domingo, 29 de noviembre de 2015

El fuego amigo le acorta la luna de miel a Macri

Domingo, 29 de noviembre de 2015.

Economía.

El fuego amigo achicó los tiempos de la transición política de Mauricio Macri. Ansiosos por garantizarse su lugar en el pacto social de la rentabilidad que prometió, los empresarios y corporaciones que lo acompañaron en su carrera a la Presidencia tardaron segundos en emitir las facturas correspondientes.

El fuego amigo achicó los tiempos de la transición política de Mauricio Macri. Ansiosos por garantizarse su lugar en el pacto social de la rentabilidad que prometió, los empresarios y corporaciones que lo acompañaron en su carrera a la Presidencia tardaron segundos en emitir las facturas correspondientes.

Las patronales del campo pusieron sobre la mesa las condiciones en las que aceptarían considerar la venta y liquidación de divisas. Ya advirtieron que una comercialización masiva del remanente de soja atesorado podría afectar los precios. Los grandes bancos extranjeros difundieron su programa para el nuevo gobierno con énfasis en el "sinceramiento" cambiario y el desmantelamiento de las regulaciones. El presidente de la Corte Suprema de Justicia sumó la discusión con las provincias a través de un fallo que, aunque muy distinto en su legitimidad, tiene efectos políticos tan contundentes a nivel interno como lo tuvo la sentencia de Griesa a favor de los fondos buitres en materia de deuda externa y reservas internacionales.

Pero la artillería más pesada llegó de la mano de la feroz ola de remarcación de precios y stockeo de mercadería que se desató en los últimos días como mecanismo de indexación frente a la promesa electoral de llevar el dólar a una zona de 14 a 16 pesos y desmontar los mecanismos de administración de precios que creó el gobierno que se va.

Tamaño salvajismo esmeriló la estrategia macrista de justificar un plan económico orientado a ajustar la economía para mejorar la tasa de ganancia de los empresarios e inversores posicionados en dólares, con una supuesta crisis heredada del gobierno anterior. Ese fue el globo de ensayo que el designado ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, hizo volar cuando tras la primera vuelta de elecciones presidenciales blanqueó la intención de devaluar entre un 40 por ciento y 50 por ciento.

El argumento del "sinceramiento" no tuvo buena devolución electoral, a tal punto que la ola victoriosa de esa elección terminó por convertirse en un triunfo ajustado en el ballottage, contra un rival golpeado y sin estrategia de campaña. La intentona no pasó el filtro de la discusión económica seria y tuvo que ser temporalmente escondida junto con los ahora funcionarios.

Pero la promesa quedó bien clara en la cabeza de los formadores de precios que, más allá de las fantasías liberales, existen y juegan duro. Con la misma mano rápida con la que votaron por el cambio, remarcaron hasta 25 por ciento los precios de sus mercaderías, cuando directamente no las esconden. Por un momento, la suba de los precios de la nafta que ordenó la actual conducción de YPF alentó a los fanáticos a explicar los aumentos como parte de la bomba de un gobierno que se va. Pero la desproporción entre ese aumento y los que se registraron en dos semanas en carne, harina, alimentos y bebidas, por citar sólo algunos ejemplos, echan por tierra esa argumento. Hasta la creación de un billete de 500 pesos, ideado para "sincerar la inflación" que oculta el Indec, quedó en el purgatorio de las medidas que anuncia y denuncia por estas horas el equipo económico.

La claridad del límite que encontró Macri en este terreno es el anuncio de la prórroga de dos planes emblemáticos del gobierno: Ahora 12 y Precios Cuidados. Sobre todo este último fue blanco histórico de las pullas opositoras. Porque era "para la gilada", primero; porque avanzaba sobre la libertad de los empresarios para fijar precios, después. Hoy es la herramienta de concertación que tiene a mano el nuevo gobierno para moderar el brusco cambio en la tendencia inflacionaria (de menos de 2 por ciento mensual a más de 3 por ciento) que activó la estrategia electoral de coquetear con una crisis sobre el final del gobierno de Cristina.

