lunes, 21 de diciembre de 2015

“El mercado no resuelve los problemas”

 Lunes, 21 de diciembre de 2015.

 Por: Federico Kucher.

JOSEPH STIGLITZ PRESENTO EN LA UBA LAS CONCLUSIONES DE SU ULTIMO LIBRO.



El premio Nobel de Economía analizó el protagonismo de la innovación en el proceso de creación de riqueza. Defendió la necesidad de que los países cuenten con un Estado activo para impulsar el salto cualitativo de la industria.

La apertura comercial indiscriminada, la desregulación financiera y de los flujos de capital fueron algunos puntos que el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, destacó entre los elementos nocivos para promocionar el crecimiento de la economía con mayor nivel de igualdad. Las recomendaciones del investigador van a contramano de las medidas anunciadas por Mauricio Macri en los últimos días, en donde se abrieron los controles cambiarios y se adelantó que en enero finalizará el sistema de Declaraciones Juradas de Importación que se utilizó en los últimos años para administrar las importaciones. El economista expuso el viernes en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, en donde presentó las conclusiones de su último libro La creación de una sociedad del aprendizaje, en el cual discute el protagonismo de la innovación en el proceso de creación de riqueza de las economías. Defendió la necesidad de que los países, en particular los no desarrollados, cuenten con un Estado activo para impulsar el salto cualitativo de la industria y la generación de puestos de trabajo a partir del gasto público, el uso de subsidios y la inversión en investigación científica.

“Los mercados por sí solos no resuelven los problemas de falta de innovación que tienen algunas economías y que implican una brecha tecnológica relevante entre países avanzados y en vías de desarrollo”, aseguró Stiglitz. Indicó que es necesario entender el conocimiento como un bien público, que es patrimonio de toda la sociedad y no de un grupo de empresas, y que el Estado es el que debe encarar las inversiones necesarias para impulsar el desarrollo de nuevas tecnologías. “No existe la mano invisible de Smith y las personas de manera individual no conducen a una situación de asignación eficiente de los recursos ni promocionan la creación de una sociedad de aprendizaje. El sector público tiene que intervenir para apuntalar la innovación. El ejemplo es que el telégrafo pero también Internet o los desarrollos en el ámbito de la agricultura fueron liderados por los gobiernos y no por los privados”.

Las políticas de educación, industriales, de comercio y los instrumentos que apunten a la estabilidad macroeconómica fueron los elementos centrales que, según Stiglitz, deben concentrar la atención de un Estado promotor del desarrollo. Explicó que muchas veces no se tiene en cuenta los efectos de la incertidumbre e inestabilidad de las economías en materia de destrucción de capacidades productivas. “Cuando una empresa quiebra, sus trabajadores pierden incontables horas de aprendizaje. Es una pérdida enorme que lleva también un enorme esfuerzo de reconstrucción. Con la recesión pasa lo mismo, debido a que hace disminuir la formación de los trabajadores con empresas que no piensan en preparar mejor al personal sino en sobrevivir”, señaló. El premio Nobel puso como uno de los ejemplos el caso del Viejo Continente. “Europa crecía hasta 2008 y desde ese momento se estancó y no existen evidencias de que haya vuelto a recuperarse. La magnitud de las pérdidas es realmente difícil de calcular. Generó un efecto negativo en el aprendizaje y, por tanto, un retroceso en sus capacidades para crecer en el futuro. Esto es una disminución del crecimiento potencial.”

Stiglitz explicó que la desregulación de la economía, en particular del sector financiero, generó consecuencias nocivas en materia de expansión y bienestar social a nivel global. Remarcó el caso de los Estados Unidos, en donde los negocios de la banca pasaron de representar de 2,5 a 8 puntos del Producto Interno Bruto. E indicó que esa expansión no trajo aumento de productividad pero sí provocó una mayor volatilidad de la economía. “En Norteamérica se permitió que los bancos decidan la política industrial. Porque la desregulación de las finanzas es una forma de hacer política industrial. El resultado fue una menor eficiencia con incremento de la desigualdad”, aseguró. Planteó que es clave recuperar el protagonismo de un Estado activo en la economía, en donde se apunte a un nuevo paradigma de innovación. Aseguró que el desarrollo ya no debe concentrarse en inventos que permitan ahorrar mano de obra, sino que la nueva tecnología se deberá enfocar en resolver problemas centrales para la población global como ocurre con los desafíos que plantean las tensiones medioambientales.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-288703-2015-12-21.html


domingo, 20 de diciembre de 2015

Señales para un solo lado

20/12/2015.

Por: Leo Ricciardino.

Mauricio Macri cumplió hasta ahora, casi como ningún otro presidente, con sus promesas de campaña. Dijo que iba a eliminar las retenciones agropecuarias e industriales y lo hizo, anunció en reiteradas ocasiones que en los primeros días de su gobierno iba a caer el cepo cambiario y lo hizo también. Claro, que además habló mucho de institucionalidad, republicanismo y transparencia e intentó nombrar por decreto a dos nuevos miembros de la Corte Suprema en una acción reñida con la Constitución. Aunque después corrigió la acción.



Pero quizás la promesa más ambiciosa y difícil de cumplir será aquella que hablaba de “pobreza cero” en Argentina. Sobre todo si se tiene en cuenta que en las primeras medidas de este gobierno, la transferencia de recursos a los sectores más concentrados de la economía ha sido fenomenal. Miles de millones con las retenciones, otros miles de millones con la megadevaluación que –por más que nunca se haya nombrado- existió esa tarde en la que el ministro Alfonso Prat Gay comunicó el levantamiento del cepo y el dólar oficial trepó hasta los 14 pesos.

