescindible que esa mayoría social que se manifestó contra el ajuste, tenga una correlativa expresión electoral e institucional. El Gobierno NO puede tener un cheque en blanco para el GRAN ajuste. Y solo la boleta de UC nos lo permite. No les pedimos el voto para nosotros, sino que ofrecemos nuestra boleta para que pueda representar su voto opositor y trabajar en conjunto por un cambio de rumbo económico en el futuro y el respeto al Estado de Derecho en el presente.

Podemos hacerlo. Debemos hacerlo.

http://cfkargentina.com/carta-abierta-a-todos-los-ciudadanos-y-las-ciudadanas-que-votaron-listas-opositoras-en-la-provincia-de-buenos-aires/



lunes, 4 de septiembre de 2017

Sin equilibrios no habrá desarrollo

Lunes 04 de septiembre de 2017.

Por: Ricardo Esteves.

El desafío del Gobierno es que la sociedad perciba que tras los sacrificios de un ajuste llegarán los beneficios.

En caso de consolidarse en octubre los resultados de las PASO, se abre en el país una ventana de esperanza. Esa esperanza consiste en que la Argentina pueda romper de una buena vez con el estigma que lo ha postrado en la decadencia. Y es que cada vez que hubo un gobierno que se abocó a ordenar la economía y a establecer las bases para el ahorro y la inversión, lo sucedió otro que se dedicó a hacer demagogia y despilfarro, llevando al país a un nuevo trance explosivo que requería imperiosamente una nueva etapa de ordenamiento (y ajuste).

Los gobiernos que ajustaron forzaron a la sociedad a realizar ahorros inevitables, dolorosos para muchos sectores, con el objetivo de crear un ciclo de inversión que condujera al desarrollo. Pero nunca lograron cumplir su cometido. Los sacrificios despertaron el repudio de amplios sectores sociales y, sin consenso, fracasaron en sus intentos.

Históricamente, los ajustes estuvieron a cargo de los gobiernos militares. Al margen de la tragedia que significaba la interrupción del orden constitucional, y de las atrocidades que cometieron, los gobiernos militares eran la contraparte necesaria del populismo. Para que pudiera haber populismo, era preciso que cada tanto viniera alguien -que no podían ser otros que los militares- a ajustar. El populismo se legitima con la dictadura, por eso necesita invocarla constantemente ("Macri... vos sos la dictadura").

Cada vez que la situación económica estaba a punto de explotar por causa del despilfarro populista, venía el golpe militar que hacía el ajuste. Eso permitía ordenar la economía y restituir la caja para que un nuevo populismo pudiera hacer de las suyas: congelar tarifas y alquileres, aumentar salarios por encima de la inflación y la productividad, contratar agentes públicos a mansalva, multiplicar feriados y promover leyes con impronta humanista que en los hechos desalentaban la inversión, la generación de empleo genuino y la productividad del país. Es decir, un auténtico "gobierno para el pueblo". Los repudiables golpes militares se producían cuando la economía colapsaba o los gobiernos elegidos perdían el respaldo popular. Nunca sucedían en el apogeo de un gobierno democráticamente instituido. Una vez producido el golpe, el nuevo gobierno se abocaba a "ordenar" la economía de acuerdo con la ortodoxia y las expectativas del establishment de turno.

Esto hizo que en el subconsciente colectivo el ajuste y la ortodoxia estén identificados con la dictadura y, en consecuencia, sean un blanco fácil para la crítica de izquierda. Además, el hecho de que los procesos de ajuste abortaran precozmente para ceder el paso a nuevos populismos hizo que la sociedad sólo percibiera los costos y nunca los beneficios de los proyectos ajustadores. No sucedió así en el caso chileno, donde a la llegada de un gobierno civil y progresista, luego de la larga dictadura, la sociedad demandó la continuidad del modelo, porque éste había hecho palpar a la sociedad sus beneficios. Aquí, en cambio, los intentos de poner racionalidad a la economía acabaron atrapados en una dinámica perversa.