Para los actores económicos que aceleraron la puja distributiva, en contraste con la prudencia sindical, es Macri quien ya gobierno. Las ofensivas de precios y corridas cambiarias que alimentaron en los últimos años como parte de una clara estrategia opositora, mutan ahora en una atropellada marcha triunfal para capturar los dividendos de la victoria. "El círculo rojo no entiende de política", dijo alguna vez Macri. El círculo rojo desprecia la política, podría agregar .

Mientras llena el Estado de gerentes de multinacionales, propietarios de fondos de inversión y terratenientes, el nuevo presidente tiene como primer desafío político dominar las expectativas de la victoria y hacerles entender a los suyos que en el país atendido por sus dueños él es el CEO.

Sin ganar esa batalla política, las matemáticas de Prat Gay sobre las reservas, que asigna un valor distinto a los dólares que provienen de swaps o préstamos de los que se fueron justamente para reducir los compromisos de deuda, perderán efectividad argumental cuando oficialice la devaluación. En materia económica, es la ofensiva contra el actual presidente del Banco Central la única coartada que le queda al nuevo gobierno.

El Poder Judicial se mostró solícito antes de la segunda vuelta electoral para poner al funcionario contra las cuerdas. Pero esa corporación también pasa factura y tiene su propia agenda "más allá de los gobiernos", como dijo el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, el mismo día en el que se difundió el fallo a favor de Santa Fe, San Luis y Córdoba, en el reclamo histórico por los descuentos de precoparticipación acordados en las épocas de Cavallo. Estos descuentos nacieron en los 90 para financiar la privatización del sistema previsional.

Más allá de la indignación de algunos kirchneristas, el mensaje de Lorenzetti no es para Cristina sino para las nuevas administraciones nacionales, provinciales y municipales. Para el gobernador electo Miguel Lifschitz, es como descubrir petróleo. Por el impacto en materia de recursos y por el poder de negociación que el máximo tribunal le da con esta sentencia a los mandatarios de las provincias centrales. La agenda federal adquiere otro cariz y los jefes territoriales ya sueñan con recrear la vieja liga de gobernadores. Para Macri, es una pata más con la que tendrá negociar en la paritaria general.

En la provincia, la lluvia de pesos le dará aire a las ajustadas cuentas públicas, toda vez que se sumará los recaudado por la oleada de aumentos impositivos y tarifarios que, como es tradición, suceden a las elecciones. En el verano agitado que se avecina traerá subas de tasas municipales, a los combustibles, subas del inmobiliarios y aumentos en los servicios públicos.

http://www.lacapital.com.ar/economia/El-fuego-amigo-le-acorta-la-luna-de-miel-a-Macri-20151129-0001.html

sábado, 28 de noviembre de 2015

La restauración conservadora

Sábado 28 de Noviembre de 2015.

Por: Alejandro Robba.

Cuando todavía se siguen contando los votos que darán el triunfo –por escasísimo margen– a Mauricio, que es Macri, se conocieron los miembros de su Gabinete.

Cuando todavía se siguen contando los votos que darán el triunfo –por escasísimo margen– a Mauricio, que es Macri, se conocieron los miembros de su Gabinete. La paridad fifty-fifty entre ambos candidatos pone cierto límite a los exultantes pronósticos que se tiraron el domingo a la noche, cuando la diferencia no era, ni por asomo, tan exigua como la actual.

Ya se hablaba de un voto castigo al modelo, que se venía una nueva conducción del peronismo antiK, un peronismo light o del tipo 2.0. Sin dudas, la lectura política de la elección es que "el modelo" liderado electoralmente por Daniel Scioli, después de 12 años de gestión, y con el asedio constante de las corporaciones mediáticas y empresariales más concentradas, ha dado una batalla más que digna.

El estrecho margen muestra que la mitad de los argentinos optó por apoyar un modelo y a un candidato que se había comprometido a hacer el service necesario para profundizarlo, promoviendo como objetivo central la agenda del desarrollo económico y la aceleración del proceso de reindustrialización.