No hay antecedentes de que una devaluación de semejante envergadura no haya licuado a los salarios. Como dijo el ex ministro Axel Kicillof y lo sostenía Daniel Scioli en la campaña, el plan parece a pedido del Fondo Monetario Internacional. Es más, hasta hay un ex funcionario de ese organismo nombrado en el gobierno nacional.

Hugo Moyano se mostró como aliado de Macri desde el principio, pero en el primer día del levantamiento del cepo habló con la franqueza y la centralidad con la que suelen hacerlo los sindicalistas: “Esperemos que el cepo que se le quitó al dólar no lo pongan después a las paritarias”.

O como dijo más directamente otro sindicalista antikirchnerista en los últimos días: “En las partitarias de mayo vamos a estar pidiendo el 50 por ciento de recomposición salarial”, disparó el gastronómico Luis Barrionuevo.

Los gestos en política son importantes. Pero ¿cuántas reuniones con los gobernadores pueden sucederse si no hay respuestas concretas a sus demandas económicas?¿Cuántas fotos con el cacique Qom Félix Díaz se pueden repetir sin una verdadera política para los pueblos originarios?

En algún momento el nuevo presidente tendrá que armar su poder con actos concretos. Por ahora, las señales más claras han sido todas para un mismo lado.

La primera plaza de la oposición, la que se reunió para defender la Ley de Medios en Buenos Aires, fue mucho más numerosa de lo que se esperaba. No se trata sólo de la temática que convocaba, sino de fuerzas populares por ahora contenidas, esperando para plantarse frente a un gobierno que deberá comenzar a dar algunas señales en dirección del desarrollo y la protección de los asalariados.

http://www.rosarioplus.com/opinion/Senales-para-un-solo-lado-20151217-0046.html


sábado, 19 de diciembre de 2015

La jueza que le puso los puntos a Macri

Diciembre 19, 2015.

 Editorial Politica.

Highton se rebeló y llevó a la Corte a frenar la jura de los nuevos jueces. Hubo una reunión de emergencia, antes de que Lorenzetti se reuniera con Macri para pausar el decreto para integrar el tribunal.



Elena Highton de Nolasco alzó la copa de champagne y brindó por Montesquieu y la división de poderes. Fue la forma políticamente correcta de dejar en evidencia su rechazo al decreto del presidente Mauricio Macri para imponer a dos jueces de la Corte Suprema sin acuerdo del Senado. El hombre al que estaba dirigido el mensaje de Highton había faltado a la cita, pero a pocos pasos estaba el ministro de Justicia, Germán Garavano, para atajar el enojo de la jueza.

El brindis puso fin a la cena anual de la Asociación de Magistrados, que nuclea a un gran número de jueces y funcionarios judiciales de todo el país. Mauricio Macri y Ricardo Lorenzetti estaban invitados, pero no asistieron. Highton y Garavano compartieron mesa con el titular de la asociación, Ricardo Recondo, y funcionarios de los gobiernos nacional y bonaerense. La tensión entre Highton y Garavano se sintió en el aire hasta que, comida y vino de por medio, las caras de los funcionarios se fueron aflojando. Se los vio charlando bajito durante gran parte de la noche.

Fue el jueves, 36 horas después de que Highton se convirtiera en una pieza central para obligar al Presidente a dar marcha atrás con su decisión de imponer por decreto a Horacio Rosatti y a Carlos Rosenkrantz como jueces de la Corte. La jueza había advertido que no estaría presente en el juramento de los nuevos jueces impuestos por decreto. Así lo aseguraron  jueces y camaristas con diálogo con la jueza y allegados a Highton y a su equipo.

Para la ocasión, bastaba con que el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, tomara el juramento. Pero de esta forma, Highton dejaba expuestos a Lorenzetti y al juez Carlos Maqueda como cómplices de una medida que desató el rechazo de casi todo el ámbito judicial.

La decisión de Macri provocó su primera crisis política a menos de una semana de su llegada a la Casa Rosada, pero también remarcó las grietas ya existentes entre los miembros de la Corte Suprema y expuso las primeras pujas internas por el poder de influir en las decisiones del Presidente.

Muy cerca de Highton buscaron bajar el nivel de tensión y aseguraron que Lorenzetti y Maqueda fueron tan decisivos como ella para suspender los nombramientos. Pero no desmintieron el disgusto de la jueza. El miércoles, alrededor de las 11, Lorenzetti, Maqueda y Highton se convocaron en un acuerdo extraordinario. Esa mañana, Macri le hizo saber a Lorenzetti que necesitaba salir del callejón sin salida en el que se había metido. Durante el acuerdo extraordinario, primó la postura de Highton, por conveniencia de todos. Por la tarde, Lorenzetti y Macri se reunieron y se acordó una pausa a la asunción de los nuevos jueces hasta febrero.

El martes, Lorenzetti respaldó públicamente la polémica decisión de Macri. “Los dos son bienvenidos”, afirmó sobre Rosatti –con quien mantiene una excelente relación– y Rosenkrantz. Highton no había sido tan elocuente como Lorenzetti. “No voy a decir nada del decreto”, dijo a los medios.

Lorenzetti debió justificar al Presidente frente a sus colegas y dijo que Macri estaba tironeado entre distintos grupos de poder dentro del macrismo que bregaban por ganar espacio unos sobre otros en el Gobierno. Se refería a la influencia del abogado Fabián Jorge Rodríguez Simón, alias “Pepín”, miembro del núcleo duro del macrismo junto a los ex compañeros de Macri del colegio Cardenal Newman.