Cerrado, para bien de la República, el nefasto periplo de los gobiernos militares, la necesidad de ajustes quedó como tarea para la democracia. Como era de presumir, ningún gobierno elegido quiso ajustar. Están condicionados por la historia sólo para gastar. ¿Quién querría asumir el rol de los militares? Ajustar es la dictadura. Alfonsín, luego de los derroches que demandó financiar su fallido Tercer Movimiento Histórico, no tomó el toro por las astas y tuvo que abandonar el cargo en medio de la hiperinflación. Le tiró el fardo al gobierno entrante. Menem encontró un atajo. Presumió ajustar a través de un artilugio: la convertibilidad, que tornaba indoloro el proceso. La fórmula perfecta: ajustar y que no se note. Al principio dio un gran resultado, ya que los mercados creyeron y vino un período de inversión que parecía el despegue de la Argentina. En el fondo, no hubo tal ajuste. Se trató de un mero artificio: todos los desequilibrios se escondían debajo de la alfombra y se financiaban con deuda externa. Hasta que la deuda explotó. Los desajustes se fueron acumulando sin que nadie se atreviera a enfrentarlos.

Finalmente, fue la realidad la que produjo el más brutal de los ajustes que alguien pudiera imaginar. Ningún autor material quiso ponerle la firma a esa faena. Fue una masacre en términos económicos y sociales. La pérdida de activos y valores del país fue inconmensurable y afectó todos los niveles y estratos de la sociedad (obviamente, los más perjudicados fueron los sectores humildes). Fue de tal magnitud que, una vez producido el ajuste, quedaron un colchón y un margen para una recuperación acorde con la caída. A ese extraordinario margen se le acopló el período con las mejores condiciones externas de la vida moderna del país. Esa combinación hizo posible que la Argentina pudiera sortear más de 12 años de populismo -algo inédito- sin necesidad de enfrentar un ajuste severo. Hay que considerar también que en los años de bonanza del menemismo se produjo un fuerte proceso de inversión en infraestructura (energía, puertos, caminos) y se expandió extraordinariamente la producción agrícola (eliminación de retenciones y acción de grupos CREA mediante). Eso contribuyó decisivamente a que el largo proceso populista que lo sucedió pudiera cabalgar durante tanto tiempo sin colapsar.

El gobierno actual heredó una situación tan explosiva quizá como la de 2001, fruto de los 12 escandalosos años de kirchnerismo, plagados de corrupción, proyectos faraónicos socialmente inútiles y un Estado inflado con millones de nuevos agentes innecesarios y prestando servicios cada vez peores. Con un margen estrechísimo, el Gobierno optó por hacer malabares para evitar que la crisis se explicitara y pudiera "llevárselo puesto", como sucedió con el gobierno de la Alianza. A la vez, quiso evitarle padecimientos a la sociedad apenas llegado al poder. Lo hizo al costo de diluir ante la opinión pública la responsabilidad criminal de la gestión kirchnerista.

En este contexto, retumba el silencio de las organizaciones de izquierda, tan prestas a condenar la corrupción del menemismo, repudiable por cierto, pero una minucia comparada con las atrocidades del kirchnerismo.

A hoy, el país aún carga con la nefasta estructura de gastos que nos legó el populismo kirchnerista, tan difícil de financiar. Es decir, los factores de la crisis están todavía vigentes. En estas circunstancias, y con la ayuda masiva de crédito externo (pues no tenía otra alternativa), el Gobierno está ensayando un moderado proceso de ajuste aun cuando eso implica un costo político ante un calendario electoral que no da respiro. Al margen de los errores que pudo haber cometido, debe reconocerse que actuó con valentía y sin mezquindad, y debería seguir en esa senda.