No alcanzó, pero existe –contra lo que se vaticinaba– una alta revalorización popular de la década ganada, que se expresa también en los altos niveles de aceptación que mantiene la presidenta de la Nación. La transición, por más ruido que quieran meter desde los medios, está siendo más que ordenada y el oficialismo esta semana, alcanzando el quórum en diputados y aprobando 96 proyectos, ya avisó que va a gobernar sin pausa y total legitimidad hasta el 10 de diciembre, que no es otra cosa que respetar la Constitución. A partir de ese día, será la hora de la verdad en cuanto a cuáles serán las primeras medidas tomadas por el nuevo gobierno. No obstante, la conformación del Gabinete económico y el nuevo organigrama brindan algunas pistas.

Que el actual Ministerio de Industria quede como una secretaría en el ámbito de un nuevo Ministerio de la Producción, señala que desde el PRO se le asigna una importancia menor al sector en esta nueva etapa. En cambio, Agricultura sigue como ministerio, toda una señal para las patronales agropecuarias, que ya cuentan, además, con un ministro propio, el dirigente de CRA Ricardo Buryaile. Por otra parte, la eliminación del Ministerio de Economía y su remplazo por seis ministerios "temáticos" o sectoriales, ratifican que la intervención y regulación de la economía serán prescindentes.

En otras palabras, la microeconomía tendrá un lugar de mayor protagonismo que la macroeconomía ya que, como lo entiende el neoliberalismo, a la macro la debe manejar el mercado y no el Estado. Otro rasgo distintivo fue haber designado al ministro de Trabajo con posterioridad al resto del Gabinete económico y la nula mención o importancia que se le ha dado a la difusión de las nuevas autoridades y las políticas que llevará adelante el Ministerio de Desarrollo Social, toda una señal sobre el perfil de la nueva administración.

Si bien el valor del dólar ilegal cerró la semana un poco por debajo de los $ 15, tampoco se desplomó como pensaban los analistas del establishment que pronosticaban un certero shock de confianza si las elecciones eran para el PRO. La única confianza que tienen los mercados es que más temprano que tarde vendrá la devaluación más anunciada de la historia económica argentina e impactará fuertemente sobre los precios y, acto seguido, sobre los salarios.

Tal es así que, sin haberse concretado y con un dólar ilegal declinante, se observaron ya desde antes del 22 de noviembre aumentos "preventivos" en muchos productos. Desde la bolsa de harina, pasando por electrodomésticos, las bobinas de papel, el cemento, artículos de limpieza e higiene, lácteos, se movieron al compás de las expectativas de devaluación, contradiciendo al ministro de Hacienda y Finanzas electo, Alfonso Prat-Gay, que cuando era un simple mortal, hace 20 días, señalaba que una devaluación del dólar oficial no impactaría sobre los precios porque estos ya se habían ajustado al nivel del dólar blue.

Mala tuya, Alf, porque el dólar blue bajó de $ 16,05 a $ 14,98 y los precios en lugar de bajar, subieron. Pero viene más. El flamante ministro de Energía y Minería y ex CEO de Shell, Juan José Aranguren, ya anunció que se modificará el "cuadro tarifario de electricidad".
En lugar de decir que van a incrementar las tarifas de luz, eufemísticamente señala que se les va a dar "racionalidad" a los precios. Las palabras que más vamos a escuchar en los próximos días son sinceramiento y racionalidad, como si los precios tuvieran sentimientos o sensatez en sí mismos. Los precios, no son personas, los manejan personas y empresas, y no se establecen automáticamente a través de una lógica perteneciente al orden natural de una supuesta mano invisible del mercado de competencia perfecta.

Creer en la racionalidad de los precios es entregar a la mayoría de la población a los designios de los formadores de precios y evitar que sean cuidados por el Estado. Nadie puede estar sorprendido por los nombres del Gabinete PRO-mercado. En efecto, no se esperaba a un empresario pyme al frente del Ministerio de la Producción ni a un pequeño chacarero al mando de Agricultura. Tampoco al presidente de una mutual o una cooperativa al frente del Ministerio de Hacienda y Finanzas, sino que fue reservado para un representante de la banca extranjera.