El ministro de Justicia, Germán Garavano, le manifestó a Macri que no está de acuerdo con imponer decisiones sensibles por decretos o Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). Pero “Pepín” ofrece ese instrumento para calmar la ansiedad del Presidente. Y así lo hizo el lunes con el decreto que imponía dos jueces de la Corte.

Los macristas que debían estar al tanto de tamaña decisión se enteraron por los medios, incluido el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo. También en el Ministerio de Justicia. Ese mismo día, los funcionarios de la cartera habían estado reunidos con Macri. No les adelantó nada. Garavano tampoco fue consultado, pero luego debió salir a poner la cara por la decisión de Rodríguez Simón.

http://www.noticiasbrown.com/?p=16693


Cambio y expectativas

Sábado, 19 de diciembre de 2015.

 Por: David Cufré.

PANORAMA ECONOMICO.



En apenas una semana el gobierno de Mauricio Macri sentó las bases para un cambio dramático de modelo económico. El recetario neoliberal fue desplegado en sus líneas fundamentales a través de las siguientes medidas: eliminación de retenciones agropecuarias e industriales y rebaja de 5 puntos para la soja, eliminación de las restricciones para la compra de moneda extranjera, eliminación de cupos para la exportación de carne, trigo y materias primas en general, apertura comercial para las importaciones, eliminación de regulaciones bancarias que imponían tasas mínimas para los plazos fijos y máximas para los créditos, eliminación de encajes para el ingreso de capitales especulativos, eliminación del régimen informativo de las empresas sobre sus estructuras de costos y niveles de rentabilidad, promesa de eliminación de la ley antimonopólica de servicios de comunicación audiovisual, eliminación de la política de desendeudamiento, anticipo de una drástica reducción de los subsidios a usuarios de electricidad y gas, achicamiento del programa Precios Cuidados y devaluación violenta de la moneda, con un salto del tipo de cambio en torno al 40 por ciento.

La estructura de gobierno que diseñó la nueva administración confió áreas sensibles del Estado a CEO y altos ejecutivos de los sectores bancario (Alfonso Prat-Gay y Luis Caputo), petrolero (Juan José Aranguren), aeronáutico (Gustavo Lopetegui), de multinacionales industriales (Isela Costantini, Miguel Punte), de fondos de inversión (Mario Quintana), de ex AFJP (Francisco Cabrera), representantes de cámaras empresarias (Ricardo Buryaile, Martín Etchegoyen) y abogados de estudios jurídicos contratados por grandes empresas (Celeste Plee, María Eugenia Talerico), entre los principales. Alfredo Zaiat lo definió como la CEOcracia.

Todo ello termina con el debate que se había instalado durante la campaña electoral sobre si existían o no intenciones de la oposición de dar un giro profundo a las políticas que se venían desarrollando hasta entonces. Las advertencias de economistas heterodoxos se confirmaron en los cuatro puntos esenciales. El programa en marcha está estructurado por la devaluación, la apertura comercial, el endeudamiento y el ajuste. El nuevo debate es sobre cuáles serán las consecuencias de esas medidas, aunque ya es un indicio que el propio Macri y los referentes de Cambiemos hayan tildado como “campaña sucia” que se dijera que lo que pensaban hacer es exactamente lo que hicieron. La disparada de precios de noviembre y diciembre por el anticipo de la devaluación, ahora concretada, es el primero de los efectos, por más que el presidente y sus ministros quieran desentenderse de la responsabilidad de haber ocasionado un daño al poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, a cambio de transferir más de 60.000 millones de pesos a sectores agropecuarios y financieros, más lo que resta embolsar por las empresas de electricidad y gas.

Una pregunta que el tiempo se encargará de contestar es cómo se verán satisfechas o defraudadas las expectativas de los votantes de Cambiemos con la política económica. La excusa de la herencia –que abrió otro debate entre quienes dicen que fue la más desahogada de la democracia, con niveles de deuda, desocupación y conflictividad social en mínimos históricos, y aquellos que advierten por el déficit fiscal, la inflación y la insuficiencia de reservas del Banco Central– es de tiro corto. El éxito o fracaso de la gestión es exclusivo del Gobierno, como ocurrió antes con Cristina Fernández y Néstor Kirchner. A este último, por caso, le tocó asumir en condiciones extremadamente más difíciles que a Macri, quien cuenta a su vez con un desembozado apoyo de poderes fácticos como el mediático y el judicial.

En cuánto podrá responder Cambiemos al voto de confianza del 51,4 por ciento de la población que lo llevó al poder deberá contrastarse en primer lugar con las expectativas manifestadas por esos ciudadanos antes de los comicios. Son temas que inclinaron la balanza, en los cuales Macri logró ser visualizado como la mejor opción. En lo económico, las principales demandas pueden resumirse en los siguientes puntos:

- En primer lugar, hubo un convencimiento de que Cambiemos preservará las conquistas del kirchnerismo, con la ilusión de que llegará más allá, pero siempre sin arruinar lo logrado. Las palabras de alerta de economistas heterodoxos sobre las consecuencias del giro neoliberal fueron desoídas.

- Levantamiento del “cepo”. La eliminación de las restricciones para la compra de dólares se convirtió en una prioridad para amplios sectores sociales, incluso entre aquellos con baja capacidad de ahorro, que interpretaron las limitaciones como una afectación al derecho de preservar el valor de su dinero adquiriendo moneda extranjera. Las complicaciones para acceder al dólar también impactaron entre quienes querían concretar operaciones inmobiliarias, forzados a recurrir al mercado ilegal.

- Eliminación de retenciones a las exportaciones. Fue un reclamo central de pueblos agropecuarios, donde hubo un vuelco contundente del voto a favor del PRO. Suprimir las trabas a las exportaciones fue otra de las promesas que generaron gran adhesión entre los productores rurales.