Queda muchísimo por hacer y el estigma a vencer es que la sociedad pueda percibir -o al menos intuir- que luego de los sacrificios implicados en el ajuste se verán los beneficios que inevitablemente acarrea el vivir en democracia y en armonía macroeconómica.

http://www.lanacion.com.ar/2059372-sin-equilibrios-no-habra-desarrollo


Comentario:
Asco.


viernes, 1 de septiembre de 2017

Cristina, más cerca de la cárcel

1 septiembre, 2017.

El nuevo editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi palabra.



Cristina nunca estuvo tan cerca de ir a parar a la cárcel. El cerco judicial sobre ella, se fue cerrando hasta quedar al borde de un megajuicio que finalmente la condene y la lleve a prisión. Cristina está atrapada pero tiene una salida: ganar con amplitud en las elecciones del 22 de octubre. No es fácil. Es poco probable. Pero no es imposible. Le pido que me siga en el razonamiento. Cristina necesita sumar muchos de los votos que en las PASO fueron para Randazzo o para otros partidos que quedaron afuera de la competencia. Nada lo garantiza. Pero si eso ocurre ella podría acercarse al 40% de los votos. Y la batalla de Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Esteban Bullrich tiene que ser titánica para superar ese porcentaje. El gobierno confía. Cree que mucha gente que no fue a votar, esta vez lo hará por Cambiemos. Y que un segmento de los que eligieron a Sergio Massa van a querer garantizar que Cristina salga segunda y por lo tanto, van a votar la boleta de Bullrich. Todas estas son conjeturas. Ya les dije que a las urnas las carga el diablo. Y más en comicios como estos que en la práctica funcionan como una segunda vuelta. Se polariza todo al máximo.

Si Cristina llega primera y logra entrar al senado con Jorge Taiana, los jueces federales van a refugiarse en la prudencia y lentitud. Las causas van a avanzar a paso de hormiga. Es triste decirlo pero es la realidad. No quiero engañar a nadie. Si Cristina queda como la única candidata a presidenta del peronismo para el 2019 y saca cerca de 3 millones y medio de votos, los magistrados tomarán nota de eso y serán muy pocos los que se van a animar a meter presa a Cristina.
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Pero si ocurre lo contrario, es muy difícil que la ex presidenta mantenga su libertad ambulatoria. Si ella es derrotada por primera vez y pierde su invicto y los resultados provinciales son más o menos los mismos de las PASO, vamos a ver a una arquitecta egipcia detenida. La debilidad política de Cristina Elisabet potencia su juicio, castigo y condena. Y su fortaleza política debilita las posibles sanciones. No son los fueros que seguro va a tener. Es el tamaño de su poder político el que frena o acelera los expedientes. Insisto: no debería ser así. Pero es así.

Desde el punto de vista estrictamente legal, Cristina está en el horno. Se le viene la noche. Todos los caminos conducen al penal de Ezeiza donde la esperan viejos amigos, socios, testaferros y cómplices.

Para argumentar esto con hechos concretos vale la pena hacer un repaso de su situación legal. Jamás en la historia una ex presidenta tuvo tantas causas por corrupción, tan avanzadas y con tantas pruebas.

El resumen es feroz.

Cristina tiene tres procesamientos y va camino al cuarto. Pero lo más peligroso para ella es que están dadas todas las condiciones para unificar expedientes en una gran megacausa donde estaría acusado de los peores delitos.

Vamos por partes:

1) La denuncia de Nisman. Está sospechada de traición a la patria por haber intentado mediante un plan criminal darle impunidad y encubrir a los terroristas de estado que volaron el edificio de la AMIA y asesinaron en un instante a 85 personas. Estamos hablando del tenebroso pacto con Irán que firmó un traidor al pueblo judío como Timerman. El fiscal ya pidió su declaración indagatoria.

2) La causa por la Obra Pública. Cristina está procesada y embargada por 10 mil millones de pesos. La causa tiene 794 fojas y 220 pruebas. Se la puede castigar con 3 a 15 años de prisión por más de mil millones de dólares de sobreprecios y por ser miembro preponderante de esa asociación ilícita.