La Argentina cambia el perfil de sus funcionarios públicos radicalmente, y la política ahora es conducida por los gerentes y CEOs de grandes empresas extranjeras. Es el manual del neoliberalismo. Para muestra sobra un gerente. El presidente de la asociación que aglutina a los bancos extranjeros en nuestro país (ABA), Claudio Cesario, opinó ayer que el equipo del presidente electo "es el Barcelona", comparándolo con el equipo de fútbol español. No hay mucho más que agregar, salvo que la pelota, seremos la mayoría de los argentinos.

http://www.infonews.com/nota/266823/la-restauracion-conservadora


Poder adquisitivo

28/11/2015.

 Por: David Cufré.



La devaluación, el ajuste y la reducción del poder adquisitivo del salario y las jubilaciones asoman cada vez con más riesgo. Las señales que fue enviando el nuevo gobierno a lo largo de la semana apuntaron en esa dirección. Mauricio Macri luce convencido de lo que hará y anticipa que no tiene sentido esperar cinco meses para llegar a un tipo de cambio único. Si bien omite precisar cuál sería el precio al que saltaría el dólar, insiste en la necesidad de pegar el volantazo y pide confianza a la sociedad para que lo acompañe en la aventura. Los sectores empresarios que ganarían con la devaluación lo llenan de elogios y un universo considerable de trabajadores lo sigue como al flautista de Hamelin. Otros miran la escena entre preocupados e impotentes por lo que parece venir. Mientras tanto, los precios de una gran cantidad de rubros aceleraron la suba, que empezó a gestarse a principios de noviembre, cuando el ahora designado ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, anticipó que el dólar oficial treparía en caso de que ganara Cambiemos. No hay empresario que no dé por sentada una pronta escalada de la divisa y por ello retienen mercaderías, todavía de un modo más o menos disimulado por los reparos que les genera un gobierno que aún no se fue. El ajuste de precios “preventivo” y los indicios de desabastecimiento son, como tantas veces en la historia económica argentina, el preanuncio de la tormenta devaluatoria.

La elección de empresarios y economistas neoliberales para puestos de relevancia del nuevo gobierno refuerza la idea de que no les temblará el pulso. Los antecedentes de figuras como Prat-Gay, Federico Sturzenegger –presidente del Banco Central–, Carlos Melconian –Banco Nación– y Rogelio Frigerio –ministro del Interior– dan entidad a las sospechas de que la salida a la restricción externa que intentará Macri es la del ajuste ortodoxo. Las dudas pasan por la velocidad y la intensidad de aplicación. Algunos creen que será muy rápido y muy fuerte, más cuando escuchan al presidente electo decir que el 11 de diciembre levantará el mal llamado cepo y dejará de lado el gradualismo en la corrección cambiaria. Otros consideran que esa opción es demasiado arriesgada por cómo terminaron las elecciones. La diferencia fue de dos puntos, no de diez. La porción derrotada de la sociedad está en estado latente de movilización y dolida. Su resistencia a medidas impopulares podría hacer naufragar el plan si el gobierno no mide bien las sensibilidades, como ya le pasó una vez a Ricardo López Murphy, si bien es cierto que el escenario político de 2001 y 2015 son muy distintos.

Con shock de días o gradualismo de un par de meses, el destino de la política económica parece ser el mismo: devaluación, ajuste y endeudamiento. La otra pata del plan DA-DA es la apertura comercial. En este punto, el futuro ministro de Producción, Francisco Cabrera, prometió a industriales de sectores sensibles que habrá una tregua de seis meses para empezar a desmontar las barreras de la protección.

Con ese plan, el salario, las jubilaciones, las pensiones y las asignaciones que entrega la seguridad social perderán poder de compra si no logran empardar la inflación desatada por el incremento del dólar. Desde el equipo económico de Cambiemos dejaron trascender que estarían dispuestos a habilitar paritarias dos veces el próximo año para amortiguar el impacto. Habrá que ver cómo queda la cuenta final entre inflación e ingresos, pero en principio existen motivos para temer una dura pérdida de la capacidad de consumo.

El kirchnernismo contrapone a ese camino su propia experiencia. La recomposición del poder adquisitivo de trabajadores, jubilados y pensionados fue desde el primer momento un objetivo central de la política económica. El proceso de inclusión laboral, previsional y a la seguridad social conformó una plataforma de consumo con escala suficiente para rescatar a decenas de sectores industriales hundidos en los 90, comerciales y productivos en general. En un contexto internacional donde todos los países de Sudamérica sufren por la caída de los precios de las materias primas, que constituyen la base de sus exportaciones, la Argentina puede exhibir buenos resultados. El mejor es la desocupación de 5,9 puntos, la más baja en 28 años. Para quienes descreen del Indec, mediciones privadas de empleo –por ejemplo en la construcción– ratifican que los niveles de ocupación son de los máximos históricos.