- Bajar la inflación a un dígito. El movimiento permanente de precios horadó el apoyo al kirchnerismo, a pesar de que los gobiernos de Néstor y Cristina desplegaron una sólida política de ingresos que en general más que compensó los aumentos, elevando en términos reales el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones. Sin embargo, eso fue invisibilizado y se impuso el concepto de que el gobierno no logró resolver el problema de la inflación. Cambiemos despertó expectativas de combatirlo con mayor eficiencia.

- Rebaja del Impuesto a las Ganancias para los asalariados. Fue una demanda generalizada de los gremios cuyos trabajadores están alcanzados por el impuesto. Tanto Macri como Daniel Scioli dijeron que le darían un corte al tema.

- Recuperación de un crecimiento vigoroso. “La economía hace cuatro años que no crece y no genera empleo”, machacó el PRO, sin ajustarse a la verdad y ocultando que la crisis internacional provocó una caída de los precios de las materias primas que impacta mucho más en la mayoría de los países de la región que aquí, empezando por Brasil, con un retroceso del PBI de 3,5 por ciento este año. La Argentina crecería entre 1,5 y 2,0 por ciento, de acuerdo a mediciones privadas. Sin embargo, con apoyo mediático la idea se impuso en amplios sectores.

- Pobreza cero. Es el norte que guiará la gestión, prometió Macri. La falta de difusión de datos oficiales alimentó operaciones sobre un aumento de la pobreza. El gobierno anterior pagó muy caro la destrucción de la credibilidad del Indec, por graves errores propios y embestidas ajenas, permitiendo que se pusiera en duda la palabra oficial no sólo en materia de estadísticas. Las diez millones de personas que empezaron a recibir ingresos a partir del reconocimiento de derechos sociales, como la Asignación Universal por Hijo y Embarazo, las pensiones no contributivas, la ampliación de las asignaciones familiares, el plan Progresar y la moratoria previsional, fueron también invisibilizadas, lo mismo que la inclusión laboral, que llevó la desocupación a su nivel más bajo en 28 años. Aun así, la tarea de la inclusión social se encuentra lejos de estar terminada y persisten problemas arraigados como el empleo no registrado. Las promesas de cambio y de tiempos mejores fueron lo suficientemente atractivas entre algunos de quienes padecen aquellos flagelos para confiarle el voto a la oposición.

- Agotamiento del modelo. Cambiemos y los economistas de la derecha, siempre con un apoyo determinante de los medios hegemónicos, lograron estigmatizar políticas que benefician a las mayorías, como los subsidios a las tarifas de servicios públicos, los controles a las importaciones –numerosos rubros industriales se quejaron de arbitrariedades en el régimen de protección aduanera y por el pedido de supuestas coimas para ingresar insumos–, las retenciones a las exportaciones y el déficit fiscal, generado para sostener políticas anticíclicas de impulso al consumo popular.

El cambio de un modelo económico basado en la producción, el empleo, el consumo, la inclusión social y la integración regional, por otro de matriz agroexportadora, de valorización financiera y de alineamiento con Estados Unidos acaba de empezar. Hay quienes observan el proceso con espanto y otros con gran ilusión. El Gobierno deberá comprender que tiene la obligación de contener a todos. Hasta el momento está muy lejos de hacerlo.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-288599-2015-12-19.html


jueves, 17 de diciembre de 2015

Trabajo sucio

Jueves, 17 de diciembre de 2015.

Por: David Cufré.

Alfonso Prat-Gay responsabilizó al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner por la disparada de precios de noviembre y diciembre. “Es parte de la herencia”, describió, sin más explicaciones que fundamentaran su opinión. Prometió, de todos modos, que el Gobierno obligará a las empresas a retrotraer aumentos desmedidos al 30 de noviembre y aseguró que continuará el programa Precios Cuidados. Las distorsiones de la realidad, las contradicciones y las imprecisiones en las primeras declaraciones del ministro de Hacienda y Finanzas estuvieron a tono con el estilo que viene exhibiendo Cambiemos desde hace tiempo, pero especialmente desde su ascenso al poder.

Los precios empezaron a escalar una vez que Prat-Gay anticipó los planes de Mauricio Macri en caso de llegar al poder: “Habrá un dólar único, subirá el oficial, que hoy afecta a pocos, y bajarán todos los otros, que afectan a la mayoría”. Lo afirmó el 5 de noviembre, cuando la entonces fuerza opositora aparecía con las mayores chances de imponerse en el ballottage, por lo cual su palabra como probable ministro tenía una especial trascendencia. Al mismo tiempo, distintos referentes del PRO, empezando por su líder, sostenían que el dólar oficial no existía y que el de referencia era el ilegal, en torno a 15 pesos. Las expectativas de devaluación se instalaron de inmediato entre los distintos agentes económicos. La consecuencia directa, a la vista de todos, fue una catarata de noticias de subas de precios en harina, carne y demás productos, que Prat Gay ahora ignora con la impunidad de la protección mediática.

Página/12 publicó el último lunes tres mediciones privadas que evidenciaron esa reacción. La consultora del economista radical Eduardo Levy Yeyati detectó un salto inflacionario en la primera semana de diciembre hasta 1,2 por ciento, el doble del promedio de incremento semanal de noviembre y el triple que en octubre. Levy Yeyati está cerca del nuevo equipo económico. En su informe advirtió que el 1,2 por ciento de diciembre “quiebra la tendencia declinante de la inflación y se acelera”. De 0,4 por ciento de suba semanal de octubre se pasó a 0,57 en noviembre y a 1,2 en la primera semana de diciembre.