3) Los Sauces. El juez Claudio Bonadío la procesó por enriquecimiento ilícito y pago de coimas. Florencia, la hija sigue sin cobrar el sueldo como directora de esta sociedad acusada de lavado de dinero. Aquí se le embargaron los más de 5.600.000 dólares que tenía termosellados en el banco. Recuerdo que Los Sauces que movía fortuna con Lázaro y Cristóbal tenía un solo empleado: Ramón Ángel Díaz que no es el ex técnico de River. Es el jardinero de la familia.

4) Dólar futuro. Esta causa es la más avanzada de todas. Ya fue elevada a juicio oral. Veremos a la patrona del mal sentada en el banquillo de los acusados por haber perjudicado al estado ( es decir a todos nosotros) en 77 mil millones de pesos. Tiene un embargo de 15 millones.

5) Hotesur. Fue llamada a declaración indagatoria y es casi seguro su posterior procesamiento. El juez Julián Ercolini la investiga por lavado de dinero. Nadie puede explicar los alquileres mentirosos que Lázaro Báez y Cristóbal pagaron en habitaciones de hotel, propiedades y terrenos.

6) La ruta del dinero K. Es conocida popularmente como la causa de “La Rosadita” y de los delincuentes contando millones de dólares por las cámaras de televisión mientras fumaban habanos y tomaban whisky. Aquí aparecen personajes tristemente célebres como Leonardo Fariña, Federico Elaskar, Fabián Rossi y otros estafadores. Este es el delito precedente que explica el lavado de dinero.

Hay que decir que el gobierno más corrupto de la historia democrática involucró a sus hijos y a sus familias. De hecho la familia Kirchner y la familia Báez explican por sí solas una inmensa parte del dinero robado al pueblo de la Nación. Hay otros malandras y ladrones. Ya le dije que es difícil encontrar algún funcionario honesto en los 12 años de kirchnerato. Pero la sociedad Kirchner-Báez se llevó una gran parte del botín. Hay registradas más de 15 operaciones de compra y venta de propiedades y terrenos entre la familia ex presidencial y la familia ex testaferros. Estamos hablando de la máxima autoridad de la Nación y el principal proveedor del estado. Solo en Santa Cruz, Lázaro recibió 52 contratos por 46 mil millones de pesos. Groseros negociados. Burdos. Repugnantes.

Por eso Máximo, el príncipe heredero no puede explicar su fortuna ni los gastos de 56 mil pesos por día que acusa de consumo. A vos no te va tan mal gordito…

Lo de Lázaro es directamente descomunal. Tiene 418 propiedades que suman 263 mil hectáreas, 13 veces el tamaño de la Capital Federal y cerca de un millar de vehículos, dos aviones. Pasó de cajero de banco a magnate en diez años. Aumentó su patrimonio en un 12.127%. En el 2003 tenía 800 mil pesos declarados. Ahora ya se le descubrieron 2.547 millones. Record mundial de delincuencia.

Desde lo estrictamente judicial Cristina no tiene escapatoria. Gracias al gran trabajo de un grupito de periodistas y de fiscales y jueces. Desde el punto de vista político el pueblo tiene la palabra. El 22 de octubre tiene una cita histórica con las urnas. Vox populi, vox Dei.

https://radiomitre.cienradios.com/cristina-mas-cerca-de-la-carcel/


Comentario:
14 años desde la asunción de N.K. 10 años desde la asunción de C.K. 6 años desde que fue reelecta y casi dos años que dejo el poder, sin conservar ningún tipo de fueros. De todas las causas judiciales en las que está denunciada no es ya tiempo que finalice la etapa investigativa e inicie el juicio? En una sola causa al menos! Pasa el tiempo -casi 10 años de las primeras denuncias- siguen apareciendo denuncias pero no hay ningún juicio.