Sin embargo, tasas de inflación de dos dígitos por casi una década generaron la percepción en amplios sectores sociales de un achicamiento en su poder de compra. Por más que los niveles generales de consumo crecieron de manera contundente durante el kirchnerismo en la gran mayoría de los rubros –alimentos, autos, textiles, turismo, electrodomésticos, servicios públicos, transporte, entre otros–, el movimiento permanente de los precios distorsiona el proceso. Más allá de esa dinámica, lo cierto es que al comparar la inflación y la evolución de los ingresos, éstos últimos han ganado por amplio margen y empujaron hacia arriba el poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y las prestaciones sociales.

En el caso de los jubilados, el aumento de la capacidad de compra ha sido notable. En 2003, la jubilación mínima era de 220 pesos, que alcanzaban para comprar 171 litros de leche en sachet (a 1,29 pesos por unidad). En la actualidad, el haber mínimo es de 4299 pesos, suficientes para adquirir 419 litros en sachet (a 10,25 pesos cada uno). De 171 litros a 419. Lo mismo ocurre con otros productos de una canasta básica de consumo. En 2003, la jubilación mínima permitía comprar 88 litros de aceite de girasol (a 2,49 pesos), ahora son 397 (a 10,84 pesos el litro). En paquetes de fideos de medio kilo, la proporción pasó de 163 a 524. En bifes de carne vacuna, de 45 kilos (a 4,89) a 56 (a 76,90). En envases de shampoo de 200 centímetros cúbicos, de 85 (a 2,59) a 186 (a 23,15). En papas, de 449 kilos (a 49 centavos) a 573 (a 7,50).

La jubilación mínima de 2003, de 220 pesos, representaba 61,2 dólares. En 2009 ya había trepado a 217,3 dólares. Desde entonces, cuando se aprobó la ley de movilidad previsional, los haberes mejoraron hasta los actuales 443,2 dólares al valor oficial. Y si la comparación se hace con el blue, la jubilación mínima representa 286,6 dólares, también más que en 2009.

Para los trabajadores bajo convenio colectivo, entre 2007 y junio de este año, período con tasas de inflación de dos dígitos, el salario medio aumentó en términos reales 41 por ciento. Así surge de un estudio de la consultora de Miguel Bein, que toma como parámetro su propio índice de precios, que se ubica a mitad de camino entre el oficial y el de la oposición (índice Congreso). De 200 acuerdos en paritarias homologados en 2002 se llegó a casi 2000 este año. La Asignación Universal por Hijo, en tanto, fue creada en noviembre de 2009 con una asignación de 180 pesos por hijo. Esa cifra creció hasta 837 pesos en la actualidad, un 365 por ciento de aumento. En el mismo período, la inflación fue del 301 por ciento (hasta julio pasado) según el IPC Congreso. Aquellos 180 pesos equivalen a 228 en este momento en términos reales, deflactados por ese mismo indicador.

La recomposición del poder adquisitivo de los trabajadores, los jubilados y de los titulares de nuevos derechos en seguridad social aparece amenazada por la devaluación en ciernes. “El equipo económico de Cambiemos se parece al Barcelona”, comparó ayer el presidente de la asociación de bancos extranjeros en la Argentina, Claudio Cesario, despreocupado porque los salarios, las jubilaciones y las asignaciones se vayan a la B.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-287139-2015-11-28.html


viernes, 27 de noviembre de 2015

“El triunfo de Macri es producto del cansancio con el kirchnerismo”

Viernes, 27 de noviembre de 2015.

Carlos Fara, reconocido sociólogo y consultor nacional sostiene que la victoria de Cambiemos refuerza la idea de un cambio de paradigma. Asegura que Cristina le sigue hablando a su núcleo más duro.

http://www.lacapital.com.ar/politica/El-triunfo-de-Macri-es-producto-del-cansancio-con-el-kirchnerismo-20151130-5080.html

Comentario: Reportaje poco interesante. Lo mas sabroso se dijo en los comentarios por Facebook.