La inflación se venía desacelerando desde hacía más de seis meses. Lo refleja también el llamado índice Congreso, uno de cuyos responsables es el ahora titular del Indec, Jorge Todesca. En agosto registró 2,17 por ciento, en septiembre, 1,92, y en octubre, 1,52. Lo mismo marcó el índice de inflación del Gobierno de la Ciudad, con 2,3 en agosto, 1,9 en septiembre y 1,7 en octubre. En noviembre midió 2,0 por ciento. La consultora Ecolatina coincidió en la tendencia, decreciente hasta octubre y de aceleración desde noviembre. “El IPC Ecolatina subió 2,6 por ciento en noviembre, 0,7 punto porcentual por encima del promedio de los primeros diez meses del año”. Finalmente, la firma PriceStats advirtió que hasta la primera vuelta electoral la inflación bajaba, y que empezó a subir con el buen resultado de la fuerza política que anticipaba una devaluación.

Negar que los aumentos de precios son la respuesta del mercado a esas promesas, y atribuirle la responsabilidad al gobierno anterior, describe la confiabilidad de la palabra del ministro en el arranque de su gestión. Asegurar que se van a retrotraer precios a fines de noviembre y no a principios de ese mes es una muestra del desdén por resguardar el poder adquisitivo de los asalariados, ya afectado con las subas desde los primeros días de ese mes, aunque esto, en un contexto de megadevaluación, no sería más que un detalle. Y lo mismo puede señalarse de Precios Cuidados, que quedará reducido a su mínima expresión. Prat-Gay abrió la puerta a una disparada del dólar y pretende liberarse de la responsabilidad de esa decisión. Tal vez le pese la experiencia de otros equipos económicos que hicieron “trabajos sucios” en el pasado, a los cuales les tocó salir expulsados cuando lo que negaban se hizo evidente.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-288453-2015-12-17.html

sábado, 12 de diciembre de 2015

Los militantes opositores al kirchnerismo


Las tres fotos del cambio

Sábado 12 de Diciembre de 2015.

Por: Alberto Dearriba.

Estaba claro que la entrega del mando no sería sobre un lecho de rosas. El momento crucial en el cual la derrotada le daría bastón y banda al vencedor era esperado con cierto morbo propio de una novela de la tarde.



Estaba claro que la entrega del mando no sería sobre un lecho de rosas. El momento crucial en el cual la derrotada le daría bastón y banda al vencedor era esperado con cierto morbo propio de una novela de la tarde. Esa fotografía sería algo así como la capitulación de un proyecto popular de país frente a su histórico antagonista conservador.

La ejecutora de un modelo de substitución de importaciones le entregaría los atributos presidenciales al responsable del modelo agro-importador que se vislumbra. La portadora de convicciones ideológicas frente al cultor de un discurso supuestamente desideologizado, que siempre esconde la ideología de la derecha. La jefa de un gobierno militante, doctrinario, doblegada frente a un gerente que prioriza la eficiencia.

El choque de modelos, modales e ideología era suficiente para para alquilar balcones. Pero la disputa por el escenario, promovida por esos antagonismos, agregó dramatismo. Para colmo, una insólita medida cautelar del partido judicial interrumpió el mandato de Cristina a las 12 de la noche. Mauricio Macri diría después que no quiere jueces macristas, pero los tuvo.

Es el primer presidente que asume procesado y amparado por una insólita medida cautelar que le ahorró tener que recibir bastón y banda de la presidenta a la cual siempre rechazó visceralmente. Ella aceptó la coartada y dijo que no podía subir al ring sin mandato. Pero en realidad, también eludió la foto que nunca quiso.

Macri juró con escasísima presencia de legisladores oficialistas, que acompañaron mayoritaria y solidariamente a su jefa, pero no faltaron los que comenzaron a probarse las pilchas del finado aun antes de estar seguro de su muerte, ni los temores de gobernadores peronistas frente a la lapicera del nuevo jefe de Estado. La decisión de los legisladores del Frente para la Victoria de no ausentarse de un ritual de la democracia, es sumamente discutible. Pero no es leal diferenciarse en los malos momentos.

Lejos de la traición que siempre ronda el poder, una multitud densa y extensa fue a darle las gracias a Cristina a la Plaza de Mayo, horas antes de que abandonara la Casa Rosada apurada como si fuera un huésped de hotel presionado por un insólito chek-out a medianoche.

En esa plaza lagrimearon jubilados agradecidos, mujeres que prometen resistir, militantes con incertidumbre, trabajadores y pequeños empresarios que mejoraron sus vidas, así como jóvenes que nacieron a la política bajo un gobierno de centroizquierda y ahora deberán aguantar a otro conservador. Ella dijo que podía mirar a todos a los ojos. No es poco, luego de 12 años en el poder. Tanto fervor dibujó más un "hasta luego" que un "hasta siempre".

Todavía quedaban rastros de la marea kirchnerista en la histórica plaza cuando arribaron hombres y mujeres con banderas argentinas para saludar al nuevo presidente que los libera de los discursos ideologizados, convencidos por el relato mediático de la corrupción kirchnerista y de la altanería de la ex presidenta.

Son portadores de una esperanza sumamente respetable, a los cuales la historia les dirá si hicieron bien o mal al votar a un integrante de la clase alta para castigar a la "yegua" que indudablemente mejoró la vida de millones de argentinos. Ahora el amor al nuevo gobierno dependerá del modo en que las ondas de paz y amor lleguen a la pitanza. De no ser así, muchos se arrepentirán tardíamente.

Nadie esperaba que Macri dijera algo parecido a aquello de no abandonar las convicciones en la puerta de la Rosada, porque elude cualquier discurso ideologizado o principista. Su mayor atrevimiento político fue mencionar a Arturo Frondizi, que llegó al gobierno con el voto peronista y aplicó luego un violento plan represivo con los trabajadores. A diferencia de los discursos de Cristina en el mismo escenario, el mensaje inaugural de Macri fue breve (29 minutos contra al menos de hora y media), leído en vez de improvisado, monocorde en lugar de contener inflexiones, desapasionado, sin medidas y con buenos deseos: fue un cambio.

Cuando Néstor Kirchner pronunció su primer discurso en el Congreso, Raúl Alfonsín sorprendió a este redactor bajo la cúpula del Salón Azul con su coincidencia: "¿Qué querés que te diga, m'hijo? Es lo que hubiéramos querido hacer nosotros", confesó. Con el discurso de Macri, puede coincidir a priori desde un trotskista a un fascista. ¿Quién puede oponerse a eliminar la pobreza, producir una revolución educativa y luchar contra el narcotráfico? La cuestión es cómo.

Macri no mencionó nunca al Estado y si se sabe que sin su presencia gana el mercado, por más que se niegue el conflicto. Para el nuevo presidente, las contradicciones y la confrontación no existen. Todo se resuelve en equipo y dialogando. Sonríe, Macri te ama. Para completar una ristra de obviedades le faltó pedir a los argentinos que se porten bien. Es lo contrario a lo del Papa Francisco, cuando insta a los pibes a que "hagan lío".

A quienes dicen odiar la política, cuando en realidad odian las políticas populistas, reformistas, peronistas, progresistas, izquierdistas o centroizquierdistas, les encanta escuchar invocaciones a la unidad y a la concordia. Sueñan con el inexistente país de Heidy en el que explotadores y explotados marchan juntos en alegre armonía.

No es que la política no deba buscar consensos. Por otra parte, con la actual composición del Congreso, a Macri no le queda otro remedio. Pero a veces es preciso pronunciarse, reconocer que el conflicto y las contradicciones son inherentes a las sociedades capitalistas en las que las minorías se expresan más ruidosamente que las mayorías silenciosas.

La concordia, las buenas ondas, los efluvios de paz y amor, pueden durar hasta que se corte la torta inequitativamente. Buena parte del rechazo al gobierno kirchnerista estuvo centrado en la condena a la confrontación política, al discurso épico. Cómo si fuera posible realizar transformaciones sociales sin mística y sin ruido.

La reposición conservadora que no se declama claramente pero se intuye, desatará conflictos inversos. Contará con la anuencia de los medios hegemónicos para acallar eventuales injusticias, la protección del Poder Judicial y el apoyo de los organismos financieros internacionales, que se aprestana auxiliar "generosamente" al gobierno de derecha. Los sectores populares le darán seguramente una tregua inicial. Pero inevitablemente habrá conflicto social si el reparto del PBI fuera más injusto que hoy.

Fueron días de intensas emociones. En menos 15 horas, el corazón político de la patria exhibió claramente la tristeza de medio país y la alegría de la otra mitad. Al traspaso institucional le faltó la fotografía esperada, pero a cambio tuvo en Plaza de Mayo dos postales nítidas de una sociedad partida al medio y una foto emblemática en la Rosada. Cuando los libros de historia cuenten este cambio de época, podrán graficar los textos con la imagen del flamante presidente de la Nación bailando cumbia en el histórico balcón de Juan Domingo Perón, acompañado por la interpretación de la vicepresidenta Gabriela Michetti.

En la Plaza, miles de argentinos daban rienda suelta a la revolución de la alegría y la otra mitad, atrincherada en sus casas o en sus trabajos, oteaba los televisores para constatar que se había ido un gobierno militante y llegaba otro que apuesta a la eficiencia de ministros-gerentes, al regreso de los "tecnopol". No hay duda que hubo un cambio, aunque por ahora se exhibió sólo en las formas. Ahora viene lo substancial: endeudamiento, alza de tarifas y devaluación. 

http://www.infonews.com/nota/269896/las-tres-fotos-del-cambio

martes, 8 de diciembre de 2015

Alejandro Dolina y Cristina Fernandez de Kirchner (comentario en Facebook)



 Publicado el 7 dic. 2015
Cristina se despidió de los artistas que la acompañaron en su gestión


Comentario en Facebook:

Sas Sas 7/11/15 (editado)

Creí que nunca iba a ver a Dolina así, elogiando con su retórica de fábula a una mujer que es una ladrona, que es una impostora,  que es una dañina, una desquiciada. Es triste porque los Kirchner apañaron a los artistas, los usaron solamente para influir en la sociedad, nada más. Los quiero ver ahora, cuando la plata venga de la Derecha, cómo se van a dar vuelta en el aire.

https://www.youtube.com/watch?v=Dsojj_JrzVw


Comentario: Me parecio interesante destacar los calificativos hacia la presidenta, que suelen compartir otros lectores opositores/detractores/difamadores/etc, y que, sin dudas, son los que esta persona considera como los más destacados, ya que los menciona en este breve texto.

Ladrona: por mucho que robe, seria una gota de agua en las finanzas del país.
Impostora: alguier pergeñó que no es doctora pero, esta cuestión nos afectaría mucho como sociedad?
Dañina: igual que lo anterior.
Desquiciada: en todo caso habria que señalar los hechos que cometio estando "desquiciada".

Si yo calificara a personas como Menem, Cavallo o Martínez de Hoz, personajes que hicieron un daño social gigantesco, diria que fueron destructores de la industria, destructores de fuentes de trabajo, hambreadores de jubilados y trabajadores, enriquecedores de sus empresas y empresas de amigos a costa de jubilados y trabajadores, etc. Lejos de los calificativos vagos esbozados por esta persona, y se supone son sus argumentos principales.


lunes, 7 de diciembre de 2015

Más Cristina que nunca

 07/12/15.