Carlos Fuentes · Universidad Nacional del Litoral (UNL)

En REALIDAD el triunfo de Macri se dio por lo siguiente 1) no somos alemania, porque si lo fueramos CRISTINA se presentaba y ARRASABA, no como lo hizo SCIOLI, 2) es el triunfo despues de 2 derrotas de la guerra mediatica de CLARIN, incluyendo "LAVADO CEREBRAL" como nunca antes ocurrio en el pais + una conduccion, estudio de marketing/propaganda y discplinamiento del PRO de parte de DURAN BARBA de modo ejemplar .. aun asi fue por escaso margen y el Misterio no esclarecido de Provincia de Cordoba. "La falta de empleo dignos" con el PRO en el gobierno va a pasar a ser solamente "LA FALTA DE EMPLEOS", La INSEGURIDAD va a ser solo BLINDAJE MEDIATICO, la inflacion va a ser contenida con sangre y sudor de la CLASE TRABAJADORA... la SOBERBIA pasa ahora por la SONRISA CINICA del INGENIERO... chau


Nacho Galan · Trabaja en Autónomo

La comparación con Alemania viene del lado de Angela Merkel, evidentemente los argentinos tienen un probema con mujeres fuertes. A Cristina se le puede reprochar ser altanera y soberbia pero también ha sabido ser humanitaria, maternal y carismática. Macri no tiene NINGUNA aptitud para ser presidente, no sabe hablar, tiene dislalias (pronuncia mal las consonantes), tiene déficits cognitivos (no puede articular ideas complejas), está procesado, no tiene rasgos de líder, parece débil "me rindo, no a la agresión, todos juntos". No tiene condiciones personales para esa tarea, eso es algo objetivo, no es una opinión. Y además es bastante socarrón y sobrador, o sea que tampoco "ganamos en humildad" con Macri, ni por asomo (Scioli sí es tranquilo y componedor, por ejemplo). Lavado de cerebro? Es obvio, tan evidente como que Lanata lo reconoció y terminó su ciclo....


Luis Blotta Stengel · Universidad Nacional de Rosario

¡Qué artículo berreta! Dice que el peronismo nunca fue oposición 8 años. De 1955 a 1973 ¿qué es? Y Macri es Menem.

Respuesta:

Nacho Galan · Trabaja en Autónomo

Macri no es el de Anillaco, el de Anillaco tenía un carisma impresionante, era comprador, seductor, además proponía cosas interesantes (salariazo, revolución productiva). Después hizo todo lo contrario pero la gente lo votó por esa esperanza del caudillo que hacía la revolución productiva después de los terribles últimos años de Alfonsín. Macri llegó a la presidente diciendo que había que devaluar y hacer ajuste, y la gente lo votó igual


lunes, 23 de noviembre de 2015

La única certeza es el cambio

23/11/2015.

Por: Leo Ricciardino.

Anoche, no había euforia en Rosario. Al Monumento llegaron pocas personas vivando a Macri. Esto no quiere decir que no haya tenido apoyo en las urnas -eso está a la vista- sino que la adhesión al candidato de Cambiemos expresó precisamente eso: la necesidad de sacarle pasión a la política en la creencia de que así es posible solucionar los conflictos que debe afrontar un país. Allí es posible rastrear la raíz del cambio, la ingenua sensación de la no política que fue ratificada sobre la tarima de Costa Salguero por el propio Macri que repitió los mismos slogans de campaña y no expresó ninguna certeza para Argentina.

Macri fue reconocido presidente cerca de las 22.


La formidable maquinaria publicitaria montada por Durán Barba fue efectiva y reemplazó a la política. Así se construye un candidato y una fuerza política, pero no un gobierno. Una gestión requiere de hombres y mujeres comprometidos con una tarea que se trata -precisamente- del conflicto constante. Ese que el kirchnerismo expuso de manera descarnada y que terminó por resultar indigerible para la mayor parte del electorado que no quería tanta política explícita, tanta verdad junta.  En Santa Fe, claramente, ya se había visto un mapa del PRO que abarcaba desde el 25 de octubre último, la mayor parte de la región oeste del territorio, la que se recuesta sobre Córdoba y que tiene una fuerte raíz agropecuaria. Más allá de las razones obvias, del quiebre con el gobierno por el conflicto de las retenciones en 2008; esa herida jamás volvió a cerrarse. Por un lado porque muchos actores del sector agropecuario tenían dificultades para aumentar su rentabilidad, pero por otro lado porque había calado hondo en muchos de ellos esta cuestión de que debía haber un cambio de timón.

Los intereses sectoriales no alcanzan a explicarlo todo. Hay casos muy emblemáticos en Santa Fe como la localidad de Las Parejas, que pasó de ser un páramo de desocupación en los '90 a un territorio florenciente para la industria ligada al campo y con escasísima desocupación. O en Cañada de Gómez que en donde en los '90 cortaban la ruta protestando por el desempleo hoy hay un parque industrial con 40 empresas del sector mueblero. Son casos contundentes en los que sin embargo no pudo hacer pie el Frente para la Victoria en estas elecciones.

Claramente la mayor porción del electorado creyó firmemente cuando le dijeron que no iban a tocar ninguna de sus conquistas, si no, es difícil explicar cómo recientes beneficiarios del plan Procrear -que accedieron por primera a vez a un crédito barato para construir su vivienda-, votaron por Macri.

http://www.rosarioplus.com/opinion/La-unica-certeza-es-el-cambio-20151123-0002.html


viernes, 13 de noviembre de 2015

Axel Kicillof: "La fábula de la crisis para justificar un ajuste"

13.11.2015.

Por: Axel Kicillof.

 Axel Kicillof ministro de Economía, y flamante diputado de la nación por la Ciudad de Buenos Aires, publicó una columna en plena campaña rumbo al balotaje en el diario Popular. Cuestiona la estratégia política y económica de Cambiemos, en comparación a lo realizado por el gobierno nacional.




Como habrás visto, durante esta campaña, Mauricio Macri nunca dice nada de lo que va a hacer en el terreno económico. Tampoco María Eugenia Vidal. Repiten hasta el cansancio su palabrita tan mágica como vacía: "cambiemos". Pero nunca explican claramente qué es lo que quieren cambiar en la economía. Dicen que quieren cambiar el tono de voz, los colores, el estilo, pero no te dicen qué es lo que va a pasar exactamente con tu vida, con tu trabajo, con tu salario, con tu jubilación, con la empresa en la que trabajás.

Para Macri y para Vidal de eso no se habla. En cambio, sus economistas de confianza sí hablan. No quiero que acusen a esta nota de ser una parte de una campaña sucia. Me limito entonces únicamente a repasar lo que Melconián, Sturzenegger y Prat Gay dijeron que van a hacer. Ellos sí que hablaron. Dijeron que van a poner un dólar a 14 o 16 pesos; dijeron que van a subir las tarifas (a sacar los subsidios) de la luz, el gas, del boleto del colectivo y del tren; dijeron que van a bajar el gasto público (es decir las jubilaciones, la AUH, las universidades y hospitales públicos); dijeron que van a abrir las importaciones; dijeron que van terminar con las paritarias; dijeron que van a salir por el mundo a endeudarse para pagar a los buitres.

No es una opinión mía. Lo dijeron. El otro día, mientras hablaba en la plaza con varios vecinos de mi barrio, una mujer me hizo una excelente pregunta: "pero si todo anda bastante bien, ¿para qué quieren hacer eso?". Vamos por partes.

Lo primero que han intentado hacer todos estos años, pero especialmente desde el año pasado, con la ayuda de algunos gurúes económicos y medios opositores, es instalar la idea de que la economía argentina está en pésimas condiciones. "Hace cuatro años que no crecemos", "el déficit fiscal es gigantesco", "el dólar está atrasado", "las reservas son bajísimas", "la inflación está creciendo", "el salario está cayendo". Todo esto es, lisa y llanamente, mentira. No quiero negar los problemas ni exagerar los aciertos.