Por: Osvaldo Pepe.
Del editor al lector

La Presidenta saliente dijo que perdería un vuelo a Río Gallegos si asistía a la ceremonia en la Casa Rosada.

A sólo un día hábil de dejar su lugar en la Casa Rosada, Cristina acusó a Macri de maltratarla, gritarle y de menoscabar su condición de “mujer sola”, entre otras cuestiones que tensan hasta un límite peligroso una transición que ya venía complicada. En un texto incendiario que publicó en su página Web dio su versión sobre la conversación telefónica en la cual el presidente electo le informó que la entrega de la banda y el bastón presidencial será en la Casa de Gobierno y no en el Congreso, como ella pretende. La recurrente obsesión de Cristina asimiló la cuestión a una “operación mediática”, en la que, cómo privarse, enredó también a Clarín.

Está visto que la Presidenta saliente eligió irse del poder sin dejar testimonio de algún gesto parecido a la grandeza. Tampoco parece preocuparse demasiado por poner a resguardo la prudencia institucional de un traspaso de mando enmarcado en un clima enrarecido, vecino a la insubordinación de algunos sectores kirchnerista. Ni hablar de la distorsionada imagen que el país puede transmitir al mundo con estas riñas de bajofondo por la sucesión.

Es llamativo que Cristina muestre congoja ante un presunto maltrato, cuando ella ha hecho un arte de ese estilo inclemente y sin huellas compasivas, ni siquiera ante la muerte ajena. Su profundo drama interior es que no quiere irse del poder, casi un duelo psicoanalítico: por eso se resiste a entregar a su sucesor los atributos del mando. Queda desnuda de toda desnudez.

Desde hace 28 años, cuando empezó su dilatado ciclo de conchabos en el Estado y confundió la vida pública con el acopio de bienes privados hasta convertirse en millonaria, no ha hecho otra cosa que mandonear, despreciar a colegas, subordinados y semejantes. Ayer mismo discriminó a Gabriela Michetti por su discapacidad: siempre le gustó mirar por encima del hombro, pero esta vez fue más Cristina que nunca. La vicepresidenta electa le contestó por Macri: negó gritos, maltrato y todo.

La compostura emocional de la aún Presidenta no parece la mejor en estas horas. Ni siquiera advierte la gravedad institucional que asoma detrás de sus palabras perturbadoras. La carta de ayer enardecerá el ánimo de su tropa: quiso mostrarse casi como una víctima de la violencia verbal de género. No sabe qué más hacer para opacar un día que le corresponde al presidente electo y no a ella. Ni siquiera se privó de bordear el absurdo cuando adujo urgencias de viajera para no asistir a la ceremonia en la Casa Rosada: dijo que si lo hacía perdería un vuelo regular a Río Gallegos.

Perón le hubiese contestado desde el sarcasmo, con sus guiños picarescos: “En política se vuelve de todo, menos del ridículo”.

http://www.clarin.com/opinion/Cristina_0_1481251882.html


Comentario: Las negritas son mias. Son para destacar los fragmentos mas agresivos e intolerantes de este texto.


domingo, 6 de diciembre de 2015

Sobre la entrega de los atributos

Domingo 06 diciembre 2015.

Por: Marcelo Pellegrino
Ceremonial y Protocolo
Provincia de Corrientes
Para El Litoral

Me parece oportuno compartir el siguiente trabajo, realizado en base a conocimientos propios de mi función en Ceremonial y Protocolo, registros de la Dirección de Ceremonial de la Casa de Gobierno de la Nación y datos históricos y publicaciones periodísticas de la actualidad.

De los 54 hombres y mujeres que ocuparon el Sillón de Rivadavia, fue Sarmiento (1868-1874) el primer presidente que asumió en una ceremonia parecida a la que se acostumbra hoy.

El 12 de octubre de 1868, recibió el bastón de mando y la banda celeste y blanca como símbolos del Poder Ejecutivo. Pero esta jornada lamentablemente fue muy poco elegante y descontrolada. Cientos de ciudadanos entusiastas entraron por la fuerza a la Casa de Gobierno y coparon balcones, patios, salones, rompieron ventanas y treparon a todo tipo de muebles para presenciar el traspaso.

Sobre esto, Sarmiento se lamentó diciendo: “Jamás se ha presentado espectáculo más innoble y vergonzoso”. Tanto que se habla ahora, sobre donde debería recibir los atributos del mando. Sería bueno repasar que los atributos del mando son la forma de distinguir, en este caso no desde lo legal pero si desde lo social y político, a nuestro primer mandatario nacional. Que se lo caracteriza a través de los atributos mediante un bastón y una banda presidencial.

El bastón es una analogía del cetro de los monarcas europeos y las varas de mando que los virreyes y alcaldes coloniales utilizaron simbólicamente hasta la primera década del siglo XIX en nuestro territorio. Varios museos, como el del Bicentenario, conservan algunos de esos bastones, algunos de ellos, son verdaderas obras maestras de la orfebrería.