Pero la verdad es que lo que ellos dicen que pasa -o desearían que pasara- no está pasando. Hoy muchos países del mundo, sin ir más lejos algunos de nuestros vecinos, entraron en recesión. Argentina no. Argentina está creciendo. No hay recesión. En lo que va del año, la actividad económica creció más de 2%.

Por eso las ventas en supermercados y shoppings, según CAME, crecieron 2,7%. Las ventas de cemento crecieron un 8%, las de pinturas un 20%, las de tractores 4,8%, las de lavarropas 18%, las de papel y cartón un 3,6%. Y podría seguir.

Esto nadie lo duda ni lo discute. Lo que sí cayeron fueron las exportaciones, pero no por el llamado "atraso cambiario", sino porque el mundo está en crisis y los precios de los productos que exportamos cayeron cerca de un 40%. Esta caída externa se compensó con el crecimiento del mercado interno. Y no fue magia, sino el efecto los programas y medidas que tomó el gobierno.

Los conocés: PROCREAR con sus casi 200 mil viviendas, PROGRESAR con sus 954 mil beneficiarios, AHORA 12 con sus casi 20 mil millones de operaciones. Y podría seguir un buen rato. Por eso tampoco es verdad que no se hayan creado puestos de trabajo. Si tomamos sólo los empleos privados registrados, en el último año crecieron en 180 mil. El desempleo está en un mínimo histórico, acercándose al 6%.

Además, hasta para el más opositor, la inflación está bajando fuerte. Las consultoras privadas, el año pasado, exageraban una inflación del 35%. Hoy las mediciones más extremistas no superan el 23% o 25%. Es decir, que hasta para los que no acuerdan con nosotros, la inflación bajó cerca de un 10% en un año. Si a esto sumamos que las paritarias, las jubilaciones y la AUH de este año cerraron entre el 27% y el 32%, sin lugar a dudas el poder adquisitivo del salario está creciendo. Y, aunque todos queremos siempre menos inflación, lo importante es que el ingreso evolucione por encima de los precios, como en estos 12 años. Y todo esto se logró sin hacer el ajuste.

¿Para qué entonces quieren sembrar miedo y confusión? Lo que están tratando de hacer es crear a través de una campaña mediática un clima de que todo está mal y de que todo va a explotar. ¿Para qué? Para justificar las medidas que piensan tomar si ganan: ajuste, megadevaluación, tarifazo, apertura de las importaciones, endeudamiento externo. Esas medidas son las que lo digan o no- quiere tomar el PRO. De hecho las vienen pidiendo hace 12 años.

Una devaluación como la que propone Macri, del 40 o 50% significa una gigantesca caída del salario, es decir, que con tu sueldo vas a poder comprar mucho menos de lo que comprabas antes. Como el salario compra menos cosas, cae la demanda y la cosa empeora, porque si no hay ventas empiezan a cerrar empresas nacionales, hay recesión y despidos.

Y no termina ahí, porque si además suben las tarifas de todos los servicios, el salario cae todavía más y la recesión se profundiza. Para colmo, si pretenden abrir la entrada de productos importados -que hoy están más baratos porque, como hay crisis internacional, sobran- un producto importado que entra reemplaza a un producto nacional: más cierres de industrias, más desempleo, más recesión.
Y tampoco termina acá: si además bajan el gasto público, se producen más despidos y, como ya hizo la otra alianza, la de De la Rua, bajarían sueldos y jubilaciones. Menos demanda, más despidos, más recesión, menos salarios.

Todavía hay algo que no cierra y por eso preguntó la vecina: ¿por qué si es tan malo harían todo eso? El tema es que no todos se perjudican. Claramente para los que ganamos un salario es una calamidad, pero para los grandes exportadores, los especuladores, las grandes fortunas en dólares, no. Al revés.

Si bajan los salarios medidos en pesos y en dólares, y la devaluación hace crecer los ingresos por exportaciones, las ganancias de ellos se multiplican. Es como todo en economía: es muy difícil que una medida favorezca a todo el mundo. Con el plan del PRO se favorecen los grupos concentrados. Con el del Frente para la Victoria, las mayorías.

http://www.diariopopular.com.ar/notas/242580-axel-kicillof-la-fabula-la-crisis-justificar-un-ajuste