La banda presidencial, mientras tanto, está inspirada en la banda de la Orden de Carlos III que lucen los reyes españoles desde 1771. Ahora, con los colores de la Bandera argentina y un sol dorado en el centro.
Sobre el punto que en la actualidad ocupa el centro de la polémica, sobre donde debe jurar el Presidente electo y recibir los atributos del mando; y si recurrimos, entonces a la fuente de nuestro ordenamiento jurídico: la Constitución Nacional, encontramos que en su Artículo 93 se refiere al respecto diciendo: “Al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus creencias religiosas, de “desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidente (o vicepresidente) de la Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina”

Como puede apreciarse, la Constitución no estipula taxativamente un lugar físico para llevar a cabo la jura. Pero se entiende implícitamente que el Presidente y Vicepresidente electo juran en el ámbito donde naturalmente se reúnen las dos Cámaras, en particular o fundamentalmente como en el caso; en Asamblea Legislativa. Siendo entonces el lugar físico; el edificio del Congreso Nacional.
Al respecto de la línea sucesoria, se ha escuchado también, que desde la hora cero del 10 de diciembre la fórmula gubernativa, ya sea Presidente y Vicepresidente, fenecen en sus mandatos; entonces siguiendo la línea sucesoria, el mando de la organización civil y política del país le corresponde al presidente de la Cámara de Diputados.

Esto no es así, primero porque la Constitución solo habla del día del vencimiento de mandatos y teniendo en cuenta un principio esencial de nuestro sistema republicano de gobierno que habla periodicidad en los cargos. Ello, trae aparejada la necesidad del propio traspaso del cargo y la continuidad jurídica que hace sustentable nuestro sistema de gobierno. Por esto último y como manera de materializar esos postulados no se menciona ni trata en la Constitución de una hora determinada, como podría adoptarse en los procedimientos legales en materia civil o penal, para mencionar.

Por otro lado, bien es sabido que el Senado de la Nación ha creado, el cargo de Presidente provisional, para casos en que el Presidente nato del Senado, o sea el Vicepresidente de la Nación, no pueda por cuestiones propias de sus actividades relacionadas sobre todo con aquella larga y bizantina discusión, sobre a qué poder pertenece el Vicegobernador si al Ejecutivo o al Legislativo. Ver Art. 58 de la Constitución Nacional.

Entonces en la línea sucesoria, está antes que el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, el Presidente Provisional del Senado.

Pero como la República sólo puede tener un Presidente a la vez, el mandatario saliente dejará de ser el jefe de Estado instantáneamente, en el momento en que el entrante electo preste su juramento, ni antes ni después y sin que sea necesaria otra ceremonia legal para la sucesión.

La ceremonia de jura de Néstor Kirchner, en 2003, fue la primera en la que el presidente saliente se presentó después del juramento para entregar los atributos del poder a su sucesor y no fue necesaria la ceremonia en la Casa Rosada, hasta entonces tradicional.

Entonces, como no podía ser de otra forma, en nuestro ordenamiento jurídico los usos y las costumbres prevalecen también en el traspaso de mando; ya que, por lo conocido y lo que he podido investigar sobre el tema en cuando a exigencias legales,  no hay más allá de lo requerido en nuestra constitución y aquí mencionado recientemente.

Si se puede destacar el “Reglamento de Ceremonial de la Presidencia”, publicado en los años 60 -que no alcanza a ser una exigencia con carácter legal sino solo de orden-, posee un rango inferior y ha sido emanado de autoridades administrativas. Ese Reglamento indica: “La ceremonia de traspaso de mando (es decir, la entrega de la banda y del bastón) tiene lugar en el Salón Blanco de la Casa Rosada”.

Según el tradicional protocolo establecido por la Casa Rosada “el señor Presidente saliente entregará al señor Presidente, frente a la mesa colocada sobre el estrado, las insignias presidenciales que estarán sobre la misma. El Presidente saliente se despedirá del señor Presidente electo y se retirará del Salón Blanco conjuntamente con sus ex Ministros, siendo acompañado hasta el pórtico de la Casa de Gobierno por las autoridades militares”.

La historia reciente

El 10 de diciembre de 1983, el radical Raúl Alfonsín prestó juramento ante el Congreso y, posteriormente, viajó a la Casa Rosada donde Bignone (ex jefe de Estado) le entregó la banda y el bastón.

Lo mismo sucedió en 1989, cuando el ya juramentado presidente Carlos Menem recibió de Alfonsín (“presidente saliente”, según el acta firmada) los atributos de la presidencia.

En 1995 el reelecto Carlos Menem se presentó ante el Congreso para jurar y no hubo ceremonia de entrega de bastón y banda porque ya los tenía en su poder.

El mismo protocolo tradicional de acuerdo al reglamento, se realizó hasta la llegada al poder de Fernando De La Rúa, en 1999.

Los sucesivos mandatarios recibieron los atributos del cargo en el mismo Congreso Nacional después de haber prestado juramento. Costumbre que se inició en 2003 con Eduardo Duhalde, elegido por la Asamblea Legislativa.

Viene a bien recordar, los variados y diversos manejos que se hicieron hace tiempo ya, con los atributos de mando al momento de recibirlos. También con las fórmulas de juramento, sobre todo nuestros legisladores. Estando esto último, clara y legalmente establecido en nuestra Constitución Nacional y Provincial.

Pero si es cierto, que más allá del requerimiento constitucional de la jura, no hay más que costumbres y usos condicionados por la situación política de cada momento histórico y la mayor de las veces lamentablemente, por caprichos personales de los funcionarios de turno.

En esta materia, como en tantas relacionadas al Ceremonial, es bueno que nuestros funcionarios se pongan a la altura como otros países no tan lejanos, que han comprendido la necesidad de respetar un orden, mediante la correspondiente legislación y el respeto a las normas tradicionales no escritas.
Porque si hay algo que necesitamos para organizarnos como Nación; es primero tener en claro nuestras normas y reglas de convivencia, y luego aprender a respetarlas y cumplirlas, más allá de nuestros gustos, modismos o caprichos.

http://www.ellitoral.com.ar/390962/Sobre-la-entrega-de-los-atributos